domingo, 31 de marzo de 2013

Amor Arreglado Capítulo 52

Queda pocoooooo. Comenten mucho. Quiero muchas firmas asi mañana subo otro. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Peter, luego hizo lo que siempre hace para callarla. –Hay tiempo, linda. No nos apresuremos. –Y la silenció de un beso.
Un juego de lenguas se estaba formando en sus bocas, cuando oyen un ruido en la cerradura. Inmersos en las bocas de cada uno, no se dieron cuenta de que la puerta principal se había abierto. Unos pasos corrían y entraban al living, donde los dos se estaban besando y gritaban a coro.
-Sorpresa!
--
Tener mala suerte era una cosa. Perder un billete de cien dólares, pisar mierda mientras vas caminando con tus mocasines italianos, pegarte con el pestillo de la puerta al agacharte a recoger una moneda. Pero esto… esto era el Universo conspirándose para hacerlo pasar de la peor manera posible.
Cómo carajo llegaban Lali y Allegra justo cuando estaba en la sesión de besos más caliente con Paula? Es qué le había hecho algún daño a alguien? Es el karma? O qué mierda es?
-Hola! –exclamó Peter sonriente.
-Hola. –dijo Lali caracúlica. Miraba fijamente a Paula, que estaba inhibida por la presencia de Lali en la habitación. Encima ella lucía despampanante con un vestido corto y rojo sangre con un escote que enmarcaba sus perfectos pechos. Su pelo largo y morocho con onditas suelto y unos tacos espectaculares que hacían que sus, ya de por sí increíbles piernas, se luciera aún más.  
-Hola. –respondió Paula con la que pretendía que era una sonrisa sincera. Lali lo vería como una declaración de guerra.
-Eh… mi amor, vamos, Allegra, papá está ocupado y no nos puede ver ahora… -le dijo Lali a la nena, que miraba extrañada a su papá. Peter había muerto por décima vez en su interior ante la mirada de su hijita.
-Por qué? –preguntó. La sinceridad de la nena literalmente, nunca paraba. –Pa, quien es esa? –señaló a Paula con su dedito.
-Hola! Allegra, no? Soy Paula, una amiga de tu papá. –Lali bufó, ni siquiera se molestó en disimular.
-Allegra, anda al cuarto de papá y fíjate en los regalos que te compré. –le dijo Peter a su hija luego de darle muchos abrazos. La nena se fue saltando danzarinamente y Peter se volvió hacia Paula. –Un segundo, tenemos que hablar. –Paula asintió.
Se fueron hacia el pasillo y Lali lo miró como si lo fuera a matar, pero también había un pizca de arrepentimiento en su mirada y deseo. Mucho deseo.
-Hola. –dijo él
-Ya me dijiste hola. Podrías haber avisado algo así! –reclamó ella.
-Sí, seguro, te llamaba a Londres y te decía “Hola, La, no sabés conocí a una chica, creo que me estoy olvidando de vos, cuando venís?”
-Te estás olvidando de mí?  -sonó con una nena chiquita.
-Estoy tratando, Lali…
-Creo que yo también debería empezar, no?
-Ya empezaste hace mucho vos.
-Nada que ver. Peter desde que nació Allegra no he salido con nadie.
-Nah… -no lo podía creer.
-O sea, he tenido como que…sexo. Pero no he salido con nadie.
-Eso dolió. –dijo Peter. No la podía imaginar con nadie más.
-Sí, escuchame…está todo bien.
-Sí?
-Sí. –ella le dio un beso en la mejilla. –Tenés completo derecho a rehacer tu vida, eso no implica que yo no la odie. La odio ahora, me estoy resistiendo de ir ahí y arrancarle los pelos.
-Por favor no lo hagas… -pidió Peter. –Está nuestra hija, sería un muy mal ejemplo. –Además, estás muy linda para pelear. Demasiado, casi te beso cuando entraste.
-No deberías decir esas cosas cuando tu novia está en otro cuarto. –dijo Lali con una sonrisa traviesa.
-Uy, es verdad, a veces me olvido, sabés?… Soy un desastre.
-Somos un desastre. –corrigió ella. –Bueno, Pitt, me voy. –justó llegó Allegra. La nena seguía mirando recelosa a Peter.
-Mi amor, me matás cuando me mirás así. Dame un beso y un abrazo, dale… -pidió Peter abriendo los brazos para que su hija corra hacia él. Allegra fue despacito y lo abrazó.
-Ey, Alle, vamos a casa? Hay que desempacar, ordenar las cosas nuevas…
-Bueno, chau, pa. -dijo ella, tenía una mirada que Peter no pudo descifrar en su bello rostro.
Se despidieron y Lali y Allegra se fueron a su departamento. Peter, mientras tanto, se sentó en el sillón donde se encontraba Paula, muy callada para su gusto.
-Todo bien? –preguntó Peter.
-Esa es tu ex? –preguntó Paula con un sabor amargo en la boca.
Peter asintió. –Ya entiendo por qué no la podés olvidar, es muy linda. –admitió Paula, claramente celosa.
-Sí, pero vos también sos linda. –dijo Peter en un intento de consolarla…y de consolarse a él.
-Está muy bien para tener veintinueve. –dijo Paula, con ese mismo tono de rabia, frustración y celos mezclados.
-No tiene veintinueve, tiene veintitrés. –la corrigió él.
-Veintitrés? Peter, tiene veintitrés?!
-Sí! Qué pasa? –Peter se alarmó ante la reacción de Paula.
-Es más joven que yo! –sus ojos se cristalizaron. –Es más joven que yo, es mucho más linda que yo… tiene a una hija preciosa… Peter, cómo puedo yo competir con eso?
-No tenés que competir con ella. Yo no estoy juzgando nada. Pau, yo no quiero que pienses que por el hecho de que todavía la amo, que no te quiera a vos y que no quiera seguir adelante con lo nuestro.
-Todavía la amás. –murmuró ella.
-Sí. –confirmó él.
-Te prometo que la vas a olvidar. –dijo ella más calmada, dicho esto, se inclinó y le dio un beso muy dulce.
--

