domingo, 30 de diciembre de 2012

Amor Arreglado Capítulo 27

Bueeno, les subo otro porque sé que las dejé en una parte muy intrigante. Demasiado, y como yo también soy lectora y sé bien lo que es quedarse intrigada, les subo otro!! Eso sí, este es el último, mañana les subo más. Es cortito, pero les sirve para sacarse la intriga....BESO ENORME.------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------




-Bueno, no le digo señora. -de pronto su voz cambió- Te lo voy a decir de una sola vez así que escuchame bien, Peter y yo somos el uno para el otro, te lo pido por favor, hacete a un lado. Lo único que queremos es ser felices. No seas egoísta, dejalo libre, Mariana!
Lali quedó perpleja, lo único que hizo y fue inevitable fue empezar a reírsele en la cara. No se podía hacer menos. La mucama la miraba con furia, indignada que después de su discurso ella se le riera en la cara tan descaradamente. Pero Lali seguía riéndose.
-De qué te reís, eh? Vas a hacer lo que yo te digo. –le declaró firmemente. –Le vas a pedir vos el divorcio porque él es demasiado noble para pedírtelo!
Lali se empezó a reír más fuerte, pero después le habló. –Perdoná, querida, no sé tu nombre.
-Luna. –le respondió esta.
Lali entonces vió que Peter estaba mirando todo la escena. Había visto todo.
-Bueno, Luna, esperá un momentito… Peter, mi amor, vení para acá! –lo llamó, él por supuesto respondió a su llamado.
-No le digas “mi amor”, Mariana, no te quiere! –le dijo Luna, la mucama.
-A ver, Luna… Peter, explicale a esta chica, mi amor. Te explico yo, Luna, mi marido suele tener aventuras de una noche con chicas como vos, querida. Nada personal, solo que me parece que te comiste la película. Ahora, el divorcio se lo pedí hace años, pero no me lo da. El que me tiene que dejar libre es el a mi. Me parece que algo me quiere todavía. Y por favor, dejá de humillarte y aceptá, que caíste en su trampa como la mejor, perdón por todas las molestias.
Lali se fue así sin más, dejando a Peter y a Luna en la cocina. Estaba furiosa, después de todo lo que Peter le había dicho, ahora se tenía que bancar que las minas con las que Peter se acostaba le vinieran a hacer planteos a ella! Nah.
-Qué carajo hacés? –le dijo Peter a Luna.
-Defiendo lo que es mío.
-No soy tuyo, Luna, estás loca?
-Si, sos mío, vos me querés, yo lo sé, por algo me elegiste esa noche.
-No Luna, no soy tuyo, que te entre en la cabeza, loca, esa noche fue un error, esta mal, solo fue porque me había peleado con ella.
-Peter…
-No soy tuyo, Luna, yo soy suyo, de Mariana.
La mucama se quedó furiosa. Peter se fue dejándola sola mientras limpiaba los platos y se fue a su cuarto donde encontró a Lali tirada en la cama, todavía usando ese camisón que a él le encantaba como le quedaba, mirando para arriba. Pensando quizás. Cuando lo vió entrar si embargo, se levantó despacio de la cama y lo encaró.
-Peter, todo bien, me tenés encerrada en esta isla, te acostás con cualquiera, pero que ahora la mina esta me venga a hacer un planteo a mí como si yo te estuviera reteniendo, por favor!
-No, tenés razón, te pido disculpas…
-Si, viste, no se puede, quien se cree que es esta mina?
-Si, ya sé, ya le hable, no va a volver a pasar.
-La próxima vez igual, trata de no elegir a las locas… -le advirtió.
-Si…
-Ok, y mucho más con todo lo que me dijiste…
-Si, La, tenés razón, cuando tenés razón, tenés razón.
-Eh, bueno, me voy a vestir y me voy, Peter.
-No, no, no, no…
-Perdón? –le preguntó amenazadoramente con una ceja levantada.
-Que no, no vas a ningún lado, vos podés o no, estar embarazada de mí…
-Cómo sabés si es o no es tuyo? –respondió seriamente.
La cara de espanto de Peter, fue para reírse. Lali se apiadó de él –Mentira! Se rió.
-No se hacen esas bromas! No se hacen! –respondió todavía con la cara de espanto.
-Bueno, perdón… Pero te la tenía que hacer, Peter…
-Bueno, ahora te quedás acá, te parece?
-No, Peter, primero no estoy embarazada, segundo, voy a donde quiera.
-Lali… Enserio, no tengo ganas de discutir…
-Bueno, muy bien, entonces me voy, chau.

