Creo que son tres mil palabras. PERDON. No puedo expresar lo agradecida que estoy de que no se hallan rendido en mi novela. Trate hacerlo muy largo. Lo mas largo que pude. Me tengo que ir. Special Thanks a Luli. Comenta pila y me pase por su blog. Escribe super bien. Beshos.
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Al llegar al departamento en
donde se iba a quedar se alegró de saber que por fin, había conseguido un auto
y su hospedaje en uno de los edificios más prestigiosos de L.A. estaba todo
arreglado. Tenía comida, su ropa, sus cosas… No le faltaba nada. Decidió que se
iba a tirar a dormir una siesta por un ratito.
El ratito duró tres horas y
cuando se despertó eran como las siete de la tarde, o sea que en Buenos Aires
serían las once de la noche, Lali debía de estar durmiendo. Peter se cocinó a
si mismo un omelette (era un crack) y se tiró a dormir nuevamente.
Al despertarse, a las seis de la
mañana para grabar, decidió que hacía mucho que no hablaba con Lali, y mejor la
llamaba, porque… no es que lo hiciera quedar como un nene…pero extrañaba a su
novia, ok? No es un asunto para reírse. Marcó su número y le contestó su novia,
con un tono de voz impropio de ella.
-Hola? –contestó, su voz cansada,
triste, sombría.
-Lali! Mi amor, cómo estás?
–saludó el hablando muy fuerte.
-Pitt… baja la voz querés? Qué
hacés, todo bien ahí?
-La, estás bien? –inquirió Peter
confundido.
-Sí, sí, -dijo ella sin darle
importancia. –Vos? Vos estás bien? Cómo está L.A.? –dijo Lali fingiendo
entusiasmo.
-Bueno… es muy soleado, hay mucha
más gente, la producción esta buenísima y ya conocí a los actores, que en
realidad son medio amateurs, creo que soy el único pro ahí, pero todo bien.
–Lali murmuraba ajá cada tanto. –Y nada, estoy quedándome en un apto que tiene
una vista imponente al mar, mi amor, no sabés lo espectacular que es,
imponente, me encantaría que estés acá conmigo… Se me ocurren cosas que
podríamos hacer juntos… -terminó seductoramente.
-Ajá. Sí, emm, muy bueno, ok?
Llamame más tarde, Pitt, realmente me tengo que ir ahora, te amo, sí? No lo
olvides, chau. –Cortó.
Pitt se quedó con una sensación
en el estómago que no pudo comprender, no sabía si definirlo como vacío o qué…
pero lo dejaba inquieto e inseguro por primera vez en su vida. Y lo odiaba.
O
sea, básicamente le acababa de decir a su novia que no podía esperar hasta que
estén juntos y hagan el amor y ella tipo “Ok…”. Cuando Peter Lanzani te decía
que quería partirte al medio, vos no decías “Muy bueno”, vos te subías en el
próximo avión y no usabas ropa interior por una semana. Así de simple.
Peter decidió dejar el tema
estar, probablemente Lali estuviera cansada, con un largo día de trabajo por
delante, al igual que él. Comió algo rápido y se subió a su auto, esta vez,
Ricky le consiguió un Ferrari azul eléctrico, muy llamativo. Lali lo odiaría y…
francamente, Peter también lo odiaba un poco, el color, por supuesto. El auto
era un fuego, por sí solo. Decidió dar una vuelta en él e ir ya al set. Estaba
llegando diez minutos tardes, pero al ser el actor estrella y el más
imprescindible, podía darse el lujo.
Los Ángeles es fantástica, pensó
Peter. El sol, el calor, la gente, las playas, palmeras, todo. Le re pintaba
tirarse al agua. Capaz una vez que llegue a su depto hoy de tarde cruzaba a la
playa. Llegó al set y al bajar del auto los periodistas lo acosaron hasta que
logró entrar al estudio, listo para grabar.