-Pau, hoy viene Allegra a quedarse conmigo… para que te vaya conociendo y eso.
-Me parece perfecto! –exclamó, desde que ayer a la noche le había venido ese mini ataque de celos, estaba mucho mejor. –Cuando llega?
-Tendría que estar llegando ahora, pero Lali llega siempre tarde, es una cosa que tiene ella, por eso yo le digo que venga a las tres, así la trae a las cinco. –rió Peter.
-Ah… bueno. Querés que yo cocine? –preguntó Paula.
-Cocinás? –él se extrañó.
-No sé… nunca me cocinaron, siempre le cocinaba yo a ella, es un desastre Lali cocinando, una vez se quiso hacer la chef y quemó la casa, más o menos. Sigue estando la quemadura en el suelo de esa vez en la casa de campo de mis padres.
-OK. –Por alguna razón, Paula no estaba contenta.

A las cinco y media, Lali abrió la puerta ella sola con la llave que Peter le había dado. No la usaba nunca, pero desde que se enteró de que Peter estaba con su novia, la usaba de seguro.
-Tiene una llave? –susurró Paula a Peter.
-Ehh, sí, obvio. –contestó él.
-Hola, pa! –llamó una mucho más alegre, Allegra. Redundante, no?
-Hola, mi amor, princesa. –Peter la alzó en brazos y la abrazo. Fue muy incómodo, porque mientras los dos estaban inmersos en el abrazo, Lali miraba a Paula con un odio que quemaba.
-Pa, me acompañás a la cocina a tomar agua? –pidió Allegra. Peter dudó dejar a Lali sola con Paula, sin embargo acompaño a su hija a la cocina.
-Lali, no? –preguntó Paula, rompiendo el incómodo silencio.
-Sí. Tu nombre no lo tengo…
-Paula. –contestó ella de inmediato. –Podemos dejarnos de boludeces? Vos estás enamorada de Peter?
La sinceridad de la mujer, tomó por sorpresa a Lali. –Wow, directa. Ponele que esté enamorada de Peter.
-Te pido, por favor, no quiero que te metas. Estoy con él ahora, al parecer lo hago feliz. Quiero empezar algo en serio con él. Hace poco que lo conozco, pero creo que lo estoy empezando a amar.
-No me voy a meter, yo como él, también me quiero olvidar de él.
En ese instante, padre e hija vuelven al living y Lali les sonríe. –Qué lindos que quedan los dos. –le salió del alma, no tuvo filtro en ese instante y pareció que intentaba hacer lo contrario de lo que le había dicho a Paula.
Peter sonrió torcidamente y la miró a Lali directamente en los ojos. Fue como si no existiera nadie más.
-Pitt, ya sé que no es tu día de quedarte con Allegra, pero… necesito que se quede a dormir hoy acá.
-No es problema, eh… pero nosotros te la llevamos a tu apartamento a la noche, no es problema. –dijo Paula. Realmente ella quería pasar la noche sola con Peter.
Peter estaba desconcertado. NO, él amaba cuando su hija se quedaba con él más tiempo.  Lali lo fulminó con la mirada a Peter. –No él tema es que no voy a estar en mi departamento… -dijo Lali.
-Salís con Euge. –preguntó Peter.
-No, no salgo con Euge.
-Con Rochi? –preguntó Peter.
-No, no salgo con Euge ni con Rochi. Voy al departamento de Cristóbal. –Listo se podía suicidar perfectamente. NOOOOO, por qué? 

