viernes, 28 de agosto de 2015

Stubborn Love Capítulo 2




Lali se recostó en su cama con ayuda de Peter, que al mirarla llorar con tanto dolor, se le contorsionó el rostro en dolor a él también. La abrazó muy fuerte y se quedó con ella, mientras Euge los miraba extrañada. No parecían dos personas enamoradas, pero parecían amarse, sí. Tenían un amor raro, es como si a veces no parecieran quererse, no parecieran querer estar juntos, pero si algo pasaba estaban dispuestos a dar todo por cualquiera de los dos que esté sufriendo.
Peter miró y abrazó a su novia mientras lloraba sin parar, pero sin hacer ruido, un llanto silencioso, simplemente las lágrimas caían y caían y no paraban de caer, sus intentos de limpiarlas eran infructuosos. Suspiró.
Peter se incorporó y se sentó en la cama, con voz muy calmada y medida le preguntó. –Me podés contar qué pasó, La? –Lali levantó la cabeza.
-La encontraron muerta. –respondió simplemente.
-Dónde, Lali, contame, te va a hacer bien…
-Estábamos caminando hablando, recibió la llamada, inmediatamente se fue a la mierda... y la estuve buscando por media hora sin parar. Pensé lo peor. –explicó Eugenia a Peter.
-La, contame… -pidió Peter. –La, te va a hacer bien descargarte, no Euge? –Euge asintió y se sentó en la cama también.
-La encontraron en una carretera, tirada… -Lali inhaló. –Murió por sobredosis. Yo… yo ya sabía que ella estaba metida en eso… y después de todo lo que pasó… No me sorprende, para nada. Pero… eso no quiere decir que duela menos, no? –su voz se quebró y Peter le besó la frente y se recostó con ella en la cama, les hizo una seña a Euge para que se fuera y le pidió que no entre nadie.
-Yo sé que nunca te lo dijo, La… pero tu mamá te quería mucho, Emilia… ella no… ella no quiso…
-Peter yo fui un accidente. –dijo Lali, con vos clara. –Yo fui un error, entendés? Mi madre no me quiso cuando se quedó embarazada a los dieciséis años, no me quiso después de que nací, no me quiso cuando murió. Agarró, parió y se fue dejándome sola. Sola.
-Lali tu papá te cuido. –le recordó Peter.
Lali rió una risa sin humor. Casi cruel. Y Peter sintió una extraña y torcida fascinación hacia ella que lo hizo olvidarse de todo por un momento. -Ah, sí, Nicolás... Peter, podés dejar de ser tan ingenuo? Mi padre me metió en este colegio para no hacerse cargo de mí. Nicolás es… fue un buen padre, en lo básico y Emilia… Emilia. Peter, Emilia me lastimó como nadie me lastimó nunca… -confesó Lali. –Vos sabés lo que fue para mí crecer sin una mamá hasta los ocho años y que en el día de la madre se aparezca como si sólo se hubiera ido por una hora? Yo… me acuerdo que ése día estaba muy triste… -Peter la dejó hablar, necesitaba descargarse. -Apareció de la nada, Pitt… Y yo fui feliz, feliz como nadie, y ella… a la semana se fue y no volvió hasta que yo tuve dieciséis, y cada vez que la veía… ella me miraba y yo sentía en su mirada todo el tiempo “error, error”. Y después empezó a venir cuando ella quería, o cuando se quedaba sin plata y… y cada vez que ella venía yo me hacía ilusiones de que se iba a quedar, y no… se iba. –Lali se quebró. –Se iba, siempre! Y la razón por la siempre todo me sale mal es porque…porque yo soy un error, entendés? Yo, yo, soy el problema. Y todo me va a salir siempre mal, porque… porque… si ni mi propia madre no me quería…?