Amor Arreglado Capítulo 26

Buenooo, ayer quise subir más, pero mi compu se rompió o algo por el estilo y no pude, ahora ya esta arreglada así que... Aqui vamos! Muchas gracias por leer, un beso ENORME!---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Ella se volvió a reír al ver lo patético que lucía Peter, pero le dijo –Bueno, te cuento, solo porque te estás poniendo en un ridículo muy grande, Pitt. El médico es…
-Tu primo gay? –la interrumpió con vos esperanzada.
-Mi ex, Peter –justo lo que no quería oír.
-Necesito más información. –pidió seriamente.
-Qué querés saber? –le preguntó con voz de cansada.
-Tu historia con el medicucho.
-Solo porque necesito desahogarme te voy a contar todo, ok? No es porque te quiera contar, ni porque deba contarte, oíste?
-Si, La, dale contame.
-Ok, luego de que vos me engañaras con la modelito esa de cuarta, idiota, hueca, tarada, operada, imbécil, creída…
-Lali… -le suplicó.
-Pienso contarte todo desde mi punto de vista. Y sin censura, así que bancatela, si no averigualo de otra forma.
-Bueno, dale seguí.
-Luego de que vos…, me hagas eso que sabemos. Ta, con Vico nos fuimos a Londres y después como él se tuvo que hacer cargo del negocio familiar y no me daba bola, decidí irme a Grecia con mi abuela y nada, Vic se quedó allá, etc. Cuando cumplí diecisiete, un año después de que haya pasado todo eso… Bueno, yo iba al instituto y había una conferencia o algo de la salud. Algo así, todos los alumnos teníamos que ir obligatoriamente, pero… ya me conocés y me traté de escapar –Peter se rió imaginando a Lali escaparse – Cuando logré salir me tropecé con Cris, y me dí cuenta que era uno de los que venían a dar la conferencia porque tenía un pin, y le traté de inventar una historia, pero me descubrió. –Lali sonreía mientras contaba la historia.-
Ella prosiguió y Peter la escuchaba atento –Yo me acuerdo que me quedé como congelada, porque era un caño –Peter frunció el ceño.-, él tendría unos veinticuatro años por ese entonces, y yo como que durante ese año no había estado con ningún chico porque… no me atraía ninguno…
-Y si, después de mí, como que era difícil –se agrandó Peter.
- Callate y dejame seguir. No era difícil porque oportunidades no me faltaron –Pitt se imaginó los chicos que habrían intentado acercársele y que él no estaba ahí para protegerla, no que ella necesitara protección porque se manejaba bastante bien, pero de igual manera…- Pero él era distinto porque fue el primero que me atrajo. –Prosiguió Lali- Bueno, entonces me quedé en que me descubrió, y me preguntó por qué me estaba escapando y yo le conteste que porque sí, típica respuesta de pendeja rebelde, hablamos unos minutos y luego me tomó de la mano y me llevó a la conferencia. Me acuerdo muy bien porque mis amigas, al verme llegar con el potro del doctor, y encima mayor de edad, se murieron de envidia –Lali sonrió y Pitt hizo una mueca.- Y nada, después me invitó a salir, él estudiaba medicina y todos los días sin falta me pasaba a buscar en su moto. Mi abuela y Victorio no sabían nada, por supuesto, imaginate…
