lunes, 27 de mayo de 2013

Una Opuesta Atracción Capítulo 24

Disfruten esta etapa linda de la novela. Es muy cariñosa y cursi y en serio me esforcé en escribirla. Casi vomito. Pero todo sea por las lectoras, no? -------------------------------------------------------------------------------------------------------------



-Si me lastimás, te aviso que mi hermano es boxeador. –dijo ella y él se rió, pero ella hablaba en serio.
-No tengo miedo. –dijo él frunciendo el ceño.
-Ah, no? –dijo ella alzando las cejas.
-No. –dijo él sonriendo. –No va tener razones para demoler mi hermoso rostro.
Ella simplemente lo besó como respuesta.
--
No tenía palabras para describir las últimas semanas. Probablemente increíble se quedara corto, es que… Cuándo había sido tan feliz? CUÁNDO? Sonreía como un tarada hasta cuando tenía que ir al set a trabajar, no es que no le gustara su trabajo, pero Natalie se había dado cuenta de que no estaba disponible y se comportaba como una verdadera pendeja, sonreía como un tarado hasta cuando le dieron el seis en el examen de matemática. No importaba, simplemente, esperaba que llegara el fin de la clase para poder encontrarla y besarla en el pasillo hasta que los dos se quedaran sin aire.
El timbre sonó, finalmente, y Peter se apresuró a guardar sus cosas, caminó unos diez pasos y corrió otros veinte, pechando a unas treinta personas y otras treinta personas dejándolo pasar debido a su status de… actor famoso y espectacularmente hermoso. Ella lo esperaba sentada afuera, en un banco, hablando por teléfono… de nuevo.
Es que ALGO mal tiene que salir, nunca sale nada completamente bien, no?
-No viniste hoy tampoco, Lucas! Qué carajo estás haciendo con tu vida?
-…
-Sabés perfectamente que no te puedo cubrir toda la vida, en un momento u otro se lo vas a decir a tus viejos o se lo digo yo.
-…
-Chau! No! Terminá con esto, te lo suplico. –Lali estaba luchando por no llorar, odiaba llorar en lugares públicos. –Chau…
Peter la miró, todo el entusiasmo se le desvaneció en un instante. –Sabés que no te tenés que preocupar de ese idiota, no?
-Ese idiota es mi mejor amigo. –murmuró ella secándose las lágrimas.
-Sí, ya sé, Lali, pero no te parece que te estás sobrecargando… de nuevo? –dijo Peter, esperando un estallido verbal por parte de su… novia. Sí, novia, se sentía muy bien decir eso aunque la situación fuera medio deprimente en ese instante.
Lali, sorprendentemente, se rió. –Sí, es una costumbre mía hacer eso, no? –Lo agarró de la mano y lo sentó al lado de ella y luego lo besó. Peter no podía evitar volver a sorprenderse cada vez que se besaban, era como si cada vez fuera la primera. Él entonces le devolvió el beso, con más ferocidad y ella se lo devolvió a su vez y así hasta que se dieron cuenta que estaban en el patio escolar y que varias personas los estaban mirando… de nuevo.
Era costumbre, varias chicas ya habían arrinconado a Lali en los pasillos preguntándole si le estaba pagando a Peter o si lo estaba chantajeando o algo, ella estallaba en carcajadas y les decía que no podía revelar muchos detalles. Era muy gracioso. Pero su romance ya era bastante conocido en el colegio, y a ella no le importaba, lo que le importaba es que ya habían sido fotografiados juntos en varias revistas y ella ODIABA la exposición. Por si no quedo claro, la ODIA. Odia como la prensa inventa, hace y deshace relaciones, matrimonios, amistades, noviazgos, etc. Y lo último que quiere es salir en la tapa de una revista.
Cómico, que lo único que quiere Peter, es gritarlo a los cuatro vientos. Por supuesto, sus amigos ya saben, sus padres, también, hasta Vico, pero Lali tuvo ciertas reservas en contarle, porque…. Bueno, le daba vergüenza. Casi mata a Peter por el auricular del teléfono.
-Querés venir a mi casa? –pregunta ella rompiendo el beso.
-Vamos. –dice sonriendo y abrazándola de la cintura. Cuando esta con ella, no puede evitar no estar pegado. Suena cursi, suena bien típico de parejita, y no es nada típico de Lanzani. Pero, a la mierda, no hay nada mejor que estar pegado a Lali.
Lali se baja del auto cuando llegan a la entrada del edificio.
-Nunca te lo dije, pero cada vez que estacionás el auto acá me da la impresión de que te lo van a robar. –dijo sonriendo. –Estos autos no deberían estar en un barrio así.
-Es un barrio seguro. –discrepó él.
-Sí, seguro sí, pero últimamente… -Dudó si seguir hablando, Peter sabía que se refería a Lucas y a sus nuevas amistades. –Nada, no te preocupes, no es que no te pudieras comprar como ocho más, no? –terminó bromeando.
-Como veinte más. –dijo él riendo y siguiéndole con la broma y besándola mientras subían las escaleras.
-Uh, flaco, humildad…
-Es una cualidad que no tengo, perdón. –dijo besándola a la vez que subían las escaleras.
-Aprendela... –murmuró ella en su boca. Ya estaban en el piso de Lali y se estaban besando descontroladamente, cuando alguien tosió a sus espaldas y encontraron a ese alguien recostado contra la puerta del apartamento de Lali.
Lali se desenganchó rápidamente de Peter y miró a su amigo. Lucas estaba hecho una ruina, ojos rojos, piel cortada, pelo revuelto y parecía que no se había duchado en días.
-No sabía de “esto”. –dijo haciendo comillas en el aire refiriéndose a Peter y ella.
Lali se abrazó a sí misma y miró para abajo. Luego de unos segundos, sin embargo, lo miró a su amigo directamente a los ojos. –No tenías por qué saber… -luego de unos segundos de silencio incómodo Lali lo increpó. –Qué hacés acá? Estuve preocupada por vos, no sé dónde carajo estás en todo el día, desaparecés y yo como una idiota esperando una llamada tuya!
-Por favor! Estás bastante ocupada! –le recriminó él, alzando los brazos.
-Sí! –dijo ella, Lucas esperaba que se encogiera y le negara todo, pero para su sorpresa no lo hizo. –Sí! –repitió. –Ya era hora, no? Lucas…
-Lali, no sé por qué te rebajas a este nivel, este pibe acá –señaló a Peter. –Va a acostarse con vos y te va a dejar! Se está aprovechando!
Lali se quedó callada mirando para abajo. Peter lo miró a Lucas indignado. –Qué carajo, decís flaco?
-Como si no fuera cierto, Lali, tenés docenas de minas como prueba. Te está usando, francamente te creí más viva.
Peter sin embargo estaba ofendido. –Docenas? –dijo… incorrectamente, se estaba indignando por el motivo que no era. Él bufó. –Centenas, sería un término más adecuado. –En cuanto salió de su boca él se arrepintió. Lali lo miró con los ojos como platos
Lali, dejó de mirar abajo y le dijo a Lucas. –Tenés una semana para contarles a tus padres. Si no les contás en ese tiempo, yo misma voy y se los cuento. –Habiendo dicho eso, Lucas se fue enojado y Lali abrió la puerta, pero cuando Peter quiso entrar, Lali no lo dejó. –Esto no tiene futuro, o sí?
Peter quedó con helado ante la pregunta. No tenía idea de qué responder, claro… él quería que esto tuviera futuro, pero había quedado muy mal parado en la conversación de recién. –En serio me estás haciendo esta pregunta? –fue lo único que salió de su boca.
Ella alzó una ceja y Peter casi se derrite ante la expresión. –Ok, bueno, mejor lo dejamos acá…
-Pará! No puedo entrar? –preguntó él.
-Ok, Peter, me acabás de decir acá mismo hace como veintiún segundos que esto –hizo un circulo con los dedos que los incluía a los dos. –no es nada para vos… No sé, yo necesito estar con alguien que sienta lo que yo siento, para vos esto es un juego. Vos realmente no te das cuenta que sos la única persona de la cual más dependo para ser feliz? –Lali se quebró en la última parte. Él no entendía todo lo que ella lo necesitaba? Era como… una droga, sí, pero una droga saludable, de la cual una sobre dosis no haría daño.
Peter quedó shockeado, no por primera vez en la hora. Y por primera vez dijo algo inteligente que le hizo ganar muchos puntos, a diferencia de todas las boludeces que había dicho previamente. –Acaso vos no te das cuenta de todo lo que yo te necesito y dependo para ser feliz, Lali? –Luego ella lo agarró de la camisa y besándolo lo atrajo hacia sí y lo entró al departamento.
-Es mentira que te vas a acostar conmigo y me vas a dejar, verdad?
-Eso quiere decir que me voy a acostar con vos en breve? –dijo él con los ojos abiertos como platos y una gran sonrisa.
-No me respondiste la pregunta. –murmuró ella, una pequeña sonrisa escapándose de sus labios.
-Lali, no puedo estar dos horas sin mandarte un mensaje, te parece que luego de que estemos juntos voy a poder siquiera separarme de vos?
Ella lo besó a modo de respuesta.
-Te juro que tu primera vez va a ser inolvidable. –dijo besándola y ella no pudo evitar bufar y sonreír un poco.
-Qué? –dijo él. –Ok, ya sé que lo que dije sonó muy cursi y acaramelado, pero es así. O sea, va a ser con Peter Lanzani, sex symbol, no podés esperar menos, qué querés que te diga? –sonrió él.
-No… -dijo ella sonriendo y negando con la cabeza. Alzando la cabeza, y sonriendo le dijo. –Peter, yo no soy virgen.
Por qué siempre que se trataba de Lali él SIEMPRE, pero SIEMPRE llegaba tarde? Primero él boludo este del amigo, se refugiaba en sus pechos luego otro boludo había llegado antes a robarle la virginidad de Lali. Bueno, técnicamente robarle no… No era suya, ni nunca lo sería.
-Ok, quien fue? –dijo él, un poco molesto.
-No entiendo por qué te enojás, en serio. –dijo ella riendo.
-Porque siempre llego tarde con vos! -dijo él alterado.
-Eh? –confundida.
-Primero, tu amigo, viste, se “refugia” porque estaba “triste” o “en una crisis existencial” en tus par de espectaculares…
-Ok, eso no es justo! Estaba triste y Lucas es como un hermano, él me vio desnuda ya cuando te…
-Fue él! –gritó.
-No! No fue él, tenía cuatro años, nos bañábamos juntos en una piscina inflable, Peter.
-Todo el mundo te vió desnuda menos YO? –Espetó él.
-Si contás a mi hermano, a Lucas y a mis padres, y eso era de chiquita,… ah y a Thiago, sí, entonces todo el mundo me vió desnuda, Peter.
Peter se pasó las manos por el pelo. –El punto es que Lucas las tocó y yo ni siquiera pude verlos.
-Peter… es joda? Prácticamente, el otro día cuando salí de bañarme “dejé caer” la toalla. Si vos no viste, sos un boludo importante.
-Qué?! Eso fue intencional!? Perdón por ser caballero! No sé…
-Te quiero mucho. –dijo ella besándolo.
-Quien fue? –volvió a repetir, rompiendo el beso. –Ese Thiago?
-Sí. Ése Thiago, el que me hacía sentir celos a propósito, fue el año pasado, lo dejé después de que mis padres murieron y al darme cuenta de que era un pendejo idiota. Feliz?
-Sí, estoy super contento que hayas estado con alguien antes que yo.
-Ok, eso ya es ser hipócrita, no te conocía… para nada, y vos estuviste con tantas chicas que podrías formar una colonia de mujeres, Peter. Es enserio? Porque siento como que es la pelea más patética que tuve en mi vida.
-Perdón por quererte solo para mí. –dijo besándola.
-Te perdono, solo para aclarar, yo también te quiero sólo para mí.