-Emilia te amaba. –la contradijo Pitt. –Emilia te amaba y cada vez que te veía yo la miraba y ella sentía orgullo por vos, La, orgullo porque vos sos todo lo que ella quiso ser. Vos sos más de lo que ella nunca va a ser, mirame. Ella te amaba, no sólo porque eras su hija, sino porque ella veía que vos tenías sus mejores cualidades y te faltaban sus peores. Vos sos la persona más increíble que conocí en mi vida. Lali, es horrible lo que te está pasando… pero tenés que ser fuerte. – Peter se fue, dejándola sola, luego de decir esto. Ella lloró por horas y cuando finalmente dejó de llorar se durmió profundamente.
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El profesor miró a toda la clase yluego de pasar la lista. –Y otra vez tarde está Espósito! –dijo el profesor riendo.
-No está tarde. –dijo Peter, con un tono sombrío, al lado de él se sentaba su mejor amigo, Simón.
-Entonces qué pasa? –preguntó el profesor, muy preocupado.
-Temas personales. –ofreció Peter. El profesor lo miró a los ojos.
-Hace tres clases que no viene, y ya la voy excusando esas tres veces, le voy a tener que poner falta… -dijo el profesor Noah, suspirando.
-Le cubre la falta a Lali? –preguntó Jenny asombrada, desde su asiento atrás de Peter y Simón.
El profesor sólo sonrió enigmáticamente.
La clase se desarrolló normalmente, excepto que Peter pidió para cambiarse de asiento, así estar al lado de Jenny y el profesor lo dejó cambiarse a regañadientes. Simón no estaba feliz. Al final de la clase, cuando todos se estaban yendo, Peter vio al profesor y a un alumno hablando de la tarea pendiente para la clase próxima. Cuando el alumno se fue, el profesor se acercó a Peter cautelosamente.
-Peter? Podemos hablar? –preguntó cordialmente.
-Ahora? –dijo con tono de queja. Jenny lo esperaba en la cafetería.
-Cómo está Lali? –cómo se enteró este flaco?, pensó Peter.
-No sé…
El profesor alzó las cejas. -Okay, bueno, mandale mis condolencias.
Peter suspiró-Hace una semana que no la veo. No…no está bien y necesita su espacio.
El profesor simplemente alzó las cejas ante el exabrupto de su alumno y se fue por donde vino. Dejando a Peter solo en el pasillo, con un sentimiento de culpa extraño.
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Probablemente era cobarde quedarse en su habitación por toda una semana, encerrada. Cobarde, hay que añadir ése a la lista de defectos, que ya de por sí es sumamente larga. La muerte de Emilia la afectó demasiado. Pero… qué garantía tenía ella de que no iba a terminar como su madre? Qué garantía tenía ella de que no iba a estar sola como su madre? Ya estaba bastante sola ya de por sí.
La presencia de Euge y Nico era reconfortante. La de Simón, también.
La presencia de Simón, casi la hacía olvidar la ausencia de Peter. Casi. Peter le había dicho tres palabras lindas cuando recién se enteró de la noticia y luego la dejó sola, llorando hasta dormirse. No lo había visto desde entonces. Le habían llegado unos rumores de que lo habían visto mucho con la chica nueva. La pelirroja. Lali, siempre siendo extremadamente celosa, se sorprendió al descubrir que realmente se sentía vacía.
Aun así, sentía un sentimiento repugnante en el estómago. Algo que ella querría que fuera algo no tan parecido a los celos. Pero no podía lidiar con eso ahora, no cuando estaba en un estado tan suicida. O sea, imaginate sentir celos, y luto al mismo tiempo. Sería mucho más fácil tirarse a una zanja y dolería menos.
Sintió tres toques en la puerta y su cara se le ilumino por un momento sintió que era Peter. Abrió la puerta con la mejor cara que pudo. No fue muy buena. Se sorprendió realmente al ver que no era Peter el que había tocado la puerta si no el profesor caño. Noah. Cómo pudo confundirlos? Realmente estaba volviendose loca.