-Y cuanto tiempo estuviste con él? –Inquirió Peter.
-Estuve dos años, luego de unos meses se los presenté a Vico y a mi abuela, mi abuela lo adoraba y a mi hermano le caía bien.
Dos años! Más de lo que estuvo con el…
-Por qué cortaste con él? Digo el seguro no te corto porque con la cara que te miraba hoy…
-Corte con él porque no lo amaba. Yo lo quería mucho, lo quiero mucho, muchísimo –añadió- Pero nunca lo amé, igual estamos en buenos términos…
-Ya sé que esta pregunta es muy inapropiada, pero lo tengo que saber, vos…
-Yo qué?
-Vos… te acostaste con él? –A Lali su pregunta la tomó con la guardia baja. Le tiró un almohadón a la cara.
 -Sos enfermo? Cómo me vas a preguntar eso? –estaba fuera de sí.
-No… Tenés razón, pero igual…                -se defendió.
-Peter –ya se había calmado.- Vos te acostaste con otras después de mí, digo además de durante nuestro matrimonio?
Peter agachó la cabeza –Peter, estuve con él por dos años. Sacá tus propias conclusiones.
Al día siguiente, Lali se despertó con vómitos a las seis de la mañana, luego Peter la acompañó a la cocina y allí                desayunaron en silenció mientras comían la siempre presente chocolatada que Lali amaba y unas facturas.
-Eh, ya vengo voy al baño –le dijo Peter.
-Dale… -le dijo Lali distraída mientras mordisqueaba una factura.
Al irse Peter entró una mucama que se puso a lavar las tazas que ellos dos habían dejado en el fregadero y Lali la saludó con una sonrisa. Ella siempre trataba de ser buena con la gente de servicio, sabía que era un trabajo muy duro.
-Hola –la saludó sonriente. Lali todavía estaba en pijama, este pijama en particular era un  pequeño camisón blanco, de algodón con una pequeña moña color rosa en el escote. Y la chica la miró de arriba abajo, con una mirada que pasó de la envidia, hasta la sorpresa.
-Hola, señora, que tal? –lo dijo con una voz que perfectamente indicaba que Lali no le caía nada bien. –Precisa algo?
-Emm, no, no gracias –pero cambió de opinión- ah, pará, me traerías un vasito de agua?
-Ya le traigo… -se paró en seco y dio media vuelta- Un momento, señora…
-No me digas señora si sos tan amable… -pidió Lali.
-Bueno, no le digo señora. -de pronto su voz cambió- Te lo voy a decir de una sola vez así que escuchame bien, Peter y yo somos el uno para el otro, te lo pido por favor, hacete a un lado. Lo único que queremos es ser felices. No seas egoísta, dejalo libre, Mariana! 