Amor Arreglado Capítulo 51

Literalmente, me inspiraron las lectoras nuevas pidiendo mas. Aca va otro. SEGUNDA TEMPORADA...no. Escribir esto se volvió cada vez más tedioso, osea, me encanta escribirla de todos modos, pero... nada, la próxima es increíblemente larga, no está terminada aún pero es muy largaaa, demasiado.. todavía no sé que voy a hacer. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


-Peter, ya está! Seguí adelante, en serio te lo digo. –No quería gritarle en frente de la nena, él la estaba obligando. Por qué no podía entender que ella necesitaba irse? Por qué? Quizás sí fuera un poco egoísta lo que estaba haciendo. Quizás no había madurado tanto como ella creía, pero NECESITABA irse. Cambiar de aire. –Chau. –se despidió con un beso y un abrazo un tanto secos.
--
Luego de dejarlas en el aeropuerto a punto de embarcar, subió a su Volvo y condujo a toda velocidad. No tenía ninguna dirección en particular, solo condujo. Sí, desperdiciando combustible sin ninguna razón y perjudicando el medio ambiente. Bien, Peter! No te sale nada bien! Quiere despejarse y termina arruinando el mundo. OK.
-Hola, me siento como un idiota, qué hago? –Peter, ya había discado el número en su teléfono.
-Pero si es mi amigo, el infeliz-no-puedo-olvidar-a-mi-amor-adolescente-con-la-cual-me-casé-en-un-acto-de-inconsciencia-y-deseo.
-Ok, eso me bajo el autoestima considerablemente.
-Alguien tiene que hacerte entrar en razón, Peter. Al parecer soy el único que te dice la verdad. Das pena.
-Sí, ya lo supuse.
-Vos te acordás lo que eras hace tres años, antes de dejar a Lali embarazada?
-Uff. –dijo simplemente Peter.
-No querés volver a ser así?
-No. Quiero lo que tenía con Lali.
-Eso es imposible. –dijo Agustín serio al otro lado de teléfono. –Ese tren ya pasó. Tuviste tu chance, dejaste que te drogaran.
-No dejé que me drogaran! Me drogaron contra mi voluntad! Fue inevitable.
-Eso es lo que te decís. Yo creo, que inconscientemente vos tomaste la droga que te dio tan “inocentemente” María Potra del Cerro para librarte de la asfixiante relación que tenías con tu esposa de dieciséis años, Peter.
-Lo que acabas de decir no tiene sentido.
-Ok, esperemos que lo siguiente que diga sí tenga sentido. Fijate en el bolsillo de tu pantalón.
-Esto es una clase de juego morboso? –preguntó Peter, dubitativo.
-No! –Contestó Agustín, un poco molesto. –Solo fijate.
-Bueno… -En el bolsillo del pantalón había el número y la dirección de alguien.
-Eso que estás viendo es tu futuro. Esta chica es buena para vos, muy linda…
-No tan linda como Lali.
-Y digamos que cuando conocí a esta chica, pensé que te podía hacer olvidar a Lali. La cual me la imaginaba con varios kilos demás después del embarazo, pero la petisa superó lo que pensaba. Lali, con todo respeto, esta para llevársela a una cueva y darle hasta que el calentamiento global se disuelva, me arrepiento, literalmente, lo digo con toda seriedad y sin un ápice de broma. Me ARREPIENTO de no haberle dado bola. Ahora sería yo el que tendría sus hijos, pero…
-Ok, voy a pretender que lo que acabás de decir no fue una completa falta de respeto hacia mi persona y hacia mi mujer y/o madre de mi hija, y al hecho de que estamos hablando por teléfono, razón por la cual no te pego una piña o con un fierro en esa cabeza excesivamente grande que tenés. Ah, y supuestamente me estabas tratando de enganchar con alguien. Ahora lo único que quiero es subirme a un avión y encontrarme con la mujer más sexy sobre la faz de la tierra y con la nena más hermosa y tierna. GRACIAS AMIGO.
-Peter, dejá el drama. En serio, parecés una mina, andá a un boliche, tomá, está con otra chicas, o llamá a esta que es muy linda. No tanto como…
-No aporta! –Agustín iba a decir, no tanto como Lali. Sinceramente, no entendía a veces de qué lado estaba.
-Chau, Peter. Decidí si querés ser feliz o no.
--
Una semana más tarde, estaba acurrucado en su caro sillón de diez mil dólares de cuero real y no sintético como una nenita que acababa de perder su juguete favorito. Luego de que se dio cuenta de la situación en la que se encontraba, se levantó del sillón, agarró un papel arrugado y medio roto. Tomó su celular y discó el número.
-Hola? –una voz de mujer le respondió al otro lado de la línea.
-Hola. –dijo Peter. –Soy Peter Lanzani, creo que mi amigo Agustín te habló de mí?
-Peter Lanzani. –Notó un leve ronroneo en la voz de la mujer al pronunciar su nombre.
-Sí. Ese mismo.
-Te conozco. Lo propongo yo o vos? –contestó con una risita.
-Cómo?
-Ok, lo hago yo. Me pasás a buscar a las ocho, creo que tenés la dirección de mi casa. Llevame a algún lugar lindo a cenar.
-Eh… bueno. Tu nombre? No lo dice acá en el papelito. –dijo Peter, un tanto confundido.
-Me ofende, Peter. Cómo es que no sabés mi nombre?
-Ehh… no lo sé. –Contestó. –Nunca te había oído en mi vida.
-Es una lástima, yo había oído mucho de vos… -dijo la chica leve, levemente decepcionada. –Soy Paula. Y te veo hoy a las ocho. –bip… cortó la llamada ella.
-En qué me metí? –murmuró Peter.
--
Curiosamente, a las ocho, estaba listo y la pasó a buscar a Paula con un optimismo un tanto extraño. Al llegar al umbral de la puerta de su casa, tocó el timbre y una mujer alta, con el pelo largo y negro, ojos grandes y marrones le abrió la puerta.
-Hola, bombón. –murmuró ella.
-Ho…hola. –Peter no pudo evitar tartamudear. Era linda, había que admitirlo. Pero incluso Lali tenía un poco de competencia allí. Aunque…pensándolo bien. La mujer tenía unos labios opuestos a los de Lali. Los de ella eran finos y filosos. Los de Lali eran gruesos, grandes.No estaba seguro qué pensar de los labios de… Paula se llamaba?
-Ay qué horror… te juro que trato se sonar segura pero no me sale… -se rio ella. –Te propongo que esta noche digamos solo la verdad, realmente no quiero perder el tiempo. –avisó con una determinación que daba miedo.
-Me parece bien…no tengo ganas de tener en cuenta tus sentimientos. Soy un desastre. –Dijo Peter con toda la franqueza de la que fue capaz. Inconscientemente, estaba tratando de boicotear la salida.
-Bueno… ya empezamos. –sonrió falsamente Paula.
-
Una vez en el restaurante, la charla había sido bastante buena para una primera cita.
-Emm, sigo casado con la misma chica de la cual me enamoré, cortamos, volvimos, o algo así, y la dejé embarazada.
-Ah! –dijo Paula. –Agustín no dijo que tuvieras hijos. Francamente prefiero a mis posibles novios solteros, pero vos tenés una carga pesada…
-Sí, tiene tres años y la extraño demasiado… permiso, la voy a llamar ahora.
-A tu ex? –preguntó ella alzando las cejas.
-Técnicamente seguimos casados. –Contestó él. Cinco segundos después, estaba con el teléfono al oído.
-Hola! Hola, mi amor. Qué hacés?... Sí, ya sé que sos vos, Lali… Ah… ok. Está durmiendo?... Vos? Qué hacés? …Conociste a alguien? No? Me quedo tranquilo entonces. Chau.
-Agustín me dijo que estabas con mal de amores, pero esto…
-Sí, ya te lo dije, soy un desastre. No me puedo olvidar de ella. –dijo Peter con una sonrisa sarcástica. Definitivamente se estaba boicoteando.
-Ok, Peter… siendo completamente sincera… Yo no creo que vos estés dispuesto a olvidarte de… cómo se llama?
-Lali
-De Lali. –dijo asintiendo. –Yo, la verdad, me gustaría empezar algo con vos… no sé qué tenés pero me encanta.
-Es que no me quiero olvidar de ella! La sigo amando. Pero… a la vez, no funciona.
-Decime las palabras indicadas y ella se va de tu cabeza y de tu corazón para siempre. –murmuró Paula con el tono de voz felino, otra vez.
-No sé ni cuáles son las palabras indicadas.
-Las palabras indicadas son “besame”. –Ella se inclinó y juntó sus labios con los de él. No pudiendo evitarlo, le siguió el beso.
--
Lo siguiente que Peter supo, era que se encontraba en una relación seria y comprometida. Paula venía todos los días a su casa, hablaban, comían, dormían juntos.
Paula ya tenía veintinueve años, ya era una exitosa abogada pero su gran deseo era ser madre. Todas sus amigas ya estaban casadas y/o con hijos. Amaba a los niños. Peter veía eso como una gran ventaja, porque Allegra pasaba la mitad de la semana con él. Pero… cada vez que ella sacaba el tema de los bebés él trataba de cambiar de tema.