-Hola, Lali. –dijo, e inmediatamente Lali sintió una paz que se deslizaba por todo su sistema nervioso. –Cómo andás?. –pregunta, con su acento extranjero.
-Ok, ya sé que falté a muchas clases, y tengo la sensación de que voy a faltar a muchas más, pero no puede ser un profesor normal y no venir a las habitaciones de sus alumnos que tratan de sufrir en paz? Sinceramente, profesor! –dijo Lali con una sonrisa falsa y sarcasmo evidente en sus palabras.
-Por qué sufrís? –preguntó ignorando lo que Lali había dicho recién.
-Se da cuenta que es muy inapropiado que venga a mi cuarto, no? Y mucho más cuando estoy tan vulnerable. –dijo Lali ignorando a su vez su pregunta. Siempre hacía lo mismo, trataba de transformar una situación inocente en algo que no era y no podía parar. El profesor decidió ignorar el comentario.
-Por qué sufrís? –volvió a preguntar el profesor tratando de ocultar una sonrisa. Lali era graciosa hasta cuando no quería. Bueno, por suerte se lo tomó con un humor, cualquier otro maestro lo hubiera tomada de una forma completamente distinta. De una forma inapropiadamente no apropiada, si es que se entiende.
Lágrimas empezaron a brotar de los ojos de Lali sin fin. –Dónde está la gente cuando la preciso? –gritó a nadie en particular.
El profesor alzó las cejas y rió. -Bueno, si precisás a alguien para descargarte, no dudes en avisar.
-No cuenta. Sos adulto. –dice Lali tosca.
-Ni tanto. -Noah sonrié de costado. -Bueno, te dejo para que te descargues con el mundo entonces...
Lali sonríe sarcasticamente y lo saluda con la mano queriendo que se vaya. Suspira. De vuelta, siendo completamente ruda y maleducada sin ninguna razón en particular. Bien ahí, Mariana.

Peter caminó por el pasillo, ida y vuelta, ida y vuelta. No se decidía si entrar al cuarto de su novia o si irse a la mierda y evitar tener esta conversación. Esta conversación que había estado evitando toda la semana.
Entró al cuarto y la vió. Estaba sentada en la cama, exactamente como la vió la última vez que la dejó. Tenía los codos apoyados en las rodillas y la cabeza entre sus manos y estaba llorando.
Peter hizo notar su prescencia. -Hey, La. -murmuró despacito. -Lali, estás bien? -Se acercó con pasos vacilantes hacia donde estaba sentada su novia y se sentó al lado de ella. -Tenemos que hablar.
-No tengo ganas de hablar. -susurró ella, sin moverse de la posición en la que estaba.
-Lali, si hay algo que tenés que hacer sí o sí es descargarte. Ya. No es vos eso de quedarse callada tanto tiempo. Estoy segura que en cualquier momento te explota la cabeza.
-Es una historia larga y aburrida. –dice Lali, alzando la cabeza y mirandolo de lleno en sus ojos color avellana.
-Tengo todo el tiempo del mundo. –susurra Peter, reconfortante.
-Lo creas o no, yo no tengo todo el tiempo del mundo, tengo que estar en un lugar en unos minutos y… y necesito que te vayas. –dijo Lali muy rápido, poniendo una barrera emocional al instante en que se siente vulnerable.
-Claro… -dijo él riendo por primera vez desde que entró al cuarto. –Vas a ir en pijama?
-Qué? –Lali miró para abajo. Empezó a tartamudear. –Yo… yo… No me decido qué poner todavía… y qué hago dandote explicaciones a vos, que no te importo más, me evitás toda la semana con la excusa de darme espacio para andar... para andar... -Su voz se le quebró y exhaló temblorosamente.
Peter se paró y la sentó en la cama con gentileza. –Lali… Hablame, no te me cierres, por favor. Necesitamos hablar. Necesito saber como estás!
-Estoy claramente mal! -responde Lali, gritando.