-Sin comentarios. –dijo en
general, para que dejen de molestarlo.
Pero… como si fuera a zafar de
las entrevistas. Al entrar, Cris Morena lo saludó con una caluroso abrazo.
-Peter! Cómo andás? Escuchá, hay
unos reporteros que vienen a hacer unas entrevistas, ya tienen todas con los
chicos, pero naturalmente, vinieron acá por vos. Podrías ir allá con Ori y
Jenny?
Peter la miró directamente a los
ojos. –Preferiría que no, Cris. Sabemos bien que no me van a preguntar nada del
show.
-Yo sé que odiás esto, pero sos
el que está más acostumbrado a esto. Las chicas no tienen ni idea de qué hacer
y les vendría muy bien un ejemplo a seguir.
-Yo? Ejemplo a seguir? –Cris sólo
sonrió enigmáticamente y lo guío hacia donde estabas las chicas dando
entrevistas. Los entrevistadores lucían aburridos, esperando al protagonista y
las chicas no sabían qué hacer para entretenerlos.
-Peter! –Oriana Sabatini lo
saludó como si lo conociera de toda la vida y todas las cámaras y personas
voltearon para mirarlo. Oriana se levantó y lo arrastró básicamente al sillón
en medio de él y Jenny. Ahora sí estaba interesante la cosa.
-Bueno, chicos, acá tenemos a
Peter Lanzani. –dijo Oriana, osada como era ella.
-Hola Peter, soy Amelia, de TMZ. –se
presentó la primera entrevistadora. –Oriana y Jenny nos estaban contando que
todos son como una gran familia acá en Aliados.
Peter alzó las cejas. –Enserio?
Yo acabo de llegar ayer recién. Cómo es esta familia? –Ori y Jenny lo miraron
atónitas, se suponía que debía seguirles la corriente. No decir la verdad.
-Tonto! Siempre jode así. –Oriana
lo abrazó de costado y Jenny la imitó.
-Parece que estás con muy buena
compañía, Peter. Qué nos podés decir que tu vida amorosa? –Obvio, esta no era
una entrevista de trabajo, esto era especialmente para que pendejas incogibles
lean de su ídolo adolescente favorito.
-No estábamos hablando del
programa? –Contestó Peter, evadiendo la pregunta. La entrevistadora rió.
-Seguís con tu novia de ya casi
un año? –Jenny rió ante esa pregunta.
-Eh? –dijo Peter, confundido ante
la risa de su compañera.
-Y esa risa? Qué está pasando en
realidad en el set de Aliados, los fans están muertos de ganas de saber! –Peter
estaba siendo filmado, abrazado a dos chicas, y no tenía ni idea de qué carajo
hacer.
-Esa risa no es nada, o sí? –pregunta
Peter. Decidió que mejor respondía con sinceridad. –La verdad, que ni idea como
es el set de Aliados porque no grabé ni siquiera mi primera escena, mucho menos
hice las fotos promocionales. Con mi novia, todo muy bien, y lo único que sé de
estás dos señoritas es el nombre… Con permiso. –Se levantó y Oriana y Jenny
fueron forzadas a soltarse del agarre que le tenían a Peter. Los periodistas
chequeaban desesperadamente si habían captado lo que había dicho Peter Lanzani
y sonreían triunfantemente al descubrir que sus cámaras habían captado todo lo
que salió de la boca soñada de Lanzani.
-
Peter bufaba mientras se alejaba
de los reporteros. Inmediatamente el crew de maquillaje y vestuario lo agarró y
lo empezaron a transformar en Noah. Luego de eso, se tomó unas cuantas fotos y
finalmente llegó la hora de grabar. Grabó toda la mañana, las primeras escenas
fueron francamente interesantes de hacer. Todavía su interés amoroso en la
novela no aparecía, pero se llamaba Venecia y tenía grandes sospechas, bah, no.
Tenía grandes certezas de que ése era el papel de Jenny.