Francamente, no quería ningún otro bebé que no fuera de Lali, no creyó conveniente decírselo, ya que no habían hablado de ella desde la noche en que la conoció.Y cada vez que Peter las llamaba a Londres, ponía una cara que claramente indicaba que estaba celosa.
Otra cosa a la que se tenía que enfrentar en breve era que Lali y Allegra se enteraran de su nueva relación. Lo último que quería era que su hija desaprobara la relación… porque, le hacía bien. No pensaba tanto en Lali como antes.
-Peter? Mi amor? –lo llamó Paula. –Vení, sentate. –indicó el sillón.
-Qué pasa?
-Estaba pensando en… que tal si me mudo acá? –Peter no pudo evitar hacer una mueca de rechazo.
-Paula salimos hace un mes. –dijo Peter, como si fuera lo más obvio del mundo.
-No, sí, ya sé, Peter… pero, no estaría bueno despertarse y vernos la cara y no sé, planear juntos nuestro futuro? –estaba tan ilusionada con la idea…
-Paula, nos conocemos hace un mes, gorda…
-Sí! Ya sé eso, pero… Peter, porque no hacemos algo sin pensarlo, llevo toda la vida haciendo todo meticulosamente, qué tiene mudarnos tan rápido? Quiero hacer algo por impulso por una vez en mi vida! –exclamó con una sonrisa.
-Justamente, yo vengo haciendo una vida de impulsos. Me casé a los veinte, seis años después ideé un plan que rayaba en lo loco y maléfico para enamorarla y terminé embarazándola. No me arrepiento de nada. Pero… prefiero hacer las cosas más calmadamente, con la mente fría.
-Te voy a ser sincera… Peter, tengo veintinueve, te conocí y me encantaste. Por qué no lanzarnos y simplemente ser felices? Yo quiero, más que nada, ser mamá.
-Pau… hace un mes que nos conocemos, no me podés pedir esto. Ni siquiera te conozco lo suficiente, creo que deberíamos esperar más, no sé, un año, dos.
-Un año o dos? –su ilusión se esfumó tan rápido como llegó.
Peter, luego hizo lo que siempre hace para callarla. –Hay tiempo, linda. No nos apresuremos. –Y la silenció de un beso.
Un juego de lenguas se estaba formando en sus bocas, cuando oyen un ruido en la cerradura. Inmersos en las bocas de cada uno, no se dieron cuenta de que la puerta principal se había abierto. Unos pasos corrían y entraban al living, donde los dos se estaban besando y gritaban a coro.
-Sorpresa! 