Peter pone sus manos en los hombros de ella y luego las traslada a dos lados de su rostro, tratando de calmarla. Suavemente dice –Estoy muy seguro que vas a estar mejor, La. Descargate conmigo, contame todo. Yo nunca te presioné mucho con este tema porque sé que es un tema... -trató de buscar una palabra que no sea ni “sensible”, ni “vulnerable”. Esas palabras no funcionaban con Lali y usualmente provocaban el efecto opuesto de abrirse. -... frágil.
-Peter, no puedo... -susurró Lali. -No puedo.
-Sí, podés. Vos sos Lali. No hay nada que no puedas decirme que me haga pensar distinto de vos.
-Es largo… -dice Lali, ya vencida.
-Estoy acá para escucharte, La. –dijo Peter. -Estoy acá para vos. Siempre. -Lali sintió un escalofrío y una lágrima cayó de su ojo izquierdo.
-Tengo que ir bien atrás, cuando empezó todo. –explicó Lali mientras se secaba las lágrimas de su rostro y hablaba dudosa. –Mi madre, Emilia, se quedó embarazada de mí a los dieciséis, como ya sabés bien... Yo fui un accidente, obviamente, porque nadie se quiere embarazar a esa edad a propósito. Vos sabés que… yo no la conocí mucho, pero era… era un espíritu libre, nada la ataba, me tuvo y duró tres meses y poco como madre, y después se fue a la mierda y me dejó con papá y fuimos siempre nosotros dos.
-Por supuesto, yo quería una mamá… -Más lágrimas empezaron a brotar de sus ojos y mientras Peter jugaba con un mechos de su pelo escuchandola atentamente. –A los ocho años, el día de la madre justamente, apareció de la nada en casa y fue muy loco, porque me acuerdo que abrí yo la puerta y me dijo, nunca me voy a olvidar estas palabras, me dijo: “Hola, Lali, todo bien? Está tu papá por ahí? Buscalo y decile que soy Emilia, tu mamá.” Yo me quedé shockeada, mirándola atontada en el marco de la puerta y ella, después de un minuto se dio cuenta de que era algo un poco fuerte para tirarle a una nena de ocho años de la nada. Conta con ella para pensar que es completamente normal eso...–dijo Lali lo último con un tono de sarcasmo. Peter rió. Lali se sentía más segura contando la historia. –Me abrazó y buscamos a mi padre. En ese momento me hice la idea que mi mamá había venido para quedarse y que íbamos a ser una familia, por fin. Fue la mejor semana de mi vida. –Lali soltó una risa amarga. –La vida de familia no era para ella. Yo llegué un día después del colegio y mi mamá no estaba, mi papá estaba sorprendido también. No dejó ni una carta, ni un mensaje, ni un número. De ahí en más fue cuesta abajo, nuestra relación, quiero decir...
-Volvió, a los dieciséis, vino a pedir plata. Estaba deteriorada, tenía adicciones. Tomaba más de lo que comía, y era adicta a la heroína y a unas drogas más. No me acuerdo en este momento qué me dijo, pero fue algo como “Perdón por abandonarte a los tres meses, arrepentirme ocho años después, venir y después abandonarte de nuevo, me das plata?” Consideré seriamente gritarle y decirle todo lo que pensaba, yo no tengo problema en eso. Pero agarré, le hice un cheque. –Peter alzó las cejas. –Ok, tratá de actuar sorprendido ante el hecho de que sé falsificar la firma de mi padre. –Ella suspiró y continuó y Peter le dió una sonrisa de costado, animándola a seguir contando. –Como decía, le hice un cheque y la abracé como una idiota. De ahí nuestra relación cayó en un patrón, venía una vez por mes a visitarme y se llevaba un poco de plata consigo. Yo sentía que estaba pagando para tener la relación de madre e hija que tanto quería y nunca tuve. Nunca llegué a saber si me quiso. Pero… me ayudó. Obviamente había temas que no podía discutir con mi padre. Un día me dio su número de teléfono y lloré toda la noche de emoción como una pelotuda. Literalmente me tuve que contener para no llamarla todos los días. La llamaba una vez por semana. -Lali se encogió de hombros.