sábado, 25 de mayo de 2013

Una Opuesta Atracción Capítulo 23

Otro más, ame lo comentarios del capítulo. Gracias :D --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


-Peter andá a clase. –dijo Lali cortante.
-Ok! Ok! Pará mandada, quien te creés que sos? No me mandás! Soy un hombre libre, carajo! Y voy a seguir siendo un HOMBRE LIBRE! Hasta el resto de mis días! –grito.
-Lanzani, haga el favor de dirigirse a dirección. –Peter fue llamado por el altavoz. Toda la escuela lo había oído.
--
Lali y Lucas se fueron antes del colegio, Lucas no se sentía NADA bien, estaba prácticamente inconsciente por eso luego del sermón del director, Peter no los encontró por ningún lado. Se dirigió a la casa de Agustín luego de finalizado el horario escolar. Lamentablemente, la primera pregunta que hizo Agustín en cuanto lo vió fue:
-Hola, y Lali? –
-Quién? –dijo Peter, ahora su táctica era hacer como si no conociera a Lali. Iba a pasar dos semanas ignorándola incluso aunque se le fuera la vida en ello.
-Lali, boludo. –dijo Agus.
-Qué Lali? No conozco ninguna Lali, a lo sumo alguna Loli, Lilo, pero Lali… No.
-Boludo! Tu Lali? La única chica que te putea… esa Lali.
-No tengo ni idea de que me estás hablando… -dijo Peter cortante. –Y no está bueno que te refieras a ella como mía porque justamente Lali es todo, menos mía. O sea, me dio un ultimátum.
-Peter, es joda? Se venía venir en cualquier momento, solo vos… repito, solo VOS, te podrías sorprender de que te dé un ultimátum, venían saliendo hace mil.
-No veníamos saliendo hace mil! Recién la besé anteayer… Y ni siquiera yo la besé primero, ella me besó a mí.
Agustín estalló en carcajadas. –Oh!!! Boludo! Sos un dormido, o sea, nunca habían estado juntos?
-No… nunca, nunca creí que yo querría eso, pero… no sé, fuimos al concierto de Coldplay y pasaron su canción favorita, “Paradise”…
-Temón.
-Sí, y yo me puse re poético, no sé por qué carajo y en un momento, creí que ella iba a ir al baño a llorar o algo y me agarró la cara, boludo, tiene fuerza, me agarró así y besó.
-Y no te gustó…
-Me encantó, luego de noche salimos, fuimos a una discoteca, cenamos y un flaco la saca a bailar y ella acepta porque yo antes… fui un idiota, le dije que todas morían por mí o alguna de esas boludeces y esa era su “venganza” y el flaco le empezó a besar el cuello y… Y me agarré a las piñas, no sé si viste el video en YouTube, se llama “Lanzani Al Ataque”, está muy bueno, creo que le rompí la nariz al flaco, el punto es que… me dijo después de salir que… si quería ir en serio, que ella estaba de acuerdo, que no quería pendejadas y que si yo no quería nada con ella, que por favor me aleje, así se acostumbraba a estar sin mí, o una mierda como esa.
-Uf… Tenían mucho que hablar.
-Boludo, hace dos días que no hablo con Lali, imagínate, con ella esto es recién el preámbulo, pasamos horas conversando.
-Ok… Bueno, Peter, y cuál es tu siguiente movimiento? –dijo en burla Agustín, pero Peter se lo tomó en serio.
-Ignorarla y hacer como que no existe.
-Bien, ahí. –dijo Agustín irónico. –Yo no apostaría por vos.
-Qué querés que haga? O sea, ella no quiere salir conmigo a menos que yo cambie totalmente mi estilo de vida. Debería quererme por lo que soy! – dijo Peter enojado.
-Te quiere justamente por lo que sos! –arguyó Agustín. Lo agarró de los hombros y lo miró directamente a los ojos. –Oíme bien, pedazo de estúpido, dejá de putear, de llorar y de portarte como un pendejo.
-Soy un pendejo! –dijo Peter, un poco asustado, mirando fijamente a Agustín.
-Te conozco desde que tenés tres años y te measte en preescolar. Los dos salimos con un sinfín de chicas, pero no te ví tan cambiado, tan… feliz desde que entró Lali a tu vida y te hace rezongar y reír y joder y básicamente… feliz. Ella es la única, repito, la única chica, y persona además de Nicolás y yo y tu familia, que realmente te quiere a vos. Ni tu plata, ni tu fama y mucho menos tu físico.
-Un poco mi físico, sí…
-Me importa un carajo. Así que… decidí lo que querés hacer… Y HACELO, PEDAZO DE PELOTUDO! Me tenés harto hablando de “ Ay… besé a Lali, ella me besó”. No me puede importar menos, entendés?
-OK… -Dijo Peter confundido. –Vos entonces… decís… que yo vaya y esté con ella?
-Sí, boludo, lo que vos esperás de ella no existe, no podés estar con ella amorosamente, charlar con ella amistosamente y luego esperar que ella no se enoje si vos estás con otras minas. No existe.
-Es que… no quiero estar con otras minas.
-Entonces cual es el puto problema?!
-No… no sé. –dijo Peter confundido.
-Nah… no se puede creer, vos tenés problemas, boludo? En serio, andá al psicólogo.
-Sí, me lo han dicho varias personas. Tengo que ir a un psicólogo o algo.
-Qué carajo seguís haciendo acá? –preguntó Agustín con los ojos bien abiertos.
-No sé…
-Andá, boludo!
-A DONDE!? –Inquirió Peter alarmado.
-A lo de Lali! Hacé algo! –dijo su amigo, animándolo.
-Ahora?!
-No, después de que terminés de pintarte las uñas! –alzando las cejas y riéndose de su propio comentario.
-Ah… ok. –dijo Peter, con la confianza renovada. Le duró lo suficiente como para llamar al timbre del departamento de Lali, lo suficiente para que alguien que no sea Lali le abra la puerta sumamente enojado y…drogado? Y sin siquiera darse cuenta de su presencia, prácticamente llevándoselo puesto y gritándole a Lali en todo el proceso. Finalmente ese alguien se fue hecho una furia del departamento y Peter encontró a Lali, llorando, sí, pero hecha una furia, incluso más que Lucas, dispuesta a saltar ante cualquier situación.
Ella, se sentó en el sillón de su casa y se abrazó las rodillas, dejando que las lágrimas fluyan. Peter… Peter sólo se quedó parado, demasiado asustado como para hablar o moverse… o respirar.
-Qué hacés ahí parado? –ella rompió el silencio.
-Venía a… verte. –respondió él. Lo último que quería era verla llorar, él esperaba que ella estuviera usando su pijama de lunares rosas, sonriente y feliz ante la epifanía que él acababa de tener. Pero la encontró, enojada, llorando, furiosa y nada contenta de verle. Era correcto decir que las cosas no estaban saliendo bien. Era acertado decir que todo era un desastre.
No te desesperes, Peter, sos el amo de transformar situaciones a tu favor, podés hacerlo con esta.
-Para? –inquirió ella, penetrándolo con esos ojazos negros.
-Emm… nada, pensaba en pedir una pizza, charlar, no sé, cosas que hacen los amigos. –dijo entrando en pánico.
Idiota, idiota, idiota. Dejamos de ser amigos cuando me atacó con sus labios en el concierto de Coldplay. Nota para el futuro: No olvidar que las cosas cambiaron.
-Es joda, Peter? Creo que entendiste bien como son las cosas. Nosotros no podemos ser más amigos.
-Por qué? –dijo acercándose.
-POR QUÉ? –Lali lo sentó en el sillón bruscamente y lo atrajo hacia sí. –Yo te digo porque, porque después de haberte besado así. –Se inclinó y lo besó con una pasión que no creía que poseía y él quedó anonadado. –No puedo soportar la idea de verte con otras, de verte yo y no besarte y de ser solo tu amiga. Porque si seguimos así, yo me voy a enamorar de vos y vos me vas a lastimar.
-Y si te digo que no quiero ser tu amigo?
-Dah, quien no querría ser mi amigo? –dijo ella, entre lágrimas y riéndose.
-Nadie. –dijo él secándole una lágrima y sonriéndole. –Excepto yo. Y estoy dispuesto a estar solo con vos y solo con vos.
-Si me lastimás, te aviso que mi hermano es boxeador. –dijo ella y él se rió, pero ella hablaba en serio.
-No tengo miedo. –dijo él frunciendo el ceño.
-Ah, no? –dijo ella alzando las cejas.
-No. –dijo él sonriendo. –No va tener razones para demoler mi hermoso rostro.
Ella simplemente lo besó como respuesta.
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miércoles, 22 de mayo de 2013