Su personaje hasta ahora había
chapado con diecisiete chicas, una tras otra completamente dispuesta a hacer
algo más que besarse al terminar la escena y dejarle, no muy sutilmente un
papelito con su nombre y número en el bolsillo. Peter a la hora del almuerzo,
nada disimuladamente, sacó todos los papelitos del bolsillo y los tiró en la
basura del centró del comedor. Todas las chicas que le dieron los papelitos con
los números ser dieron cuenta y lo miraron con la cara rota.
Peter les sonrió de costado e
inmediatamente se distrajo porque Jenny se paró en frente de él para decirle
algo. Algo que no supo que era porque a su vez se volvió a distraer por el
sonido de su celular que vibraba y sonaba muy alto. Alzó un dedo para decirle a
Jenny que cualquier cosa que ella tenga que decir, no importaba tanto para él
porque tenía que atender esta
llamada. Sí, todo eso en un gesto. La pelirroja asintió y se volvió a sentar.
Peter oyó que le decía a Oriana algo así como… -No tenía ganas de hablar
conmigo…
Peter sonrió. –Hola! –saludó alto.
Capaz muy alto, porque todos en el comedor lo miraron extraño. Era Lali.
-Hola, Pitt! –Por fin, Lali
estaba más normal esta vez. –Perdón que la última vez que hablamos estuve medio
en otra. Ya estoy acá para me hablés y me cuentes lo que quieras hasta que mi
oreja se me caiga. –Peter se rió. El sentimiento amargo que tuvo toda la mañana
por la conversación fallida de antes con Lali se desvaneció.
-Igual me quedé re preocupado,
La, te juro, creí que había pasado algo. Está todo bien por allá?
-Cosas de la vida. –dijo ella a
modo de respuesta. –Ahora no es el mejor momento para contarte, estoy en la
oficina. Vos, dónde andás?
-Yo también estoy laburando.
-Sí? Cuando sale al aire este
programa? Tiene buen material? –preguntó Lali jodiendo.
-Ni idea, recién acabo de grabar
las primeras escenas, y la verdad… me sorprendió, no es una mierda…
enteramente. Bueno, lo único que no es una mierda es mi personaje, no quería
admitirlo, ni ser egocéntrico pero si hay una razón por la cual tengas que ver
el programa, soy yo, amor. Listo, lo dije. –Lali se estaba riendo a carcajadas
y para Peter, era música para sus oídos.
-Te extraño. –murmuró ella en el
teléfono. –No puedo esperar a que vengas, Pitt.
-Estás llorando? –dijo Peter con
preocupación. –La?
-No! –dijo ella riendo. –No, no
estoy llorando. María me mandó a hacerle un té raro de hierbas y creo que no
son legales. Me estoy drogando más o menos con este olor, Peter… es inhumano.
–Peter rió.
Peter no pudo evitar sacarse el
sentimiento de que Lali lo estaba distrayendo. Había algo que le estaba
ocultando. Era buena, cambiando de tema, para no contarle lo que de verdad le
estaba pasando. Muy buena, le debía eso. –Sos divina, La, te tengo que dejar,
me están llamando para grabar. Te amo, sí? Mandame un mensaje hoy con la hora a
la que puedas conectarte a Skype y hablamos. Sí o sí, Espósito.
-Sí, yo también me tengo que ir,
Peter. Te amo, ok? Nos hablamos hoy.
-Sí o sí. –le recordó él. –Beso,
La.
-Chau. –Ella esperó para cortar,
y él esperó a que ella cortara.
-Chau, La. –dijo él.
-Chau, Pitt. Cortá.
-Cortá vos. –replicó él. A lo
lejos oyó que llamaban a todos a grabar. Oriana se acercó a él para decirle
algo y él la ahuyentó con un gesto de la mano.
-Peter… -Advirtió Lali. –De
verdad nos estamos convirtiendo en ése
cliché de parejas? Cortemos el teléfono, dale.
-Sí, chau. Beso.