-Cómo era su tema con las drogas? –Peter preguntó, curioso. Lali no era una adolescente común, mientras que por un lado tenía un lado salvaje en inmaduro, tenía una vejez espiritual y una madurez mental que muchas veces lo dejaba perplejo.
-Nunca dejó las drogas, pero jamás la ví consumir nada. Supe porque mi papá me contó un día, después de enterarse de que nos veíamos tan seguido. Ése día la llame y le dije que viniera a casa que la quería ver y cuando llegó… recuerdo haberle gritado de todo. Los peores insultos salieron y… y le recriminé todo, el haberme abandonado, el hecho de que básicamente le estaba pagando para que viniera a visitarme, su problema con las drogas, lo egoísta que era. Nuestras visitas mensuales se terminaron y no sé cómo carajo hizo para mantenerse. No tenía un trabajo, al menos que yo supiera. Pero a pesar de todo… yo la amaba muchísimo. Y eso es lo que me hace odiarla a ella... y a mí misma.
-Después de eso... sabés la historia... yo fui un desastre, en el colegio reprobé todo, me hice esos tatuajes... y empecé a causar todo tipo de problemas... como vos ya sabés... -Peter sonrió y le besó la mano. Lali sonrió y se encogió de hombros nuevamente. -Y después, un día te conocí a vos un verano. Y vos venías a este colegio y papá se enteró... y me mandó acá también. No lo culpo por no querer hacerse cargo de mí… Lo adoro y él me adora a mí, pero esta no es la vida que él quiso, ser padre soltero y hacerse cargo de una adolescente problemática… No. Estamos mejor así. Lejos.
Peter sonrió. -O sea... que terminamos más o menos bien, no? Nosotros, digo... -Lali le dio una sonrisa triste y luego un beso profundo en los labios.
-Te extraño mucho, Peter. -admite Lali mientras se limpia las lágrimas que no cesar de caer de sus ojos.
-De qué me hablás, yo estoy siempre. Lali, nos vemos siempre. Somos Lali y Peter... -dijo él. Ignorando el hecho que la evitó toda la semana.
-Estás seguro? –ella sonrió con tristeza, secándose las lágrimas.
Peter rió. -Sí, amor. Sí, estoy muy seguro. -Se acercó tentativamente y le dio un beso corto en los labios. Luego se recostó con ella en la cama hasta que se durmiera. Cuando se durmió sin embargo, no se quedó con ella. Se fue por la puerta y suspiró. Llevandose las manos a la cara y pasandoselas por el pelo.
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Era un sábado de tarde, una tarde hermosa, el atardecer lucía rosados y naranjas chillones y Peter se dirigía a la habitación de las chicas. Había quedado con Jenny en ir a caminar un poco por el campus y tal vez ir al cine.
No estaba seguro, pero cuando estaba con ella, sentía que ya no había nadie más. Eran ellos dos solos. Se olvidaba de todo, y realmente estaba feliz. Disfrutando su último año de colegio, con una chica que le gustaba. Realmente se olvidaba de todo. Pero después todo venía. Lali. Se preguntaba realmente qué estaba haciendo? Por qué insistía en hacer su relación con Jenny platónica a los ojos de todo el mundo y los suyos mismos. Por qué mentirse a sí mismo, sobre todo, de tal manera, cuando no podía pensar en Jenny platónicamente ni en su quinta vida.
Se sentía culpable. No había hecho nada con Jenny más que pasar muchísimas horas del día juntos y él tenía que admitir que la única razón por la que “estaba” con Lali en este momento era por culpa. La única razón por la que no había hecho avances con Jenny era por culpa. Y ni siquiera había estado con Lali últimamente, se podría decir que eran novios sólo de palabra. La había visto estas dos últimas semanas cuatro veces…
Entró a la habitación y se sorprendió al encontrarla vacía. Bueno, no del todo, Lali estaba parada buscando algo en su ropero, al encontrarlo, se dio vuelta y se sorprendió al encontrarlo a Peter. Alzó las cejas, esto le molestó un tanto a Peter, pero sabía que en el fondo se lo merecía.