Una Opuesta Atracción Capítulo 22


Ok... este es un poco corto, pero pido paciencia, no quiero que me pase lo mismo de Amor Arreglado que subí todo de una y después me quedé sin capítulo y los tenía que escribir sobre la marcha... Igual hay bastante material... en mi cabeza. Tengo que ponerme las pilas y escribirlo. Chau, genteee. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------





-No, dale, enserio, estamos yendo demasiado rápido, Peter, si mal no recuerdo, hoy casi me dejás plantada porque estuviste con otra chica. Creo que vos tenés que organizarte un poco… Estás vinculado como con cinco personas diferentes, Pitt. Yo soy una de ellas. –dijo Lali, recordando el artículo y las fotos de Starbucks. –Cuando termines con todo eso, llamame, o no. Pero te agradecería que si no me llamaras por alguna razón, dejame espacio, ok? No te quedés como mi amigo. Si así fuera la situación, necesito tiempo para removerte de mi vida. –dijo con la voz cortada.
-Lali, no te parece que es un poco extremo? –dijo él.
-Si querés estar conmigo… sos mío exclusivo. Te aviso nada más, si no, no te quiero. –dijo ella, pero esta vez, no había ni un atisbo de broma, hablaba completamente en serio.
-Ok, chau. –dijo él. Él la vio entrar al edificio y se fue, solamente cuando vio que la luz del pequeño departamento del cuarto piso, estaba encendida.
--
-Hola, Lucas? –llamó Lali por teléfono.
-Mar…?
-Sí, ey, podés hablar, no se te oye bien. –dijo ella, alzando un poco la voz. La voz de su amigo se oía pastosa, rugosa…
-Eh…? Boluda estoy con unos amigos, acá en Milos.
-Qué carajo hacés ahí, Lucas? No podés estar ahí! –Lali empezó a preocuparse, Milos era un conocido lugar donde se traficaba droga. Qué carajo hacía su amigo, el amigo que no puede ni ver a una araña, que tiene terror de insolarse demasiado con el sol, que es la persona más eco amigable del planeta… Ése amigo en un lugar que es conocido por el tráfico de drogas?! –Lucas, salí de ahí. –dijo firmemente.
-Lali, no pasa nada, son buena gente, no te preocupes, ok? Todo bien, por ahí?
Ella dudó qué contestar. Todo bien, Peter la acababa de dejar en su casa sin una certeza de adónde iba dirigida su borrosa relación amistosa, ahora amorosa. Todo bien, si perdía a Peter se moría, Peter le había dado mucha estabilidad estos últimos meses, la había protegido, cuidado, la había hecho sentir feliz nuevamente. Si ahora también perdía a Lucas… era demasiado. Pero no iba a volver a recaer en la depresión, ahora era más fuerte, sólo quedaban dos meses de clases que soportar y en el verano, conseguiría un trabajo y se distraería, ganaría más plata y luego solo un año más y por fin se podría ir a la universidad. Solo… un año y medio.
TENÍA QUE SOBREVIVIR A UN AÑO Y MEDIO. Nah... Moría antes de los seis meses. Por qué alguna vez había decidido convertirse en amiga de Peter Lanzani y por qué, oh, por qué lo había besado más temprano, hoy en el concierto. Sí, apagón general de cerebro, Ok… no podía volver a pasar. Si besaba a Peter Lanzani en un arrebato, qué pasaba después, se acostaba con él? No! No, no, no, no, no, no, no,
NOOOOOOOO. Listo, dejé de pensar en él, ya fue, Lali, ya fue.
Ella suspiró y se cubrió el rostro con las manos.
No fue un carajo.
Pero… y Lucas? Lucas estaba en drogas ahora, o qué? Por qué el universo se complotaba contra todo lo que la hacía feliz y se lo arrebataba? Seguro en otra vida fue Hitler o algo así. Primero sus padres, luego Victorio con su carrera de boxeador, luego Peter aparece de la nada, la hace sentir maravillas y luego se enamora…
No… No estoy enamorada.
Corrección, luego le empieza a atraer Peter, luego se besa con Peter, luego él la deja dubitativa sobre todo, luego Lucas se convierte en una especie de drogadicto… Woooow.
Listo, me muero.
--
Peter se levantó al día siguiente siendo sacudido por alguien. –Qué carajo es esto? Pedro, no entendés nada! Seguís y seguís y seguís, no te importa que él que tenga que pagar los platos rotos sea yo! –Su padre revoleaba un artículo con fotos de él de ayer en el club, en un ataque completamente irracional de celos, hacia Lali.
-Ah… eso.
-SÍ! Esto! Hijo, vos entendés la gravedad del asunto?
-No! No lo entiendo, es mi problema! Soy yo el que sale en las noticias, no vos!
-Sos mi hijo! Qué carajo hacías agarrándote a las piñas con un cualquiera?
-Nada, viejo, problema mío, ahora, si me disculpás, necesito dormir! No dormí un carajo anoche por la puta fiesta que vos y mamá hicieron!
-QUÉ CARAJO ES ESTO? –Su padre estaba furioso.
-Estaba defendiendo a Lali! –Le dijo la verdad, 1) Su padre, por alguna razón, cualquier tema que tenga que ver con Lali, lo considera positivo. Lali perfectamente podría pegarle un tiro a él en la cabeza y su padre sería el primero en felicitarla. 2) Era su padre, se merecía saber la verdad. (En realidad se lo quería sacar de encima para poder seguir durmiendo).
-Cómo que defendiendo a Lali? –Claro, ahora, su padre estaba calmado…
-Sí, el flaco se trató de propasar con ella, ella estaba conmigo, le encajé una piña y nada… los medios aprovecharon, creo que el video tiene ya doscientos mil vistos en YouTube.
-Ah… bueno, eso cambia las circunstancias.
-Claro que sí… o sea que zafé, no? No estoy castigado ni nada por el estilo, no?
-No, pero te quiero hablar de otra cosa…
-Decime. –dijo él, ya anticipando algo de lo que su padre le iba a decir.
-Vos y Lali… están en algo?
-No. –contestó él tajante, demasiado deprisa, no era creíble. –Digo, sí, en algo, no. Más o menos.
-Qué te dijo? –insistió el padre.
-Nada… -dijo Peter, quitándole importancia. –Que si yo quería empezar algo con ella en serio, ella quería probar, pero que no estaba para pendejadas. O sea, que estoy entre la espada y la pared, porque, por un lado, disfruto mucho teniéndola como amiga, es… una genio, es la única persona que de verdad me dice lo que piensa de mí, o sea, me putea, papá. Y me importa un carajo, porque sé que está diciendo la verdad. Nunca me mintió, es muy inteligente, es muy graciosa… -Peter paró un segundo a reírse. –Muy graciosa. Por otro lado, tengo esta vida… increíble.
-Hijo… -lo interrumpió su padre. –Tratá de sobrevivir dos semanas sin siquiera hablar con esa chica. Hacer tu vida, como antes de que la conocieras. –Juan Lanzani sonrió. –Después hablamos.
-
Peter llegó al colegio tarde, luego de darle como quinientas vueltas en la cabeza, decidió hacerle caso a su padre, vivir como antes… era el paraíso. El verdadero paraíso. Plata, minas, autos, plata, fama, amigos y plata. Todo lo que el mundo lo deseaba, él lo tenía. Iba a ignorar a Lali, hacer como si no existiera. Listo.
-
Por otro lado, Lali, por primera vez en mucho tiempo, no pensaba en Peter, desde que había hablado con Lucas ayer, sólo había pensado en su amigo. Hoy, lo había pasado a buscar ella por su casa, sus padres no estaban y lo encontró acostado en su cama en un estado deplorable, con resaca, vómitos y con el piso repleto de jeringas, cigarros y porros. Cuándo había pasado esto?!
Sólo sabía que su amigo había estado para ella en sus peores momentos, ella sin dudas iba a estar en los de él y si eso implicaba lo que Lucas le había suplicado (no contarle a sus padres, jurándole que se iba a poner mejor), lo haría.
Así que ayudó a Lucas a arreglarse, le hizo un café bien cargado y fueron al colegio, donde, por suerte, les tocaban todas las clases del día compartidas. En clase de Informática, Lucas tuvo que salir de clase de improviso y Lali lo siguió, se sentaron en un banco en el pasillo y él recostó su cabeza en el pecho de Lali.
-
Peter venía corriendo por los pasillos del colegio hacia el salón de Informática, estaba espantosamente tarde, y cuando dobló para llegar al puto salón, casi se resbala del shock. Ok, ok, ok.
Analicemos la escena, tranquilo, pausa, stop. Lagos está LITERALMENTE con la cara en los pechos de Lali. No hay que saltar a conclusiones, probablemente tenga un basurita en el ojo, Lali, como buena y gentil amiga se la esté limpiando con… LOS PECHOS DE LALI EN LA CARA DE ALGUIEN ANTES QUE ÉL? O sea, ANTES QUE ÉL?! ÉL?! ÉL???!!!!
Decidió caerse a propósito para llamar la atención, supuestamente se iba a “resbalar” sutilmente y así llamar su atención de un modo sofisticado, usando sus increíbles dotes de actor. No… No, Peter… Sus caros mocasines Italianos, se patinaron en el piso encerado de la escuela. Peter prácticamente dio una mortal en el aire y cayó de la manera MENOS favorecedora posible: de cola. Y vaya que llamó la atención.
Lali volteó, pero Lucas seguía sin sacar la cabeza de la blusa de Lali. Y eso, fue lo que más le dolió de la caída.
-Estás bien? –preguntó Lali, que seguía abrazando a Lucas y atrayéndolo hacia sí.
-Qué…? –Dijo Peter, más refiriéndose a la situación que se estaba dando que al hecho de que se acababa de caer de la manera más patética y humillante posible en todo el mundo.
-Si estás bien? –dijo Lali un poco más fuerte y muy molesta.
Wow, qué carajo, y ese carácter?
-Todo bien ahí? –le dijo a Lucas, que prácticamente estaba inconsciente en una nube de drogas y alcohol combinados.
-Qué te pasa? –inquirió Lali alzando la cejas.
-No… tenés razón, tengo que ver a este banana con su cara… en… Lali, me estás tomando el pelo?
-Peter andá a clase. –dijo Lali cortante.
-Ok! Ok! Pará mandada, quien te creés que sos? No me mandás! Soy un hombre libre, carajo! Y voy a seguir siendo un HOMBRE LIBRE! Hasta el resto de mis días! –grito.
-Lanzani, haga el favor de dirigirse a dirección. –Peter fue llamado por el altavoz. Toda la escuela lo había oído.
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sábado, 18 de mayo de 2013