Beep. Llamada finalizada. Peter
suspiró. Oriana se volvió a acercar a él, esta vez Jenny estaba con ella.
–Llamada importante? –preguntó la morocha.
-Muy. –contestó Peter.
-Ah… era tu novia? –preguntó Jenny.
-Ajá. –dijo Peter, sonriente.
-Qué amor. –dijeron las dos a
unísono.
-Tenemos una escena los dos
juntos, Peter. –dijo Jenny emocionada.
-Sí? –preguntó Peter curioso.
-Sabés decir más de una palabra
monosílaba, Peter? –preguntó Oriana un poco molesta, ocultandolo con una
sonrisa falsa.
-Claro que sí. –dijo él.
-Ah… Bueno, estaba pensando que
podríamos promocionar el show hoy yendo a este evento en Beverly Hills, va a
haber mucha prensa. Obvio que estabas enterado, no Peter? –preguntó Ori.
-Sí… Chrisallys Ball, o algo así?
Es una caridad, o una beneficencia, no?
-Sí! –dijo Oriana extasiada.
-Seee, no voy a ir a eso. –dijo Peter. La sonrisa de Oriana, junto con
la de Jenny se cayó.
-Por qué? –preguntó Jenny
poniendo una trompita, como si fuera una nena.
-Porque… no tengo ganas?
–respondió sádico.
-Peter, deberías ir. –insistió
Oriana. –Como ya dije va a haber mucha prensa. Hay que promocionar el programa,
y no es que esté siendo injusta con los demás chicos, pero, seamos francos. –Su
voz se tornó en un susurro. –Nosotros tres somos la razón por la que este
programa tiene pinta de triunfar. –Jenny asintió enfáticamente y Peter le clavó
el visto.
Sinceramente, Ori? ÉL, él! Peter
fucking Lanzani era la única razón por la que este programa de cuarta no se venía
abajo. –Peter, Ori tiene razón, vamos los tres juntos. Esta es nuestra
dirección. –Sacó del bolsillo una tarjeta que parecía que la tenía preparada
hace días y se la puso en la mano a Peter. –Estamos viviendo juntas. –Jenny
sonrió. Ori la imitó. –Pasanos a buscar hoy a las siete, y vamos juntos los
tres, sí?
Las chicas se fueron antes de que
Peter pudiera decir nada y se quedó mirando la tarjeta como un boludo. –Qué
carajo? –dijo en voz alta.
-
El día terminó bastante rápido de
ahí en más. Fue a su depto, se duchó y se conectó a Skype. Por suerte, Lali
estaba conectada. La llamó y a los segundos contestó la llamada. La miró por la
pantalla pixelada de la computadora y sintió deseos de tomarla en sus brazos y
simplemente besarla hasta dejarla inconsciente. Seee, estaban a dos mil
kilómetros de distancia. Medio imposible.
Lali estaba usando un short de
jean rotoso y una musculosa negra. Tenía el pelo atado y… notó que coleta de
pelo de Lali era… rubia. Se había teñido el pelo! Bueno, seguía siendo morocha
en la mayoría del pelo, pero estaba rubia. Parecía molesta por alguna razón y
Peter la miró con cara divertida.
-Ok. Qué te pasó de acá a dos
días, quiero informe completo YA. –dijo Peter mirándola expectante.
-Ay, Peter! Qué lindo verte! –dijo
ella, sonriendo.
-Informe! –contestó él riendo.
Ella suspiró. –Es largo. –advirtió.
-Tengo todo el tiempo del mundo. –Mentira,
tenía que ir a buscar a Oriana y Jenny en una hora, pero valía la pena hacerlas
esperar.
Lali se largó a explicar. Su
rostro adquirió una expresión cansada. –Hace tres días… Peter hace tres días, de noche, siento que me tocan la puerta.
Me levanto, y a quien me encuentro hecho mierda, en el umbral de la puerta?
-A quién? –dice él preocupado.
