Amor Arreglado Capítulo 17

Hola, de nuevo!!, Vamos a ver si llegamos a las 35 firmas... Puede ser?

. Luego se levantó del sillón, y solo porque se sentía con ganas de molestarlo a él específicamente, lo despertó.

-Peter –dijo en un susurro.

-Ehh? –dijo con voz de muy dormido.

-Despertate, Pedro.

-Qué querés?

-Quiero que te despiertes! –susurró un poco mas fuerte esta vez.

Se incorporó en su lado del sillón y le dijo –Mariana, qué hora es? –voz de dormido mal.

-Las… -miró el reloj de pulsera- cinco y media.

-Me estás jodiendo Lali?

-No me puedo dormir, Peter.

-Lali, es muy tarde, dormite…

-Vos sos tonto? Te estoy diciendo que no me puedo dormir, Peter!

-Bueno, ta, ahora me despertaste –se levantó del sillón y fue a la cocina. Lali lo siguió. Él se puso a hacer dos cafés.

-No, no me hagas café, quiero chocolatada.

Él se rió –Seguís tomando chocolatada? Cuantos años tenés? –dijo bromeando.

-Sabés que no sé para que te desperté? Lo único que haces es pelearme. Si, sigo tomando chocolatada. Algún problema?

-Todo bien, sabés qué?, yo también voy a tomar chocolatada.

En silencio se tomaron la chocolatada, mientras comían medialunas. A Lali de la nada le empezó a pesar el sueño y el cansancio de no haber dormido en más de veinticuatro horas, y se durmió mismo en la cocina. Peter la cargó hasta el sillón, la tapó con la manta y se fijó la hora, eran las siete, la hora en que usualmente su madre se despertaba. Decidió que no le importaba y se acostó en la otra punta del sillón, bien alejado de Lali, para poder por fin, dormir.

-Qué es esto!? –exclamó Mercedes Lanzani al ver la especie de fiesta de pijamas que había en el living. –Potes de helado, tazas, películas, cuantos años tienen ustedes dos?!

-Mamá –dijo Peter con voz de dormido – Callate que vas a despertar a Lali, ayer no se pudo dormir hasta las siete.

-Tu esposa vino a casa a las siete de la mañana!?

-No… Vino más temprano, recién se pudo dormir a las siete.

-Hijo, hay que poner en orden el living, qué pasa si hoy llega a venir tu padre?

-No va a venir hoy, Mamá.

-Cómo sabés?

-Porque no me he podido comunicar con él, hace semanas que no tengo noticias y me estoy empezando a preocupar.

-Si, yo también, hijo.

-No te preocupes, ya vamos a tener noticias.

-Bueno, hijo, igual llevala a la cama y ya mismo llamo a la mucama para que me ordene todo. Ya sabés que no tolero el desorden, Peter.

-Si, Ma. Ya la llevó –se dispuso a cargar a Lali para llevarla al cuarto, cuando la alzó ella se despertó abruptamente.

-Qué hacés..? –dijo con voz de dormida

-Shhh, te llevó al cuarto que Mamá quiere que ordenen el living, seguí durmiendo –dijo mientras caminaba hacia el cuarto.

-Mmm, bueno –dijo dormida.

Peter la depositó en la cama y la tapó. Y se fue a tratar de contactar a su padre nuevamente. Era muy extraño todo. Hacía semanas que no tenía noticias de él, supuestamente iba a venir dos días después que ellos. Pero, por alguna razón, el único contacto que había tenido con su padre había sido hablar con su secretario, que le comunicó que su padre estaba de viaje en Londres, y que no quería que nadie lo molestara. Peter desistió, dijo que esperaría una semana más, si no recibía noticias de su paradero, él mismo iría a buscarlo. Lali se empezó a mover en la cama.

-Ey, La. Todo bien? –susurró

-Mmm, no. Qué hora es?

-Son las nueve.

-Que!? –se levantó apresurada, fue al baño, y se empezó a cambiar delante de Peter, luego cinco minutos se dio cuenta de su error cuando ya se había puesto el bikini delante de él.

Peter se rió –Recién te das cuenta?

Lali suspiró –Te vas de acá, idiota, cómo no me avisaste que seguías ahí!?

-Perdón, adonde vas tan apurada?

-Qué te importa? –dijo luego un segundo después, sale corriendo al baño. Peter la sigue y la ve vomitando.

-La, estás bien?

-No, no estoy bien –responde bruscamente – Estoy somatizando, o algo.

-Pará, Lali. Anda a la cama de nuevo, te estás agarrando algo.

-No, estoy perfecta –dijo, pero dos segundos después empezó a vomitar de nuevo, Peter le agarró el pelo.

Lali se lavó los dientes y se puso un vestido cortito arriba del bikini.

-Te vas, La –Peter la miró con cara de “no seas inconsciente”.

-Si, me voy, me siento perfecta, Peter. Debió haber sido el helado.

-Estás segura?

-Si, chau. –y salió por la puerta, corrió por el living, y luego de caminar unos pasos más, estaba en la playa, donde se encontró a Gastón y Nacho, el chico de anoche.

-Hola, mi amor! –dijo Gastón al verla.

-Hola, hermoso –dijo mientras lo besaba, Gastón no besaba mal, no se comparaba con los besos de Peter que eran dulces y a la vez apasionados pero… Por qué pensaba en los  besos de Peter cuando besaba a otro hombre!?

-Bueno, bueno, a ver si se despegan un poquito… -dijo Nacho.

-Uy, perdón, Nachito, qué hacés?

-Hola, Lali!

-Bueno, vamos a las olas? –dijo Gastón.

-No, mi amor. Yo hoy te miro nada más, no me siento bien. –dijo Lali.

-Qué te pasa?

-Nada, es que, no sé, tengo el estomago revuelto.

-Querés que llame a una amiga, así no te quedás sola, Lali?

-No, no te molestes.

-No me molesto, en serio, es re buena onda. Además, preciso una buena excusa para estar con ella.

-Bueno, lo hago por vos, entonces.

-Gracias, petisa, te quiero!

Nacho llamó a su amiga, y luego de hacer la llamada y recibir su confirmación de que vendría se tiró con Gastón al agua. Se quedarían allí un bien rato ya que habían buenas olas. A los diez minutos llegó una chica.

-Hola! –la saludó Lali.

-Qué hacés vos acá? –preguntó la chica sorprendida.

Lali vio quien era y quiso cavar un hoyo y meterse en el. Estaba en problemas. Esa chica, ESA chica, era una mucama que trabajaba en la casa. Y la conocía. Sabía quien era ella! No!

-Señora Mariana, es usted? –preguntó.