Una Opuesta Atracción Capítulo 21


Ok,,, esto va a apagar esas ganas de Laliter que tenían hace mucho tiempo... Este capítulo es... WOW. Lo amé, al igual que el otro, y estoy amando escribir esta historia, disfruten. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------




Lali hizo ademán de cruzar el mar de gente, para ir hacia los baños. Sin embargo, por un solo momento, su mente se apagó. Su cerebro dejó de maquinarse. Por un momento, un solo momento, sus emociones la guiaban. Quiso correr a Peter del camino, pero termino agarrando su rostro con las dos manos y juntando sus labios con los de él.
En ese instante. La banda comenzó a tocar “Viva La Vida”.
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Peter no reaccionaba, sus piernas eran de gelatina, su cerebro probablemente se hubiera derretido, su corazón, había explotado hace varios minutos.
Esto es real!? La estoy besando y ella hizo el primer movimiento? Por Dios, qué bien besa, hace algo con la lengua que es muy sexy. Tengo que hacer algo yo, si no va a pensar que lo que todo el mundo dice de él Gran Lanzani es mentira. Algo genial, que la deje justo como me está dejando ella ahora.
Peter le mordió el carnoso labio inferior a Lali. –Ouch! –gritó ella.
-Perdón, perdón. –Quiso volver a besarla, ella al principio rozó sus labios con los de él, pero luego, su cerebro se encendió y volvió a tomar control de su cuerpo.
-Qué acabamos de hacer? –dijo, un poco exasperada.
-Emm, no sé si lo habías hecho antes… se llama darse un beso. –Peter bromeó.
-Por favor, obvio que ya lo hice antes, no te sientas así confiado, porque enserio, me mata. Me mata, me mata.
-Ey, fuiste vos la que empezó, yo solo te seguí el ritmo. –le guiñó el ojo.
-Podemos irnos? –preguntó.
-Faltan como cuarenta minutos para que termine el concierto, La. –dijo Peter mirando su reloj.
-Por favor. –pidió.
-Vos compraste las entradas. –dijo resueltamente, haciendo un gesto con la mano como si no le importara.
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Ya en el auto, Lali se acurrucó en el asiento mirando a Peter. –Hoy hicimos algo mal.
-No estuvo nada mal. –dijo él con su sonrisa de costado. –Es más, besás muy bien, en realidad siempre como que fue así mi fantasía besarte, para probar, ya sabés.
-No, no sé, porque cuando beso a alguien usualmente es porque lo quiero, no por probar. –dijo ella, evidentemente ofendida.
-Entonces me querés. –dictaminó sonriente.
-Perdón? –dijo con los ojos bien abiertos.
-Que me querés. Porque vos empezaste el beso, digo… -contestó él con la misma sonrisita petulante.
-Chau. –dijo ella abriendo la puerta. Habían llegado a su apartamento.
-Cómo que “chau”? Lali, acaba de pasar algo entre nosotros. –dijo él.
-No. –dijo ella. –Me acaba de pasar algo a mí.
Lali se bajó del auto y entró al edificio, pero al comenzar a subir las escaleras sintió un grito detrás de ella. –Lali! Pará, decime una única razón por la cual no querés estar conmigo. Una sola.
Ella se mantuvo callada mientras subía las escaleras, con él atrás siguiéndola. Cuando logró entrar a su casa, dejó su cartera y su chaqueta en la silla de la mesa de la cocina y se dirigió al living, se sentó en el sillón e hizo un gesto a Peter para que se sentara con ella.
-Peter, yo no quiero ser una más de la lista tuya que tenés, que al parecer incluye a cada mujer que se te cruce por el camino.
-Ok, primero que nada, podríamos cortarla con decir frases insultantes? No te lo quise decir pero hoy en el concierto… fue un golpe bajo, Lali. –dijo, ya un poco molesto y ofendido.
-Es la verdad. –dijo ella calmada. –Sigo. –Peter asintió, pero seguía molesto. –Yo… No quiero… -parecía estar tratando de encontrar las palabras adecuadas. –Tenemos una muy linda amistad. Yo te quiero mucho, mucho, Peter. –Agarró su mano. –Y si yo te besé hoy, fue… voy a decir la verdad, no te quiero mentir.
-Como siempre… -murmuró él.
-Tuve un impulso y por primera vez en mi vida lo seguí. Y fue muy lindo hasta que me mordiste. Pero ese no es el punto.
-Sí… sobre eso. –dijo él un poco avergonzado, riendo quedamente.
-El punto es que vos no querés una relación seria y no estoy diciendo que sí quiera una yo. El tema es que si seguimos así, me voy a terminar enamorando de vos. –lo miró a los ojos. –Y no quiero que me lastimes.
Peter se quedó callado unos segundos. –Qué te hace pensar que te voy a lastimar?
Lali soltó una risa un tanto amarga. –Te conozco, o te olvidás? Hoy mismo dejabas a una chica en el teléfono con la excusa de “En el fondo de mi corazón sé que vamos a ser amigos…”, “Nunca te voy a olvidar” y esa mierda. Peter, yo no quiero eso, sabés por qué? Porque a diferencia de las chicas con las que salís yo sí sé que valgo y que no me merezco eso. –dijo ella.
-Sabés qué? Me parece que no me conocés tanto como creés. –Peter salió por la puerta, claramente enojado.
Por qué sos tan honesta. Por qué?
Lo que más le jodía, era que todo era cierto. Ella sí valía, ella no se merecía una relación como las que estaba acostumbrado y ella lo había besado. Era simple, si quería seguir adelante con la amistad que habían estado teniendo estos últimos meses, lo único que tendrían que hacer era borrar ese beso de la memoria de los dos, nunca mencionarlo de nuevo y listo.
El problema, era que Peter, quería otro.
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-Hola? Nina! Hola, belleza, cómo andás? –exclamó Peter. Había decidido que podía conseguir otro beso perfectamente, Lali no era la única. Había millones de chicas. Por eso, se vistió, se arregló y partió media hora después para la fiesta que daba Nina Colucci hoy en su mansión.
-Peter, llegaste! –dijo abrazándolo.
-Sí, lo de hoy al teléfono. Olvidalo, eh… Estás hermosa!
-Sí, me pareció que te habías confundido de Nina, claramente no podías deshacerte de mí aunque quisieras, lindo.
-Obvio! –estuvo de acuerdo.
Ni aunque quisiera, esta mina es una acosadora, man. Me da miedo.
-Pitt, te parece si vamos a mi cuarto, mucha gente para mi gusto. –sugirió ella.
-Me leés la mente, bombón.
Una vez en su cuarto, se sentaron los dos en la cama y ella se inclinó para que él pudiera besarla. Peter tocó sus labios con los de Nina. Parecían de terciopelo. Ella abrió la boca y el beso continuó. Se sacó la remera y ella estaba sin su vestido. Cuando ella se iba a sacar el corpiño, el celular de Peter sonó.
-No contestes, Pitt.
-No… -contestó él, pero el celular continuaba sonando. –Un segundo, Nina.
Ella puso carita triste, pero Peter la ignoró. –Hola. –contestó molesto.
-Hola. –contestó una voz. –Querés probar salir? –dijo de la forma más directa.
-Estoy allá en diez minutos. –contestó Peter de forma automática. –Nina…la terminamos acá. –dijo Peter.
-Eh? –La chica estaba sumamente confundida, un minuto estaba Peter metiéndole la lengua por la garganta, ahora terminaba todo? –Cómo que termina acá?
-Sí, lindo mientras duró. Chau.                                                               
Así como llegó, Peter se fue. Condujo a toda velocidad hacia el apartamento de Lali y subió las cuatro escaleras como una bala. Lali le abrió la puerta en jeans y con una remera de manga larga gris. Sin siquiera pensarlo, así no descartaba la idea, la besó de sorpresa. Juntó sus labios con los de ella, y la sensación de júbilo que sintió no se comparó en absoluto con besar los fríos labios de cualquier modelo, ni de cualquier otra chica.
Nunca había conocido el amor, pero… si esto era eso, estaba más que dispuesto a aceptarlo y abrazar esa idea. A no estar con nadie más.
Tomada completamente por sorpresa, ella no reaccionó. Simplemente se dejó llevar, tanto que luego de veinte minutos ya estaban en el sillón, ella arriba de él, en un juego de lenguas interminable.