martes, 26 de marzo de 2013

Amor Arreglado Capítulo 50

Quiero terminar ya esta novela.... honestamente me tiene un poco harta. Pero tengo muchas más ideas en mente, tengo una en la que estuve trabajando bastante, ya voy a poner una introducción o algo así. Qué boluda, no pensé el nombre para la próxima. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Quiero un montonazo de comentarios sobre lo que piensan. Como les gustaria el final... POR FAVOR que no sea el tradicional "que sean felices, muchos hijitos....etc" Si el final que tienen en mente es arriesgado, COMENTÁ. Si es feliz y original, COMENTÁ. Si  tenés una critica, COMENTÁ. Y si quieren decir algo totalmente malo y fuera de lugar. También. Quiero opiniones, gente.




Incluso de vuelta en su cama con Allegra, se sentía pésimo. Un mes, definitivamente, era demasiado.
--
Se despertó con una sonrisa de su nena. Con muchos besos, le hizo el desayuno y no mucho después llegó el visitante habitual un lunes a la mañana.
-Hola! –saludo Agustín, amigo de la infancia. –Hola, preciosa. –le dio a Allegra un sonoro beso en la mejilla y ella le sonrió.
-Agus. –saludó Peter. Mientras tanto, Allegra se fue a jugar con su juguete preferido. Un peluche de unicornio que Peter le había comprado. –Todo bien?
-Sí… Allegra viene al trabajo con papá? –Hoy era lunes, Peter tenía que estar en la empresa.
-No voy a ir. –dijo Peter mirando a su hija.
-Eh? Por?
-Lali se la lleva por un mes a Londres. No me deja ir con ellas. –soltó Peter de repente.
Agustín suspiró. –Ya está, Peter. Hace tres años lo único que hago es oírte hablar de tu hija, de Lali. Tuviste una relación afuera de ellas que durara más de un día?
-Por supuesto. –contestó él.
-Quien? –quiso saber su amigo, alzando las cejas.
-Esta chica… La que trabaja en la empresa… no me sale el nombre ahora, pero salimos por una semana.
-Boludo, tenemos que conseguirte una novia.
-No quiero una novia! –le espetó Peter.
-No es lo que se quiere pero lo que se necesita. Amigo, Lali no va a volver con vos. No quiere, o no sé qué carajo le pasa… Es su pérdida, otra mujer te va a tener.
-Yo la quiero a ella. –murmuró Peter.
-Peter, olvidate, no va a resultar, lo único que te une a Lali es una historia duradera y esa nena hermosa. Ya está. Seguí adelante, porque ella ya lo hizo.
-Nada que ver. –dijo Peter. –No, ella no tiene novio, yo sería el primero en saber.
-Bueno, pero en cualquier momento va a conseguir a alguien.
Él suspiró. –No sé qué hacer.
-Yo sí. Tengo la chica perfecta para vos. Es una abogada, veintisiete años, linda. Perfecta para vos. Tomá. –le dio un teléfono y una dirección. –Ella está esperando tu llamado. O tu visita.
-Peter abrime! –gritó Lali al otro lado de la puerta.