-Hola… -saludó ella, la incomodidad evidente en su voz.
-Hola. –dijo resueltamente él.
-Necesitás algo, Pitt? –preguntó y ahora sin la incomodidad, notó la tristeza profunda de su voz. Notó que estaba más delgada, pálida y que tenía fatiga escrita por toda la cara.
-Eh… no.
-Qué te trae por acá? –preguntó, el tono de reproche en la voz era inevitable.
-Este… -tuvo la decencia de tartamudear un poco y ponerse rojo. –nada… este… Jenny y unos amigos íbamos a caminar por ahí… -mintió.
-Ok. –contestó secamente. –Podemos hablar? Así sin vueltas?
Él suspiró. Lali no era una con quien fingir, lo conocía demasiado. –Por favor.
-Peter… mi papá me llamó ayer. –dijo ella, su voz y su rostro se suavizó considerablemente. –Me… me ofreció irme para casa, unos días, para… para recuperarme y… y… -le estaba costando trabajo hablar, quien era esta chica y qué había hecho con Lali? –me llamó, también… me llamo mi abuela.
-Tu abuela? –Hasta donde había entendido, Lali no tenía abuelos. –Tenés?
-Me acabo de enterar ayer. No quería tener nada que ver con mi mamá…por el “error” que cometió, o sea yo, pero… le pegó la muerte de ella. Me invitó un mes a su casa…
-Me parece bárbaro. –la cortó Peter. Estaba feliz, realmente, Lali necesitaba estabilidad en su vida más que nada.
-… su apartamento, en Nueva York. –terminó Lali.
Peter quedó atontado un segundo. La quería, no lo podía negar, pero… se encontró a sí mismo con sentimientos por otra persona, y francamente, esta era la conversación más larga que habían tenido en semanas y no habían tenido sexo hace como un mes… Novios de palabra, literalmente.
-Yo no sé dónde estamos nosotros, yo tengo entendido que estamos juntos, Pitt, y… yo te necesité y te necesito, pero… la realidad es que no estás. No estás y no se qué se supone que tengo que sentir en cuanto a nada..., no sé cómo comunicarme con vos sin sonar como tremenda perra... Lo que quiero decir es que… lo que yo siento por vos, no cambió. Y no creo que cambie nunca, por más diferentes que seamos...–Lali se acercó a él. –Yo te amo, Peter. Enserio. Y te extrañé mucho, pero no dije nada, porque…porque no te quiero ahogar y porque, no he estado bien. Y no sé si ir a Nueva York con mi abuela, porque no voy a estar por un mes y me mata estar lejos de vos. -No quiso añadir que le daba un toque de miedo dejarlo solo. Tenía completa confianza en Peter, si no la había engañado en dos años, no la iba a engañar ahora que estaba en su peor momento.
-La… yo pienso que tenés que ir. –Era completamente egoísta, ella lo amaba, y le estaba diciendo que no quería ir porque lo iba a extrañar y él… siendo completamente sinceros, quería que se fuera, tenía ganas de explorar lo que sentía por otra persona teniéndola a ella…lejos. –Tenés que ir, Lali, tu abuela te ofrece una oportunidad a una relación nueva. Sin contar todo lo que podés aprender en un lugar así. Adquirís experiencia.
-Decís? –ella se acercó a él y juntó sus labios con los de él en un beso muy tierno. Él le devolvió el beso. Si había algo que siempre iba a tener con Lali, era feeling, química, y por más que la relación en sí se haya desgastado, no era por la parte física.