-Vamos al cuarto? –preguntó Peter, entre besos. Lali ni siquiera se dignó a contestarle.
-Es joda, Peter? No quiero sonar tipo monja o algo así, pero no soy de las que se van al toque a la cama con un flaco. Creí que me conocías mejor…
-Sí, ya sé, pero con intentar no perdía nada.
-Entonces… no sé, estamos saliendo o algo?
-Sí. –contestó él.
-Sabés que si estamos saliendo implica que no podés salir con alguien más, no? –aventuró Lali, mirándolo con los ojos entrecerrados. –O sea, solo conmigo. –Ella sonrió. Él, también.
-Sí, vos tampoco podés salir con alguien más.
-Sos celoso? –preguntó ella.
-Para nada, nunca sentí celos en toda mi vida. –confesó sinceramente.
-Nunca?
Él negó con la cabeza. –Vos sí?
-Sí, mucho. A los quince años, tuve un novio que disfrutaba poniéndome celosa a propósito. Me acuerdo que tipo, yo estaba con él y de la nada salía en fotos con otras chicas, le ponía “me gusta” a sus estados en Facebook. Me ponía muy mal.
-Tuviste un novio?
-Sí. No duró mucho, igual.
-No te tenía como que te importaran esas cosas, tipo de Facebook y esas cosas, no sé, típicas y normales… -dijo él en tono de broma.
-Obvio, pero cuando madurás de golpe, te volvés anormal en el círculo adolescente. Soy el ejemplo viviente. –rió ella.
-Muy bien, porque no me gustan las pendejas.
-A mí no me gustan los pendejos… creo que sos medio pendejo. –murmuró ella a una cercanía muy corta de sus labios.
-Un poquito.
-Bueno, mejor te hacés hombre. –susurró y lo besó, pasándole las manos por el pelo y acariciándole la espalda.
-Querés salir a comer a algún lado? Así como, no sé, una cita? –preguntó él entrecortadamente.
-Dale. –dijo ella, volviéndolo a besar.
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Fueron a comer a un bar bailable, donde Peter, por suerte, pasó desapercibido. Se sentaron en la mesa de frente y la camarera, inmediatamente se le insinuó a Peter. Raro, no?
-Qué vas a pedir? –preguntó la chica con voz rasposa.
-Em… Una hamburguesa. –dijo Peter.
-Y vos? –le dijo a Lali con un tono de voz despectivo. Como si no pudiera concebir la idea de que una chica como ella saliera con un bombón así.
-Lo mismo. –dijo Lali entregándole el menú.
-Ya te traigo, lindo. –Lali alzó las cejas.
-Eso fue raro… -murmuró Lali.
-Ya te vas a ir acostumbrando. –él guiño el ojo. –No puedo controlar lo que provoco.
-Me parece de lo más maleducado que estoy acá, en frente tuyo y un mina te tire onda y vos no la desalientes. –dijo Lali, con una sonrisa sarcástica.
Peter suspiró. –Lali… hoy a las siete de la tarde eras sólo mi amiga, y yo tenía un estilo de vida muy… mujeriego. Hoy a las once de la noche… sos algo así como más que mi amiga y tarda un poco de tiempo acostumbrarse.
-No puedo evitar sentir celos, perdón. –dijo ella.
-Los celos son ilusiones, no es nada, La! –dijo el riendo. –No significan nada.
El rió. Llegó la comida y comieron entre charlas, risas. Cuando terminaron de comer, se dirigieron a la pista de baile, que estaba llena de gente. Bailaron por unos minutos cuando Lali siente que alguien la agarra por detrás y la saca a bailar. Confundida, mira a Peter, quien parecía estar debatiendo una batalla en su interior.
Los segundos que Peter se tarda en decidirse qué hacer, el flaco ya está bailando con Lali, muy acomodado. Peter, con convicción, se acerca a los dos y dice. –Ey, amigo, está conmigo.
-Ella decide. –dijo simplemente, mientras seguían bailando tranquilamente.
Lali miró a Peter y le contestó sonriente. –Los celos son sólo una ilusión, no significan nada!
Peter se fue a la pista de baila y agarró a otra chica para bailar. Nunca en su vida había sentido eso… se sentía… verde. Como si te sacaran algo tuyo, como si te remplazaran o te abandonaran. Como es que justo con ella le pasa esto?
En un momento, cuando los dos estaban bailando con diferentes personas, ella murmura. –Querés bailar conmigo? –Y él la escucha, pero decide hacerse el ofendido, bien Peter!
Luego de diez minutos de haberle preguntado eso, el chico de Lali, empieza a besarle el cuello. Peter no puede evitar mirar eso, ella lo rechaza, pero el pibe sigue. En un arrebato de furia terminan los dos a las piñas, no sin antes ser fotografiado (la gente obviamente se había percatado que era él) y luego es echado del local. Lali lo sigue.
-Sos un idiota. –dice, y se rie.
-Me estás cargando? Todo esto no pasaba si vos no te hacías la linda y dejabas que ese boludo te saque a bailar.
-Dos cosas, uno: Te estaba dando una lección, dos…: Me hago la linda o soy linda?
Peter no pudo evitar sonreír e inclinarse para besarla. Y besarla y besarla y besarla hasta que a los dos les falte el aire.
-Me llevás a mi casa? –preguntó ella luego de un rato largo de besos.
-Querés que te lleve? –dijo él arqueando una ceja. No tenía ni la más mínima gana de separarse de ella, es más, quería quedarse a dormir en su departamento, incluso si era solo para dormir.
-Sí, te lo agradecería, igual me tomo un bondi, no pasa nada… -dijo ella.
-No, no soy tan malo como para hacerte tomar un bondi, yo te llevo, La.
-Me parecía… -dijo ella. Y luego de unos minutos de silencio en el auto ella se animó a hablar primero. –La pasé muy bien, o sea, a pesar del momento de completa idiotez que tuviste… y tuvimos, porque yo sé aceptar cuando me equivoco…, la pasé bien. No sé, yo pienso que lo podemos catalogar como una cita, no?
-Claro que puede ser catalogado como una cita, o sea, esperás menos de Peter Lanzani, belleza?
Lali quedó seria por un momento. –No me llamés así.
-Por? –quiso saber, no le estaba diciendo nada malo. Es más, hasta donde él sabía, la estaba haciendo un cumplido.
-Porque así llamás a todas tus novias? –dijo ella arqueando una ceja.
-Y? –Peter casi se vuelve loco cuando Lali arqueó la ceja.
-Encima preguntás? Peter no quiero que me llamés como alguien a los que a los cuatro días vas a dejar, además así llamás a todas, no me gusta que me llamen como a todas. Decime Lali.
-Ok. –dijo dándole otro beso.
-Ok, después de que estuvimos como dos horas besándonos querés más, Peter me duele la mandíbula. –dijo Lali riendo.
-Sos la primera, repito, la PRIMERA chica que se queja cuando la beso mucho. –dijo él.
-Era una broma… pero enserio, como que me duele acá, y el pibe ese me mordió el cuello. –dijo ella.
-Te juro que me lo encuentro por la calle lo mato. –dijo él sonriendo.
-No… -dijo ella. –Ok, acá me bajo yo. –dijo Lali cuando ya habían llegado al edificio.
-Te acompaño arriba. –se ofreció él.
-No. –dijo ella suspirando.
-Dale, La, te acompaño. –insistió.
Ella negó con la cabeza. –Sí me acompañás, te vas a tener que quedar conmigo. –dijo ella inclinándose y besándolo.
-Siempre estoy dispuesto a sacrificarme. –murmuró en su boca.
-No, dale, enserio, estamos yendo demasiado rápido, Peter, si mal no recuerdo, hoy casi me dejás plantada porque estuviste con otra chica. Creo que vos tenés que organizarte un poco… Estás vinculado como con cinco personas diferentes, Pitt. Yo soy una de ellas. –dijo Lali, recordando el artículo y las fotos de Starbucks. –Cuando termines con todo eso, llamame, o no. Pero te agradecería que si no me llamaras por alguna razón, dejame espacio, ok? No te quedés como mi amigo. Si así fuera la situación, necesito tiempo para removerte de mi vida. –dijo con la voz cortada.
-Lali, no te parece que es un poco extremo? –dijo él.
-Si querés estar conmigo… sos mío exclusivo. Te aviso nada más, si no, no te quiero. –dijo ella, pero esta vez, no había ni un atisbo de broma, hablaba completamente en serio.
-Ok, chau. –dijo él. Él la vio entrar al edificio y se fue, solamente cuando vio que la luz del pequeño departamento del cuarto piso, estaba encendida.
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Una Opuesta Atracción Capítulo 20