-Voy! –gritó este. –Hola. –dijo sonriente y abriendo la puerta.
-Hola. –contestó ella con una sonrisa. –La nena?
-Jugando con el peluche de caballo… unicornio… Querés tomar algo? –Peter ya sabía la respuesta, sin embargo preguntó igual.
-Eh…bueno. –dijo ella sonriendo.
-Enserio? –Lali nunca aceptaba ni un aventón hasta su casa.
-Sí… No estés tan sorprendido, no sé si ofenderme o alegrarme.
-Por qué alegrarte?
-Porque segura pensabas, “Qué ídolo, Peter, lograste que Lali se quede, wooo!” Y cosas así.
-Ah… sos rara. –dijo sonriente.
-Sí, muchas personas me dicen lo mismo. –estuvo de acuerdo. –Hola, mi amor! Hermosa! Te extrañé! –Allegra corrió hacia los brazos de su mamá y le dio un abrazo de lo más tierno. Peter tuvo que contenerse para no ir a abrazarlas a las dos.
-Nos tenemos que ir ahora? –preguntó con carita triste la nena.
Lali sonrió. –No… no, te podes quedar un ratito más jugando, linda.
Allegra sonrió y se fue a jugar con su peluche. –Me alegra que la hayas dejado…
-Mariana Espósito! –exclamó Agustín. –Whoa, no lo puedo creer. Estás…grande.
-Sí, me imagino que lamentás no haber salido conmigo cuando tenía unos bien cumplidos diez años… -sonrió Lali y lo fue a abrazar. Mientras se abrazaban, Agus le hizo una seña a Peter, que claramente indicaba: WTF!
-Sí, lo lamento. Demasiado. Estás muy linda.
-Gracias.
-Estás segura que estuviste embarazada? –preguntó Agustín entrecerrando los ojos.
Lali estalló en carcajadas. Peter y Agus se reían. El punto es que pasaron como una hora charlando y rememorando viejos tiempos.
-Entonces te vas mañana? –Agus sacó el tema a colación.
-Eh… -Lali claramente no estaba contenta con el cambio de tema. –Sí, me voy con Allegra por un mes, sí.
-Ah… Se casa Vico?
-Y… él no quiere decir nada, o sea, no sé si quiere casarse realmente, pero la novia es la típica chica tradicional que quiere casarse, etc, etc, una de las razones por las que voy es para convencerlo de que no se case… Tengo un poco más de experiencia en esa materia que él. –dijo mirándolo a Peter.
-Seee. –murmuró Peter.
--
Dos valijas enormes, una mochila, y un bolso de mano. Luego de despachar las dos valijas, se quedó con la mochila y el bolso. Peter se encontraba en el bar del aeropuerto con Allegra, tratando de que tome una chocolatada. Extrañamente, la hija de Lali, amaba el café con leche. Y odiaba el chocolate. Lali todavía no se explicaba esa anomalía.
-Dale, mi amor, tenés que estar fuerte, va a ser un vuelo larguísimo. –trató de hacerla entrar en razón, Peter.
-No quiero. Quiero que vengas vos. –murmuró la nena. –No quiero irme sin vos, pa…
-Yo tampoco quiero irme sin vos, mi amor. Pero vas a ver que en un tiempo ya nos volvemos a ver. –Peter la abrazo.
Unos metros más allá, Lali veía la escena. Definitivamente, Peter era muy buen padre el mejor. Era raro, que hace tres años, veía esto del embarazo como un accidente. Sin embargo, ahora, si pudiera volver a vivir su vida, no cambiaría no haberse acostado con Peter. Allegra era su vida.
Ella se acercó a Peter y Allegra, que seguían charlando. –Cuando sale el vuelo? –preguntó Peter mirándola.
-En dos horas.
-Dos horas? –replicó Peter angustiado.
-Ajá. –respondió simplemente, Lali.
-Ya hiciste todo? Boarding Pass, despachaste valijas… todo?
-Sé cómo viajar Peter, lo estuve haciendo toda mi vida.
-Sí, pero ahora viajás con nuestra hija. –Lali no pudo evitar notar el tono amargo en la respuesta de Peter.
-Sos un dramático. Me voy un mes. UN MES. Y no me hagas levantar la voz en el medio de un aeropuerto, si me llegan a prohibir la entrada a otro lugar público más por tu culpa te juro que me muero.
-Ey, no es mi culpa que nos prohibieran la entrada al zoológico. Esa fue tu culpa.
-Peter, no es sólo el zoológico, es el acuario, el museo de Barbie, que encima fue una pésima idea tuya porque no le gusta Barbie a Allegra, verdad? –Lali miró a su hija que estaba en los brazos de su padre.
-Verdad. –replicó con una sonrisa.
-Ok, podemos terminar de pelear? No quiero pasar mis dos últimas horas con ustedes peleando. –Aunque Lali se enojara, tenía que hacerlo. Sentó a Lali y la abrazó por detrás mientras que con el otro brazo, abrazaba a su hija. No quería que se fueran.




sábado, 23 de marzo de 2013

Amor Arreglado Capítulo 49

LEAN INTRODUCCIÓN POR FAVOR.

