Amor Arreglado Capítulo 18

Ok... No había taaantas firmas, pero no me aguanté más, y les subo otro yaaa. Ahora si, veinticinco firmas y subo otro.----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Señora Mariana, es usted? –preguntó.

-No, no, bah, si soy Mariana, pero dejame explicarte un poco como son las cosas. –dijo Lali.

 La chica la miró recelosa. –Bueno, está bien.       

-A ver, yo soy la esposa de Peter, no? Pero a la vez, no lo soy, cómo te lo explico? Es larga la historia.

-No te preocupes, podés confiar en mí. –dijo la chica.

-Cómo te llamás?

-Me llamó Candela.

-Cande, por favor no le digas a nadie que me viste, y por sobre todo no les digas a ellos ni a Lanzani.

-No te preocupes, no les digo –dijo sonriente. –Lo que no entiendo, es como teniendo un marido tan caño como Peter Lanzani lo estés engañando con Gastón, sabés las chicas que te envidian? Todas las empleadas de la isla.

-Peter es tan codiciado?

-Ni te imaginás.

-Bueno, entonces… No me vas a delatar?

-No –contestó sonriente- No te preocupes, Lali. Te puedo decir Lali, no?

-Claro, a mí no me va la formalidad con la que tratan a Pitt y mi suegra.

-Pitt? –preguntó divertida.

-Qué?

-Pitt es Peter, no?

-Si, así le digo yo, y el a mí me dice La.

-Vos estás segura de que querés engañarlo con el boludo de Gastón?

-Gastón es una distracción para mi, nada serio, si te puedo ser sincera. No quiero que nadie se entere porque si no me sacan la diversión, entendés?

-Creo que sí. Lo que no entiendo, te lo vuelvo a repetir, es como lo podés engañar a Lanzani! Te lo repito, tiene a un séquito de mujeres atrás de él, y su propia mujer lo engaña.

-Y bue, así es la vida –rió Lali.

Lali y Candela pasaron todo el rato que los chicos estuvieron surfeando, charlando. O sea, toda la mañana. Hablaron de todo un poco, de su vida, Lali le contó toda su historia con Peter, y aunque la acababa de conocer, le sentó muy bien compartir todo eso con alguien de afuera.

-Qué historia la tuya, Lali!

-See… Tenés hora? Me voy a tener que ir a almorzar en cualquier momento.

-Si, son la una menos cinco.

-Si, me tengo que ir a almorzar, vos no tenés que ir a la casa?

-No –contestó sonriendo – yo solo trabajo en la casa los sábados.

-Qué mal… Bueno, nos vemos en dos días entonces, no?

-Si, en dos días, si es que no nos vemos antes, dale?

-Chau, Cande, enserio me hizo muy bien hablar con vos, inventale algo a Gastón, decile que me tuve que ir urgente a algún lado.

-Si, obvio, no te preocupes, podés confiar en mí. Dale andá, que te están esperando.

Cuando Lali llegó a la casa, ya la mesa estaba puesta pero su suegra y Peter no estaban en la mesa.

-Peter! –lo llamó Lali. –Peter! –lo volvió a llamar.

-No entiendo porque carajo no puedo hablar con mi padre, Evaristo! Sí! Cómo que no…? Hola? Hola…? –Peter se oía muy molesto mientras hablaba por teléfono. –Hola? –volvió a gritarle al teléfono.

-Peter? –preguntó Lali muy tímida, oírla a ella tímida, cosa que no pasaba muy seguido por su fuerte carácter lo conmovió a él. –Ey, qué te pasa?

-Nada, nada me pasa… -dijo hoscamente. –Vos estás bien? Volvieron los vómitos?

-No, estoy bien. Qué pasó, Pitt? Porque gritabas tanto?

-Nada, es un tema mío…

-Contame, Pitt.

-Nada, La, no es nada, ta? –le respondió de mal modo, lo que a ella le tendría que haber enfurecido, pero extrañamente se acercó y lo abrazó por la cintura y enterró su rostro en su amplio pecho. –La, vos estás bien? –le preguntó mientras la estrechaba contra sí.

-Callate y aprovecha que no te estoy arrancando la cabeza. –dijo mientras lo abrazaba.

-Bueno, bueno… -Y se quedaron así parados y abrazados hasta que Lali se soltó.

-Vamos a comer?

-Dale –respondió Pitt con una sonrisa.

Una vez que terminaron de comer, Lali se dio cuenta de que faltaba algo… No había recibido un insulto en varias horas. Donde estaba su suegra?

-Y tu vieja?

-Se fue al pueblo.

-Pará! Ella se puede ir, y yo no?

-Emm, si Lali, porque a diferencia de vos, yo sé que ella vuelve.

-Ey, no es justo!

-La, te podés callar? Estábamos pasando un buen rato, dale.

-Usualmente te gritaría mucho y haría un problema de todo esto, pero no lo hago porque sé que hoy te sentís mal. Pero este tema queda pendiente, oíste?

-Si –contestó sonriente. –Te vas ahora? A la playa?

-Pensaba en ir, pero que te parece si pasamos la tarde juntos? Vemos unas películas o algo así. –le propuso sonriente.

-Me parece perfecto.

Acto seguido agarraron un helado del frízer pusieron una película y se sentaron en el sillón. Lali, a pesar de todo lo seguía queriendo y odiaba verlo sufrir, entonces cuando vió que Peter en vez de ver la película puso cara de preocupación le preguntó –Pitt, qué pasa?

-Mariana, prefiero que no preguntes, enserio.

-Peter, qué te pasa? –volvió a preguntar, puso en pausa la película y se acercó más a él en el sillón –Podés confiar en mí.

-De verdad querés saber?

-Si.

-No es nada…

-Pitt, contame.

-Nada, hace ya varias semanas que no puedo comunicarme con mi padre personalmente. Y nada, eso.

-Bueno, no te preocupes ya te va a llamar o algo, capaz él no quiere ser contactado.

-Si, capaz o capaz no puede, no sé. Me tiene muy preocupado.

-Bueno, no te preocupes, va a estar todo bien. Querés helado? –no esperó su respuesta y le insertó la cuchara de helado en la boca.

-Pará –dijo riéndose con la boca llena de helado.

Pasaron toda la tarde y bien entrada la noche en el living viendo películas, riendo y comiendo helado. Eran las once de la noche y Mercedes todavía no había llegado. Lali miró su reloj de pulsera –Pitt, son como las once y cuarto, tu madre se habrá perdido o algo?

-No, me dijo que esperara que llegue tarde, además no me preocupo porque fue con custodia.

-Ahh…

-Ey, La. Tengo una idea. Querés cenar afuera? Vení –la condujo a una habitación y abrió las cortinas, allí había un deck que daba a la playa. Había luna llena y ya estaba la mesa puesta.

-Qué es esto? –preguntó Lali.

-Una cena que preparé.

-Gracias –dijo Lali mientras el sacaba la silla para que ella se pudiera sentar.

La cena fue silenciosa ya que la gran protagonista de la noche la vista. Una playa desolada de noche con una gran luna llena de fondo. Cuando terminaron de comer Lali le dijo nuevamente –Gracias, Pitt.

-No, en realidad yo te tendría que agradecer a vos, porque… nada hoy me sentía mal, estaba preocupado y… nada te quedaste conmigo. Como siempre hacés cada vez que estoy mal, siempre estás vos ahí.

-No… -Lali estaba sin palabras, su Peter estaba ahí, el suyo, no el nuevo, frío y distante- No sé que decir…

-Señor Lanzani! Cómo está? –preguntó una voz alegre que parecía venir de la nada misma.