Y... así como así se arregló, les voy a subir DOS capítulos, perdonen las molestias.

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+28 comentarios y les subo otro. ;)
Este... es uno de mis capítulos preferidos.
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-Igual, no sé para qué nos ponemos a hablar de este tema… No vamos a salir, o nada parecido, no? –Ella no pudo evitar agregar a la oración un tono levemente esperanzado.
Peter bufó. –No sos mi tipo. Muy complicada sos, amiga. –dijo abrazándola por atrás y plantándole un sonoro beso en la mejilla. –Sos de alto mantenimiento.
-Sí, no? –Rió ella.
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-El punto es que lo estás haciendo mal! Te estás equivocando en todas las tomas, Peter! –gritó Natalie enfurecida.
-Toma 34, escena 57! –gritó el director, claramente estresado.
Peter, estresado también, le espetó a su coprotagonista. –Todos tenemos malos días, por ejemplo, hoy estoy notando que te saliste de la dieta y el pantalón no te entra, por eso decidiste ponerte esas calzas espantosas, que no solo también te quedan espantosas sino que hacen que el culo se te vea excesivamente grande, listo, lo dije! –Tirando el libreto a la mierda, dejó a una enfurecida Natalie filmando sola y minutos después, ya estaba en el estacionamiento.
Arrancó su Audi r8 a toda velocidad por la carretera, se dirigió a casa de su amiga, necesitaba con desesperación charlar con ella y olvidarse de la pésima mañana de sábado que había tenido. Subía los cuatro pisos en escaleras hacia su departamento, cuando le llegó una llamada a su teléfono, sin mirar, contestó en seguida.
-Bombón. –murmuró una voz femenina, expectante a que la reconociera.
-Eh… Sí, dame una pista. –pidió con ansiedad y desagrado en la voz. Usualmente era él el que llamaba a las minas.
-No me reconocés la voz, bombón? –La chica al otro lado de la línea parecía ofendida y afligida.
-Y, no flaca, qué querés que te diga? Tuve un mal día. –respondió de mala gana entrando al departamento de Lali. Ella le abrió la puerta con una taza de café en la mano, de la cual estaba dando pequeños sorbitos.
-Pitt, soy yo, Nina. –respondió la chica con voz más tímida.
-Dónde conseguiste mi número? –inquirió Peter.
-Pitt… creí que… en el desfile…
-Qué desfile? –Peter frunció el ceño. Lali lo miraba bastante divertida.
-El de Sweet Victorian… Hace unas semanas.
-Nina Colucci. Ya me sonaba. Sí, más que semanas diría dos meses, ok. Diosa, belleza, no fue nada lo tuyo y lo mío. Espero que algún día seamos amigos. Y siento en mi corazón que lo vamos a ser. Chau, Hasta Siempre. Nunca te voy a olvidar. –Y así, cortó el teléfono.
-Supuestamente las minas te creen cuando les decís eso? –Se burló Lali.
-Por supuesto, Lanzani nunca falla.
-Discrepamos.
-En qué?
-Peter, eso no es creíble. “Siento en mi corazón que lo vamos a ser”? Hay que ser bien estúpido para creerse eso. –dijo ella.
-Y? –dijo él alzando las dos cejas.
-Ah, vos salís con las bien huecas. Te hago una pregunta?
-Dale. –respondió él.
-No te… incomoda solo tener sexo y no… conectarte a otro nivel con tus novias?
-No las llamaría novias.
-Cómo las llamarías? –dijo alzando una ceja. Peter casi se cae del sillón.
-Amigas oportunas?
Lali rió estruendosamente. Peter sonrió como un tarado. –No, pero enserio, no te jode… Solo estar por estar con una persona.
-No estoy por estar. Las minas están buenísimas. –Lali se removió en su asiento y le dio otro sorbo a su café haciendo una mueca.
-Sí, ya sé, pero… a ver, charlar, salir, cosas así. No te gustaría hacerlas con alguien que ames?
-Ya hago todas esas cosas. –respondió él. –Con alguien muy especial.
-Ah, sí? –dijo ella, los celos se le notaban en los ojos. –No puedo creer que conseguiste una novia y no me contaste.
-No. –dijo negando con la cabeza. –Todas esas cosas las hago con vos. Tengo… digamos, lo mejor de dos mundos, sexo sin compromisos y una amiga que siempre va a estar, no? –dijo sonriendo satisfactoriamente.
Lali sintió una bomba estallar en su interior. –Obvio, siempre… aunque tal vez no tan seguido como ahora.
-Qué decís?
-Vos pensás que nuestra amistad va a seguir a través de los años? Digo, que tengamos treinta y sigamos siendo así de amigos.
-Obvio! –contestó él rápidamente.
-O sea, vamos a ser amigos y todo, pero en algún momento yo voy a encontrar a alguien, y supongo que vos también, ponele que me enamore… Y no sé si me casaría, pero hijos tendría seguro, además está la universidad… No sé si tendremos tanto tiempo, ni si nuestra amistad va a seguir siendo tan fluida como lo es ahora.
-Hijos? –Peter abrió mucho los ojos. –Con quién?
-No sé, no lo conocí. –respondió Lali sonriendo. –O sea, sí, vamos a ser amigos, pero nunca sabés que es lo que te espera realmente en la vida, no? Mirame a mí, yo era muy feliz hasta hace un año, y de la nada y sin pedir permiso, la vida te golpea, a veces de una forma buena, solo para sacudirte un poco. Pero a veces te golpea tan fuerte, que te olvidás de todo. Y, me re fui de tema.
-No, fue muy lindo lo que dijiste. Pero, te advierto, no te vas a librar de mí tan fácilmente. Me vas a tener que aguantar básicamente toda tu vida. Es más, voy a ir a tu casa tan seguido, que tus hijos me van a ver más que a su propio padre. –Dictaminó Peter, seguro.
-Vos querés tener hijos? –preguntó Lali de la nada.
-Depende. Si lo pensás de esta manera, los hijos son como bolsas de papas que tenés que cargar durante toda la vida. –Lali rió. –Es verdad, incluso cuando son mayores de edad te vienen a pedir plata, o casa, o… comida. Pero sería un crimen no pasarles esta herencia genética a mis hijos, solo estoy siendo sincero. –Señaló su rostro.
-Sos un tarado. –dijo Lali dejando su taza, ya vacía de café en la mesa. –Tan creído siempre, Lanzani. Ojalá que tus hijos no hereden eso de vos, en serio.
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Levantarse temprano, ir al colegio, estar más o menos consiente durante las lecciones, participar en ellas, luego llegar a casa, hacer los deberes, ir al set de grabación, filmar escena tras escena con Natalie, pelear con Natalie, besarse con Natalie, volver a pelear con Natalie, irse a la mierda, volver, grabar más escenas, llegar a casa, darse una ducha, caer rendido en la cama sin cenar.
Básicamente, esas habían sido las semanas más largas de su vida, se acercaban los exámenes en el colegio y tenía que ir diario a grabar la película. A veces ni siquiera comía, o dormía, o hablaba con Lali. Gracias a Dios, mañana era sábado.
La persona que inventó el sábado debería ser recompensada con una noche conmigo, enserio. Si es mujer, claro. Por qué acabo de pensar eso? Tengo problemas, debería ir al psicólogo.
El sueño lo estaba arrastrando hacia sus profundidades cuando su celular comenzó a sonar.
-La puta madre que te parió, loco! No se puede tener ni un minuto en paz, man. Soy Peter Lanzani, carajo! –atendió de mala gana.
-Mucho trabajo? –Una voz que se reía y se compadecía de él a la misma vez le iluminó un poquito el día.
-No te imaginás, Lali. No tengo ni tiempo para… ir al baño, no sé. Muy loco, mañana igual no tengo nada que hacer, supongo que voy a dormir todo el día, o a comer… Todavía no me decido.
-No vas a hacer nada de eso. –dijo ella con voz enigmática.
Odio cuando me manda, pero a la vez amo cómo me manda… Como si supiera que la voy a obedecedor… Esta chica tiene demasiado poder sobre mí. Debería realmente ir a un psicólogo. Parezco una mina pensando cosas así.
-Ah, no?
-No, mañana podes dormir hasta las siete de la tarde. Siete y media te quiero en mi departamento. Usa la camisa azul que me encanta.
-Bueno… te aviso igual que no sé qué es lo que… -Lali cortó la llamada. –Nah, que mina jodida, man. Soy Peter Lanzani, carajo!
Luego de putear por la insubordinación que era cortarle el teléfono nada más ni nada menos que a él, Peter Lanzani, se durmió hablando. Y pensando en Lali, para variar.
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-Qué pasó? –Preguntó Peter, entrando al departamento de Lali a las ocho y media de la noche.
-Llegás tarde. Te dije a las siete. –murmuró ella, claramente enojada.
-Me llamaron para grabar una escena de improviso. No pude decir que no. –se excusó.
-Sos un mentiroso. –le dijo ella con los ojos entrecerrados.
Cómo carajo sabe que miento?
-Vos tenés algún sexto sentido o algo por el estilo? –preguntó Peter, con una sonrisa, tratando de suavizar la situación.
-No, si lo tuviera ya lo hubiera usado, no te parece?
-Sí.
-Entonces, qué es lo que estuviste haciendo que es más importante que tu amiga? –preguntó ella cruzada de piernas. Peter no se había dado cuenta, pero Lali estaba usando una mini falda de jean que dejaba a la vista sus espectaculares piernas.
Qué es lo que estuve haciendo? Ah, sí, Natalie cayó de la nada en mi casa, mis padres no estaban y prácticamente lo hicimos en la cocina.
Peter fue reacio a responderle la pregunta. –Nada… cosas mías.
-Estabas con una chica. –dijo Lali, con una sonrisa forzada.
-S..s…sí. –murmuró.
-Todo bien, tal vez estuve mal en pensar hacer esto con vos.
Hacer qué?
-No! No, para nada, qué tenías planeado hacer?
Lali sacó dos boletos del bolsillo de su chaqueta de cuero negro. –Recital de Coldplay. Compré dos boletos porque te quería agradecer todo lo que hiciste por mí estos últimos meses. Y como hace ya bastante que no nos hablamos… bueno, nada. Pero, es tarde. –dijo Lali cabizbaja. 
-Vamos sí, o sí, me estás jodiendo, Lali? No se discute.
-No, me dejaste plantada, no soy tan fácil de convencer. –dijo cruzada de brazos. No se daba cuenta, pero eso hacía que su busto quedara en evidencia y Peter quedó unos segundos obnubilado.
-Dale, Lali. Te lo suplico. Perdoname.
-Sabés que cuando bajás a tierra y empezás a suplicar… Siento que tengo un poder sobre vos. –bromeó.
TENÉS poder sobre mí. Es un hecho.
-Vamos? –preguntó él.
-En tu auto, no?
-Sí. –Peter le dio la mano y juntos bajaron las cuatro escaleras y se subieron al vehículo.
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Multitud de gente, mares de gente, parecía el apocalipsis. Literalmente no se podía caminar. Y por qué nadie lo reconocía? Por qué nadie le cedía el asiento. Ah, sí. Lali lo había obligado a usar un estúpido sombrero que cubría más de la mitad de su rostro tallado a mano.
-Literalmente esto está imposible! –gritó él para hacerse oír a través de toda la multitud.
-Nada que ver! Ya casi llegamos! –contestó ella. Unos asientos un tanto no glamurosos los esperaban en la tercera fila. Era lo más común que Peter había hecho en… nunca. Para ser sincero, un poco le gustaba.
-Casi ni vamos a estar sentados, porque cuando canten vamos a estar ahí. –Ella señaló un hueco entre los equipos de sonido y que quedaba considerablemente cerca de la banda. Estaba bien escondido, pero iban a escuchar la voz de Chris Martin como si les cantara directamente en el oído.
-Sos un genio. Ya viniste antes, no? –gritó.
-Sí! –dijo ella. –Death Cab For Cutie. El año pasado. –Guiñó el ojo.
La banda comenzó a tocar, y los dos se escabulleron a su escondite. Al parecer Lali era la única persona que se había percatado de su existencia, porque estaban solos. Veían a la banda de muy cerca y la escuchaban aún mejor. Disfrutando de la música, el tiempo se les pasó volando.
Cuando empezaron a tocar Paradise, el tema preferido de Lali, y al parecer el de muchos más, porque todo el estadio prorrumpió en sonoras exclamaciones, ella murmuró. –Este es mi tema favorito.
-Ya sé.
-Ah, sí? Por qué es mi favorito? –preguntó ella, como testeándolo, por alguna razón en particular.
Peter sonrió de costado, no porque quisiera seducirla, pero porque realmente lo sentía. –Nunca me dijiste por qué este tema te encanta tanto, pero igual lo sé. Este es tu tema favorito porque te relacionás con él. Habla de una chica que busca un paraíso, un lugar ideal. Y vos te sentís igual.
-Nno… esa no es… -trató de decir ella. Cómo es que este galán super producido de Hollywood, la entendiera tan bien?
La música sonaba y se colaba en los oídos de todo el mundo.
When she was just a girl 
She expected the world 
But it flew away from her reach so 
She ran away in her sleep 
And dreamed of 
Para-para-paradise, Para-para-paradise, Para-para-paradise 
Every time she closed her eyes 
-Pero el lugar ideal se te escapó, como a esa chica. –prosiguió Peter tranquilo, sereno. –Te lo sacaron a la fuerza, todo lo que creías real o feliz, se convirtió en una tormenta, en una irrealidad. Y como la canción habla sobre tu vida a la perfección, te complementa y te sentís comprendida. Y vos, porque te conozco, soñás con eso mismo. Un paraíso, un lugar donde te sientas sin miedo a ser lastimada, o herida y que ese lugar no te sea arrebatado.
-No sé qué estás diciendo. –mintió ella, entrecerrando los ojos. Furiosa, porque fuera él la persona menos pensada la que la comprendiera a la perfección.
When she was just a girl 
She expected the world 
But it flew away from her reach 
And the bullets catch in her teeth 
Life goes on, it gets so heavy 
The wheel breaks the butterfly 
Every tear a waterfall 
In the night the stormy night she'll close her eyes 
In the night the stormy night away she'd fly 
-Pero ese lugar, Lali, no existe. Porque la vida es así, es una mierda, por eso existe el amor y todo lo que es bueno.
-Qué sabés vos del amor? –preguntó ella de mala manera, odiando que la conociera tanto. Odiándolo de una manera extraña, odiándolo pero a la vez queriéndolo. Eso existe siquiera? –Y de todo lo que es bueno? Peter, sos un sex simbol reconocido mundialmente. Pienso en la imagen del pecado, la infidelidad, la vanidad, la deshonestidad y la arrogancia y se me aparece tu cara. –Respondió, mordaz.
Ouch, eso me dolió. GOLPE BAJO, Espósito. Golpe bajo.
-Ok. –dijo parándose al lado de un parlante que estaba a todo volumen. Resignado.
Lali hizo ademán de cruzar el mar de gente, para ir hacia los baños. Sin embargo, por un solo momento, su mente se apagó. Su cerebro dejó de maquinarse. Por un momento, un solo momento, sus emociones la guiaban. Quiso correr a Peter del camino, pero termino agarrando su rostro con las dos manos y juntando sus labios con los de él.
En ese instante. La banda comenzó a tocar “Viva La Vida”.
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lunes, 13 de mayo de 2013