Ok, primero que nada, sí, me fui mucho tiempo. Comentarios como "Me re decepcionaste por no subir" y cosas así enojan bastante. Primero que nada, no tengo porque aclarar, número uno, porque esto es un HOBBIE. Lo hago porque amo escribir y decidí compartir lo que hago. Me encanta que les guste, y me encanta que pidan más. Si se preguntan porque no subi en tanto tiempo es porque perdí los archivos de Amor Arreglado. Se me partió la laptop por la mitad y los perdí, sí, muy jodido, pero es la vida, no? Shit ;) Todo lo que había escrito de esta novela y varias más, perdidos, pero afortunadamente un genio computacional, o algo así, me ayudo y recuperé TODO. Ok, con eso aclarado, lean el capitulo 49. Comenten genteeeee ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



-Perdón, por haber besado a Lali… Yo la amo, boludo, la amo y dejame decirte, que fue el mejor beso, así te digo… El mejor beso, tiene los labios muy grandes, la petisa es un fuego, la petisa, la petisa se parte y es un fuego porque sí.
-Te mato. Te mato. Te mato. Te mato.
-Y si vos estás con mi sobrina es porque la petisa está sola, no? La petisa debe ser un fuego en la cama, la petisa.
-Te aviso… -La respiración de Peter se empezó a entrecortar. –Llegás a ir ahí, te mato, te mato, Pablo. TE MATO.
-Voy a lo de la petisa. Chau, hermano. –dijo riéndose Pablito.
-Ah, yo te mato! TE MATO!
Peter no lo pensó dos veces, agarró a Allegra la metió en el auto y se fue directamente a lo de Lali.
---
A las cuatro de la mañana llegó al departamento de Lali, con la nena en brazos, y atendió un tipo con una toalla rosada cubriendo sus partes privadas.
-Lalu! Acaba de llegar tu ex con la nena! –Gritó.
Peter, todavía sobresaltado, le dijo. –Podés bajar la voz? Esta la nena durmiendo!
-Lalu! Apurate que está muy enojado, gorda!
-Sabés que no me copa que estés en la casa de mi esposa a las cuatro de la mañana, flaco… No me deja tranquilo con la nena…
-Ay, pero si Allegrita me ama, y yo la amo a ella. Además, Lalu es tu ex, querido, no te confundás.
-Tu amigo gay me está faltando el respeto. –gritó Peter.
-Chicos, mejor me visto y me voy porque no tengo vela en este entierro, gordo…
El flaco se vistió a su tiempo y se fue por la puerta y Lali todavía no salía.
-Lali si no salís entro yo.
-Ya salgo, Peter. –Lali salió de su cuarto vestida para salir, una mini falda, un top muy sexy y estaba subida a unos tacones.
-Qué hacés vestida así? –preguntó Peter, más que enojado.
-Iba a salir. –respondió ella simple y llanamente.
-A salir? O sea, tenemos una hija, irresponsable, date cuenta! –dijo  Peter, con un tono desagradable de sarcasmo.
-O sea, tengo veintitrés años, boludo, date cuenta. –replicó en el mismo tono de él. –Me explicás que hacés acá, con mi hija durmiendo.
-Con nuestra hija. –dijo ofendido. –Al parecer, más mía que tuya, ya que al parecer no te importamos mucho.
-Vos me estás cargando que viniste a mi casa como a las tres de la mañana con nuestra hija en brazos a hacerme una escena de celos a mí? No tenés remedio, Peter.
Depositando a Allegra en el sofá, Peter suspiró. –Lali, vine acá porque me llamó el idiota de mi hermano que iba a venir para acá a…
-A qué? –preguntó Lali fuerte.
-Ya sabés a que. –respondió él.
-Peter tu hermano no me interesa. –respondió ella con sinceridad. –Lo quiero mucho, pero tiene serios problemas, además la próxima vez que salga con alguien te aseguro que no va a ser tu hermano por la simple razón que no quiero que mi suegra sea Mecha. O sea, vos fuiste un caso aparte, te amé mucho, pero ya por otra persona bancarme una suegra así… Nah.
Peter suspiró exageradamente y le dio un sonoro beso en la mejilla a Lali. –GRACIAS. Asegurate de decirle eso en la cara cuando llegue. Te re va, porque no tenés escrupulos y cosas así.
-Qué lindo que pienses eso de mí, Pitt! –contestó sarcástica.
Sonoros golpes en la puerta indicaban que Pablo había llegado. –Lali abrí! Lali, boluda, abrime porque me muero! Tengo que decirte algo, boluda!
-Nah, yo lo tengo que matar, evidentemente. –dijo Peter dejando caer los brazos a los costados de su cuerpo.
Lali, sin embargo, abrió la puerta bastante furiosa. –Tenés serios, serios problemas, querido.
-Hola. –dijo Pablo sonriendo.
Lali volteó y se dirigió a Peter. –Es alcohólico?
-No sé ni qué decirte. –Agarró a Pablo por los hombros, lo hizo entrar a la fuerza a la sala de estar de Lali y lo sentó en el sillón. –Soy un idiota, espero que lo sepás.