-Volvió Lucas. Te acordás que sus
padres lo echaron de la casa? Se fue a no sé dónde con los imbéciles de los
amigos y cuando se quedó sin plata, volvió, los padres, obviamente los mandaron
a la mierda y viene a mi casa. Pitt, lo tengo acá, dormido en el cuarto de
Vico, no sé qué carajo hacer con él. Yo tengo que ir a trabajar y él esta… esta
raro. No sé en que anda, ni con quien anda, pero no lo puedo dejar solo cuando
más me necesita.
Peter exhaló frustrado. –Lali, es
un flor de boludo! –se estaba empezando a enfurecer. –Lali, ese pibe tiene que
rehabilitarse, estar hospitalizado.
-Ya sé. Pero no tengo ni idea de
qué hacer. Igual, yo le dije que si se quiere quedar conmigo en mi casa, que busque
laburo. Y nada, consiguió algo, no sé, creo que es guardavidas en la piscina
pública o algo, el punto es que no es completamente inservible. Pero, igual. No
te preocupes, igual, estoy manejando bien la situación.
Peter le sonrió, pero la sonrisa,
no le llegó a los ojos. Decidió cambiar de tema. –Me explicás el look de rubia,
por favor? Qué le pasó a la mayoría de tu pelo color chocolate que tanto amo,
La? –dijo haciéndose el poético.
-Ay… -dijo cubriéndose la cara
con las manos. –Me quiero matar. Esto sí es culpa de Lucas y lo voy a matar.
Viste que se está acercando mi cumpleaños dieciocho? –Peter asintió. Tenía algo
muy especial planeado para su cumpleaños. Pitt le sonrió y le indicó para que
continuara. –Lu y yo teníamos una tradición, que… al parecer la seguimos
teniendo… -agregó. –Y nada, me estoy bañando y agarró el producto para desenredar
el pelo, y… el boludo éste parece que le puso una mezcla de agua oxigenada, con
limón, con manzanilla y un producto que tiñe el pelo y lo quema más o menos.
Una mezcla letal. –Lali se cubrió la cara con las manos. -Me fui a dormir, al
día siguiente amanecí estúpida.
Peter rió fuerte. –No te rías! –lo
retó Lali. –Peter, creo que lo dejé estéril de por vida con la patada en las
bolas que le dí.
-Ésa es mi chica. –Eran tan
tiernos que se chocaron la mano por la compu.
-Pero es horrible y lo peor de
todo es que no me puedo cortar esto porque me va a quedar el pelo recontra corto. –dijo Lali riendo. –Entonces tengo que esperar a que me crezca.
-Nada que ver, el pelo corto te
re favorecería.
-Nah… -dijo ella. –Te gusta?
-Te podrías teñir el pelo de
rosado y me gustaría?
-Siempre quise tener el pelo
rosado…
-Era joda!
-Ok, pero en otra realidad
alternativa hay una Lali con el pelo rosado, te lo juro. Algún día quiero tener
las agallas de teñirme el pelo de rosa.
-Seee, La, no va a pasar. –Dijo él
riendo.
Hablaron de millones de cosas.
Casi como los viejos tiempos, excepto que estas charlas usualmente se daban
antes del sexo, o después del sexo. Y en muchos casos antes y después del sexo. Se sentía tan bien estar conectado a Lali,
aunque sea a través de una pantalla.
-Hablamos mañana? –preguntó ella.
-Eso no se pregunta, La. Obvio
que hablamos mañana.
-Chau, Pitt. –dijo ella. –Te quiero.
-Yo también, y el rubio te queda
hermoso. Me encanta.
-Entonces yo te amo.
-Más.
Lali le voló un beso y la llamada
de Skype terminó. Peter suspiró. Eran las siete y cuarenta. Se iba a dormir, en
ese instante cuando se acordó de un arregló hecho varias horas antes.
-La puta que las recontra parió! –gritó
él a nadie en particular.
...