Una Opuesta Atracción Capítulo 19

OK, ESTO ESTA MAL. Muy Mal. MAL. Se me mezcló algo y puse otra cosa que debería haber puesto después y todo el DRAMA, que escribí no lo publiqué. Lo publicó YA y lo hago BIEN LAAAARGO, para compensar las molestias. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------





Mientras caminaba por el cementerio y sentía la brisa fresca y húmeda empezó a mirar a su alrededor. En un momento, a unos dos metros de donde él estaba vio a una chica de pelo largo y marrón oscuro de espaldas, agachada ante dos tumbas.
La chica tenía puesto un sweater verde oscuro y una pollera gris, también llevaba unas botas de cuero puestas. Se acercó más a la chica, si creía quien él creía que era, hoy definitivamente era su día de suerte.
Comprobó que era ella y sintió un extraño júbilo en su interior que desechó rápidamente. –Pasatiempo nuevo, amiga? –dijo en un tono que parecía estar escupiendo las palabras en vez de decirlas.
Ella no dijo nada, se quedó callada.
-Qué, se te terminó la tarea y venís a visitar a tus amigos? Hola, chicos! –Saludó a la nada. –Ah, sí, verdad que no tenés amigos. –dijo cruelmente.
Ella siguió callada, y ahogó un sollozo.
-Ya que estás, te doy una lección de vida, querés? Tenés suerte porque no le doy lecciones de vida a todo el mundo, sabés? Es más, sos la primera. Acá va, si dejaras de tener esa cara de “la vida es una mierda y no puedo más” todo el tiempo, capaz te conseguís un novio, porque te cuento que a los chicos no nos gustan las minas pesimistas y aburridas como… -de repente se calló, se había acercado lo suficiente para leer el epitafio que estaba escrito en las dos tumbas.
“Aquí yacen Emilia y Nicolás Espósito, amados padres de Victorio y Mariana. Que En Paz Descansen.”
De repente se sintió como la persona más espantosa sobre la faz de la tierra, se sintió como la mierda misma. Se acercó finalmente hasta verla cara a cara. No podía mirarla a los ojos. Por primera vez en su vida, estaba avergonzado y  se sentía una lacra humana, una basura.
Por más que no la pudiera mirar a los ojos, miró su rostro, estaba pálida y sonrosada, por el frío y estaba mojada por las lágrimas que caían y caían por sus mejillas.
Por primera vez en su vida, no tenía palabras para decir. -…Soy una mierda. –Se agachó para estar a su altura. A Peter se le quebró la voz. –Perdón, Lali, perdón. –De a poquito se fue acercando a ella. –No tengo perdón, Lali. Perdón. Perdón.
-Deja de pedir perdón. –Por fin habló y lo hizo con la voz débil, tomada. –No pidas perdón.
-Perdón. –dijo realmente avergonzado. Sin consultarla la abrazó. Y ella enterró su rostro en su pecho y lloró amargamente. Las lágrimas y los sollozos eran cada vez más fuerte y Peter la abrazó con una fuerza, apretándola contra sí mientras murmuraba débiles “Perdón” a su oreja.
Finalmente él se levantó con ella y la volvió a abrazar, los pies de ella colgaban a centímetros del suelo mientras el abrazo se prolongaba más y más.
-No me dejes nunca más. –le susurró ella al oído. –Nunca más.
-Nunca se me ocurriría, La. Vamos.
Apretándola contra sí, fueron caminando hasta el set, ante miradas envidiosas de las extras y de la protagonista, Natalie,  cuando Peter le abrió la puerta y la dejó pasar a su remolque y cerró con llave.
-Dónde estamos? –preguntó ella secándose las lágrimas.
-En el set de una película mía. –dijo él. –Perdón.
-Listo, Peter, ya está, dejá de pedir perdón. –dijo ella con la voz todavía quebrada.
-Perdón, perdón, perdón. Mariana, me siento una basura, una mierda. Perdón, no tuve que haber dicho todo eso.
-Es verdad… Pero no sabías. Nunca te dije, a nadie.
-Eso no importa. –dijo él. –Vámonos?
-No te tenés que quedar? –preguntó ella deseando que la respuesta sea no.
-Tener, tener que quedarme, no es tan obligatorio, ya terminé mis escenas por hoy, me queda la última, pero no creo que se enojen si la hago mañana u otro día. Y… si querés, si tenés ganás… vamos a tomar un café y me contás todo?
Lali sopesó su propuesta. Contar todo. TODO? No sabía si quería hacerlo, pero… No era lo que le había dicho su hermano? No aislarse, no recluirse? Ser más abierta? Además, descargarse con alguien no le haría mal…No lo hacía desde…nunca.
-Sí, dale. –dijo con la voz quebrada.
-No… no llores, La, vamos. –le limpió las lágrimas y la tomó de la mano, abrió el remolque y salieron los dos juntos a hablar con el director. En el camino, Natalie lo atajó a Peter.
-Peter. –dijo con una sonrisa, mostrando sus dientes blancos y perfectos. –Una fan? –señaló a Lali.
-Definitivamente, no es una fan para nada, más bien yo soy su fan… Nat, te importaría? Estamos apurados. –Peter hizo un además de correrla, pero ella, no se corrió.
-Un segundo… Yo ya terminé de filmar, te espero a que termines esta última escena y nos vamos a tomar algo y después si querés te invito a mi casa que… no hay nadie. –propuso sonriendo provocativamente.
-Ehh. –dijo Peter, no sabiendo que decir exactamente.
-Peter, yo me tomo un bondi para mi casa, vos no te preocupes, no quiero retenerte más, andá. –dijo Lali con voz ronca.
-Gracias, linda, un gusto conocerte, amorosa. Vamos, Peter. –Natalie lo agarró de la mano, lista para llevárselo cuando él se opuso.
-Nat, todo bien con tu oferta, pero no gracias.
-Peter está todo bien, no quiero que te pierdas nada por mi cul…
-Pero yo sí quiero perdérmelo y sí quiero acompañarte, Lali. Natalie, hoy, perdón pero no. Tengo, y quiero –miró a Lali a los ojos. –estar con ella. –Se estaban por ir cuando Peter volteó y Lali pensó que había reconsiderado su anterior propuesto. –Ah, ya que estás, Nat, te animás a avisarle a Ricky y al director que me fui. Deciles que es un asunto de suma importancia. Gracias, belleza.
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-En ese entonces… luego de que murieran, yo... me aislé, me deprimí mucho, no podía aceptar, y no todavía no puedo, el hecho de que… mis papás ya no van a estar. Y que ya haya pasado un año y que yo siga así, estancada…y sumida en esta depresión, me mata, siento que quiero salir, pero no puedo… No puedo, Peter. –se quebró a mitad del relato.
Estaban en Starbucks, tomando un café latte y unos panecillos de vainilla, en unos sillones color verde oscuro en un área reservada del lugar donde podían charlar tranquilos. Al llegar, Peter se había tapado la cara con la capucha de la campera, en vano. Lo habían descubierto y tuvo que pedir un lugar especial. Considerando su fama, les habían otorgado ese lugar privilegiado y unos cafés de cortesía por el mal momento que tuvieron que pasar por las fanáticas, a Peter le arrancaron varios mechones de pelo y le rompieron sus anteojos de sol favoritos.
-Te estoy aburriendo ya, no? Tenés una cara de querer matarte… -dijo ella todavía lagrimeando.
-No. No, para nada… -dijo sonriéndole. –Lo que pasa es que… no entiendo.
-Qué no entendés?
-Varias cosas. Primero, no entiendo cómo no me contaste esto, creí que éramos amigos.
-Soy muy cerrada y no me abro mucho con la gente, me cuesta mucho.
-Por?
-Creo que los psicólogos lo llamarían “complejo de abandono”, como ya pasó con mis viejos y tengo terror, fobia a que me lastimen, que me abandonen. No puedo… no puedo soportar dejar entrar a alguien lo suficiente como para que me lastime.
-Yo creo que sí, Lali, sos la persona más fuerte que conocí en mi vida. Estoy… estupefacto. –dijo haciendo gestos con las manos y luego tomando un sorbo de café. –Es muy fuerte lo que me estás contando.
-No soy fuerte, Peter, parece que soy, porque yo intento, por mi hermano, sobretodo, para que no se sienta mal de dejarme acá, pero yo no soy así, Peter. Soy frágil, me rompo si me soplan. –dijo cerrando los ojos. –Si yo… pude atravesar esta crisis, fue por mi hermano y por Lucas. Ellos estuvieron siempre, siempre, les debo mi salud mental y física.
-Sí, ellos te ayudaron… un poco, el mayor esfuerzo lo pusiste vos.
-No sé, lo que sé… es que estoy pasando por todo esto de nuevo, y de algún modo lo acepto… pero no me puedo salir, Peter, no puedo. –dijo con lágrimas en los ojos de nuevo. –No puedo.
Peter se sentó a su lado y la abrazó. –Yo estoy con vos. Yo te quiero, Mariana. Mucho.
-Yo también.
-Te voy ayudar… Estamos amigados? Porque me mató lo que te dije recién y me está carcomiendo la culpa y enserio, me hacen falta nuestras charlas y me hace falta dormir. Literalmente no estoy durmiendo y me hace mal a la piel y mi piel es la piel de Peter Lanzani. –dijo bromeando. –O sea, mi piel tiene que estar perfecta al igual que mi cuerpo.
Lali lo abrazó. –Gracias. –Esbozó la primera sonrisa, en mucho tiempo.