-Cómo? –respondió riéndose tontamente. –Eh… Lali, te quería decir que… vos y yo. –la señalaba. –Ya, pero ya nos vamos a tu cuarto, te tiro en la cama y te olvidás de todos.
-Ah, pero sos un boludo importante. –Lali agarró a Pablo por los hombros. –Estás obsesionado. Me das miedo. Terminala. –dijo firmemente.
-No estoy obsesionado. Te amo, Lali. Te amo, entendelo, mi hermano es un obstáculo.
-Esa debería ser mi frase. –murmuró Peter poniendo los ojos en blanco.
-Pablo, necesitás un psicólogo. –Volteó y miró a Peter. –Conseguile ya un psicólogo a tu hermano.
-No! –gritó Pablo. –Estoy harto de que me traten como un loco sólo porque te espíe unas pocas veces mientras te cambiabas! O porque te seguí cuando salías el otro día. –Peter frunció el ceño. –O…o porque te besé hace dos semanas.
-Qué? –Peter, literalmente, daba miedo.
En ese instante, Allegra se despertó y comenzó a llorar.
-Ah, yo los mato a los dos, se van de mi casa, ya mismo. –Lali agarró a la nena y la llevó a su cuarto, desapareciendo en el pasillo.
-Se termina acá, entendiste? Vos estás mal, estás obsesionado, no sé qué carajo te está pasando pero hasta acá llegué.
-No entendés, nadie lo entiendo, Peter.
-Sí, entiendo que estás loco! –gritó Peter.
-CALLATE! –Contestó Lali desde su habitación. –Y se van YA!
-Cómo llegaste acá?
-En taxi. –respondió como ido, su hermano.
-Te voy a llevar a tu casa. Vamos, Pablo.
-No… me quiero quedar, Peter… dejame quedarme.
-Te voy a dejar irte sin antes pegarte, eso debería ser suficiente. –dijo serio. Pero ya más calmado agregó. –Pablo, estás mal, ojalá lo entiendas y lo aceptes porque ése es el primer paso. Ya está, digamos que he… ocultado, si se quiere, esta dependencia al alcohol que has estado teniendo. Dependencia, por no decir adicción. Estás tocando fondo.
Pablo se cubrió el rostro con las manos. –No sé qué hacer. –murmuró con la voz quebrada. –Estoy perdido, lo único que estuve haciendo por los últimos años fue viajar, me distrajo de mis problemas… pero no los soluciona.
-Vamos, te quedás en mi casa hoy… andá bajando, yo voy a hablar un toque con Lali. Esperame abajo.
-Bueno… -su hermano salió del apartamento y Peter, cautelosamente y en silencio, entró al cuarto de Lali.
Allegra estaba dormida sobre la cama y ella estaba sentada en el suelo. Cuando vio a Peter acercarse se levantó y fue hacia él.
-Cómo estuvo? –preguntó, ya más calmada.
-Está mal, creo… creo que lo voy a internar. –Lali arqueó una ceja.
-Te parece? Peter, tu hermano puede ser muchas cosas, pero no creo que esté tan loco. Aunque si hablamos de tu familia hay un miembro que sí necesite internarse. –Ella abrió mucho los ojos, dando a entender un punto. –Por si no lo entendiste, hablo de tu madre.
Peter rió, a su pesar. –Nah, pero en serio, está mal, es alcohólico, Lali. Por no mencionar que se obsesionó con vos. Pienso que unos tres meses en rehabilitación no le vendrían mal.
Ella suspiró. –Peter, nos vamos.
-Adonde? –preguntó él, sin realmente haber comprendido lo que quería decir.
-A Londres. Me tengo que ir, Peter. Es por un mes, a visitar a mi hermano.
-Cómo? –la serenidad que parecía haber recobrado se le esfumó en un instante.
-Sí. –dijo ella. –Necesito alejarme un poco de todo esto. Me estoy adaptando a esta nueva vida… No me lo tomes a mal, me encanta, estoy enamorada de mi hija y vos sos un padrazo. Pero, Victorio no nos ve desde el año pasado y él es el que siempre viene. Además… creo que se casa. Y quiero estar ahí.
-No te podés ir un mes, Lali. –pidió suplicante. –Vos sabés que aunque no sean mis días, vengo igual a visitarlas, no es porque me siento obligado, La. Es porque realmente no puedo estar apartado de mi hija, paso un día sin verla y ya sabe una palabra nueva, o no sé, hace algo nuevo. Un mes es mucho.
-Es mucho pedir un mes realmente? Un mes, para ordenarme, ver a lo que me resta de la familia? Ya está decidido, nos vamos en una semana.
-En una semana? Por qué no pudiste consultarme esto antes, Lali?
-Porque sabía que esta iba a ser tu reacción. Por favor andate. Si querés llevá a la nena, la paso a visitar mañana.  –fueron las últimas palabras que escuchó de Lali en toda la noche, y le estuvieron dando vuelta en la cabeza mientras depositaba a Pablo en su casa y mientras subía las escaleras hasta su habitación con la nena en brazos.
Incluso de vuelta en su cama con Allegra, se sentía pésimo. Un mes, definitivamente, era demasiado.