Él le agarró el rostro y la atrajo más hacia sí. Profundizando el beso, con su lengua, ella saboreó sus labios, pidiendo entrada a su boca, felizmente concedida. Sonrió en su boca, Lali estaba a punto de sacarle la remera a Peter cuando la puerta de abrió de golpe.
Jenny estaba en el marco de la puerta, mirando la escena boquiabierta. –Hola…
Lali y Peter la miraron atónitos. Peter hasta culpable. –Hola… -murmuró él, separándose inmediatamente de ella. Lali lo miró inquisitivamente, como por qué se alejaba de ella?
-Qué hacían? –preguntó Jenny mirando a Peter acusatoriamente.
-Intercambiando saliva. –replicó Lali. Peter le echó una mirada y Lali lo miró. –Qué? Es lo que hacen los novios… entre otras cosas, obvio. –dijo le tiró una sonrisa.
-Ah… siguen siendo novios? –responde ella. Demostrando que si Lali quería jugar, ella iba a jugar también. It’s on, bitch.
Lali agarra a Peter de la corbata y lo atrae hacia sí. –Eh… sí. –responde Lali.
-Sí. –Corrobora él. –Te importa dejarnos un poco a solas, Jennu? Nos vemos afuera.
Jenny lo miró acusatoriamente a Peter nuevamente y Peter se volvió hacia Lali. –Cuándo te vas? –preguntó.
-Si es que voy, tengo que llamar a mi padre ahora y viene un auto a buscarme mañana de mañana. A primera hora. –respondió ella.
-Un auto? –Lali no era tan rica, tenían lo suyo pero su padre siempre la pasaba a buscar.
-Mi…abuela. Ni idea, al parecer mamá… -Lali suspiró, sus ojos se le llenaron de lágrimas y los cerró, no dejándolas salir. –era… –exhaló. –de una familia con muchísima plata.
Peter la miró sorprendido. –Por qué no me dijiste antes?
-Porque no sabía, Peter… además, no es que estuvieras mucho conmigo cuando me despertaba gritando por las noches o me llamaban personas que ni conozco para darme el pésame porque mi mamá se murió. –Lali rompió a llorar y le dio la espalda a Peter.
Él no sabía por dónde meterse. El tema era que la única razón por la que estaba con Lali era por culpa. Le daba culpa y se iba a sentir una mierda si la dejaba en un momento tan… desgarrador para ella. Peter la vio romperse de sufrimiento, y se sintió una verdadera basura al ver a su “novia” derramar tantas lágrimas. Es que podía ser tan boludo de haberla dejado sola sufriendo? Se quedó como un idiota viéndola llorar, no sabiendo qué hacer. Eventualmente, ella lo miró y murmuró unas palabras.
-Vos querés estar conmigo? Si me vas a dejar hacelo ahora, Peter. –dijo Lali con voz quebrada, cara mojada por la lágrimas y ojos rojos. –Hacelo ahora y sé sincero conmigo. Tengo ya, una oportunidad espectacular para superarte de una vez por todas. -Lo dijo con veneno en la voz. Queriendo provocarlo. Darle a entender que ella no iba a ser completamente dependiente de él toda la vida.
Peter suspiró. Examinó la situación. Si la dejaba ahora, ella tenía un mes para recuperarse y olvidarse de él o por lo menos salir adelante, pero él se sentiría una mierda, culposo y no podría disfrutar. Porque, la quería. Mucho, Lali siempre iba a ser una parte importante de su vida. Pero… si esperaba a dejarla, la que se sentiría peor sería ella, porque se aferraría a la idea de tener a su novio esperándola, pero él internamente se sentiría muy bien por haberla esperado un mes…
-Lali… mi amor, yo te amo. –Se acercó a ella y la besó profundamente. –Te prometo que todas las noches te voy a llamar, ok?
A la mañana siguiente, Lali se fue en un auto negro y brillante. Ésa misma noche, Peter y Jenny estuvieron juntos por primera vez.

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Odienme tranquilas... Me lo merezco. Por este capítulo y por todo en genereal ;)