-No puede ser! No puede ser! No puede ser, Peter! –dijo Lali mientras se sentaba en la cama del cuarto de Peter.
-Yo no veo que tiene de malo, Lali, no lo veo. Me ha pasado millones de veces. Además, ni se te ve la cara, nadie va a saber que sos vos.
-Yo sé que soy yo! –dijo arrugando la hoja de la revista que mostraba una foto de ellos dos saliendo de Starbucks juntos. El artículo rezaba: “Peter Lanzani y su nueva…¿novia?”.
-Lali, no es nada, yo salgo a desmentir todo, no te preocupes.
-Por favor. –pidió ella. –Yo no sé cómo lo hacés, odio la exposición a la que estás sometido, no tenés privacidad…
-Nada que ver, después de un tiempo te acostumbrás. –Dijo él quitándole importancia. –Además, dejame decirte, sos la primera chica que conozco que dice eso. Si fueras normal, estarías extasiada de ser la nueva novia de Peter Lanzani.
-Nací así, es algo que no se arregla. –bromeó ella. Bromeó ella, definitivamente desde que se había amigado con Peter, estaba mucho mejor, se le notaba en la piel. Le había vuelto el brillo a los ojos, el apetito y las ganas de vivir. Peter la había hecho reír, charlar, la había distraído y se había quedado con ella cuando lo único que le apetecía era llorar.
Él se rió. –Gracias. –dijo ella.
-Por? –extrañado.
-Por estar. Y por la camisa, tenía frío. –Peter le había prestado recién una camisa a cuadros azules que Lali se había puesto sobre sus Levi´s gastados.
-Ey, siempre voy a estar, mucho más ahora que sos mi nueva adquisición. –le guiñó el ojo.
-Ah! Tenías que arruinar el momento. Lo tenías que arruinar. Me parece francamente repugnante lo que hacés.
-Qué hago? –preguntó riéndose.
-Eso de tratar a la mujer como un objeto. Un trofeo. Es… inhumano.
-Nada que ver. –dijo con la misma sonrisa burlona.
-Parame si me equivoco, ok? Vos salís con una chica muy linda, estás con ella, la paseás, se la mostrás a tus amigos y alardeás de ella, luego cuando ya te acostaste con ella, la dejás y te buscás una nueva.
-No sé para qué mentir, es exactamente lo que hago. –dijo franco.
-Viste? No te sentís vacío usando así a las personas? –preguntó ella, curiosa.
-No… Para nada –sonrió burlonamente una vez más.
-No te creo, Peter. –dijo ella entre cerrando los ojos.
-Cambiando de tema, te quedás a cenar? Hay sushi.
-Querés que me quede?
-Dah, por algo te invito.
-Bueno, dale.
-Vienen Agus y unos amigos.
-Ah… qué bueno. –dijo sonriendo.
-Si querés les digo que no vengan. –ofreció Peter.
-No! Peter, no. –dijo Lali sonriendo. –No.
-Segura?
-Muy. –corroboró con una sonrisa.
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Agustín vino acompañado de Nicolás Riera y Maxi Reca. Estaban los tres invitados sentados en la sala de estar de Peter, cuando el anfitrión los salió a recibir.
-Estás vivo, boludo! Hace cuánto que no te veo, man! –exclamó Nico.
-Sí, la gran pregunta, se terminó la joda? Vimos un artículo muy revelador. –bromeó Agustín mientras Maxi se reía.
-Mucho. –dijo Peter con una sonrisa. –Veo que ya se instalaron, ahora Clarita nos trae la comida, che… viene alguien más? –cambiando de tema.
-No, capaz viene Gas. –empezó Maxi.
-No lo puedo creer! –justo en ese momento Lali sale del baño usando la camisa de Peter y un poco despeinada. Nico estalla en carcajadas. A su vez Agus y Maxi también. Peter no puede evitar sonreír.
-Sos un desubicado, boludo. Un mal pensado. –responde Lali mirando a Nicolás seriamente. – En serio te lo digo, me ofende muchísimo lo que estás pensando. –Nicolás se rió estruendosamente ante su gélida mirada.
Agustín alzó las cejas. –Tu aspecto demuestra lo contrario. –La jodió Agus. –Vení a saludar como se debe porque te extrañábamos. Peter no te invito nunca más.
-Perdón. –dijo saludando a todos. –Hola. –Nico la apretujó en un abrazo estrangulador. Ella rió.
-Bueno, la nueva parejita… -murmuró Agustín.
Lali se cubrió el rostro con las manos. –No! Fue un error eso, no estamos saliendo ni ahí.
-No sé si creerte… -Agustín la miró con los ojos entre cerrados.
-Ok, no me creas… Peter, sin ofenderte ni nada por el estilo, no? Pero, Agus? No te parece que yo me merezco a alguien mejor que Peter para salir? –Los amigos de Peter estallaron en carcajadas y Peter frunció el ceño, adentro suyo, sabía que ella tenía razón.
-Uy, qué descanse, Peter. Qué descanse, boludo! –estalló Nicolás en carcajadas.
-Me ofendió terriblemente lo que acabás de decir, eh…. –Peter la señaló con el dedo, una sonrisa socarrona asomándose a sus labios.
-Sabés que es verdad. –murmuró ella. Pero, curiosamente, el tono de broma se había ido.
Pasaron toda una velada muy apacible, rieron, hablaron, jodieron, comieron… En fin. A la una y media de la noche, se fue por último Nicolás, dándoles un último abrazo a Peter y Lali y susurrando algo entre risas a Peter.
-Algún día me va a ahogar con esos abrazos. –dijo Lali riendo.
-Esperemos que no. –corroboró Peter, devolviéndole la sonrisa. –Estas mejor. –Era una afirmación.
-Mucho mejor. –murmuró ella, con una leve sonrisa.
-Me alegra, Lali. Igual, yo me siento profundamente ofendido, sabés?
-Por? –preguntó ella, aunque sabía la respuesta.
-Por el comentario que hiciste, me reí, porque estaban mis amigos, pero cómo es eso de que yo no soy suficientemente bueno para vos? –preguntó frunciendo el ceño.
Para su sorpresa, ella se carcajeó. –Vos me estás tomando el pelo? –Ella alzó su ceja derecha, a Peter le tembló el pulso momentáneamente.
-Para nada. –continuó él. –Me lo tomé muy a pecho.
-Peter, sin ofender…
-Sabías que cuando decís la frase “sin ofender” usualmente ofendés más de lo que pensás que podrías ofender si no la hubieras usado.
-Estás hablando muy rebuscado. –señaló ella. –Me perdí en ofender.
-El punto es que…
-El punto es que salís todas las semanas con una chica distinta y encima las engañás, razón de sobra suficiente para que seas no solo no lo suficientemente bueno para mí, sino para que seas completamente evitable, Peter. –dijo ella hablando muy rápidamente.
El suspiró. –Estaba equivocado, usar el “sin ofender” suaviza bastante el impacto.
-Igual, no sé para qué nos ponemos a hablar de este tema… No vamos a salir, o nada parecido, no? –Ella no pudo evitar agregar a la oración un tono levemente esperanzado.
Peter bufó. –No sos mi tipo. Muy complicada sos, amiga. –dijo abrazándola por atrás y plantándole un sonoro beso en la mejilla. –Sos de alto mantenimiento.
-Sí, no? –Rió ella.
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