sábado, 29 de diciembre de 2012

Amor Arreglado Capítulo 25

A verrr, chicas, acabo de leer varios comentarios quejandose de que no les subo la novela, ey! Quiero que traten de entender que estoy en VERANO, no voy a estar todo el dia en la compu... Aca les dejo otro, ojala que les guste y mañana subo más. Chauuuuuuuu, beso ENORME. Las quiero, gracias por leer.
P.D.: También en los comentarios leí unos re re re re lindos. Gracias :) --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------




-Te dejo ir cuando aparezca mi padre, enserio. –Prometió- La, yo te necesito para demostrarle que sigo casado con vos y después te vas. La, enserio estoy preocupado por vos.
-Dejame en paz.
-No, no te dejo en paz. Querés seguir durmiendo?
-No. Tengo hambre –se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, Peter obviamente la siguió.
-La, pará, vos hacete el desayuno, yo voy a llamar a un doctor para que venga hoy mismo, dale? –le dijo cariñosamente.
-Hacé lo que quieras, Peter.
-Yo llamo al doctor.
Al terminar la llamada se encontró a Lali en la cocina comiendo facturas con chocolatada. Le dijo –La, ya llamé, viene al mediodía, y esta perfecto porque a esa hora Mamá y Mery siempre salen de compras al pueblo… Así que…
-Mery… divina… -dijo mientras comía una factura.
-Eh, me convidás una factura rellena? –dijo con la intención de agarrar una.
-No, conseguí las tuyas, esta es mía. –y la mordió- Las pedí yo, sabías?
-No –contestó con una sonrisa compradora- Pero, quien las pagó?
-Tu viejo –contestó Lali sin devolverle la sonrisa, y se comió las tres últimas facturas rellenas sin convidarle ningunas a Peter, sin embargo le dejó una chiquita, media quemada.
La mañana transcurrió sin muchas peleas. Lali y Mecha no se hablaban y María le tiraba los galgos a Peter sutilmente, pero Lali no parecía darle importancia. A las once se tomaron una lancha las dos que las llevaría al pueblo, porque se iban de compras, dejando a Peter y a Lali solos.
A la una del mediodía, Lali le dijo a Peter –Sabés que ya me siento mucho mejor, solo a la mañana me vinieron los vómitos, enserio, cancelá.
-No, no. Igual es para saber, hace ya unas semanas que todas las mañanas te levantás así, La.
-Peter, ya me siento bien, enserio. Cancelá. –Insistió.
-Ya es tarde para cancelar…
A las dos de la tarde tocaron la puerta, Peter le abrió al doctor, un hombre alto de unos veintiocho años de edad, de pelo castaño claro y ojos color cielo bien clarito. Peter lo hizo entrar al living.
Al ver al doctor, la reacción de Lali fue totalmente inesperada, primero se le cayó el libro que tenía en la mano y luego se fue a abrazarlo. El doctor le correspondió al abrazo.
Lali simplemente dijo –Cristóbal, cuanto te extrañe.
-Lali! –dijo él sorprendido! –Mirá donde te vengo a encontrar, hermosa! –Peter se sintió pintado.
-Tonto.–le dijo Lali con una sonrisa.
-No, pero estás hermosa, Lali! Mirate, toda una mujer, y qué mujer. –La volvió a abrazar- Uy, perdón –por fin se había percatado de la presencia de Peter, que miraba con el doctor. Si! El doctor! Abrazaba a su esposa y la piropeaba en frente de él. –Perdón.
-Está todo bien –Peter le sonrió forzadamente.
-Bueno, vos sos la paciente, Lali? –preguntó Cris.
-Si –le contestó con una de sus sonrisas.
-Bueno, a ver, qué te anda pasando?
-Emm… Me pasa que…
-Tiene vómitos, todas las mañana sin falta, hace ya unas semanas… -La interrumpió Peter.- Qué más…? Ah si, mareos repentinos, así de la nada….
-Ah, pará, no sé si venga al caso o no, pero, tengo más hambre que antes últimamente. Antes no comía tanto… Es por ansiedad, tengo una crisis de ansiedad o algo? –preguntó, valga la redundancia, con ansiedad.
-Muy bien… Lali, te va a parecer extraño que te pregunte esto, pero… Tuviste algún atraso?
-Qué tiene que ver eso? –respondió Lali.
-Porque los síntomas que me están diciendo son bastante típicos de un embarazo en su primer trimestre.
Lali se congeló. Peter también. Esto era inesperado.
-No! No, no, no, no –dijo Lali, alarmada- No, bah, no sé, atraso tengo, pero es normal, porque yo soy medio irregular, Cris. No puede ser.
Peter seguía congelado.
-Bueno, hermosa, lo que podemos hacer, es que yo te hago unos análisis y la próxima semana yo te traigo los resultados. Te va?
-Si –respondió Lali entre un suspiró.
-Pará! –Peter había vuelto en sí.- Está embarazada?
-No! No, no, no, no, no, no. –respondió Lali. –No estoy embarazada, Peter. Nada que ver.
-Bueno, Lali, es una posibilidad. –aclaró Cristóbal.
-Remota, posibilidad remota. Mirá hasta no ver esos análisis yo no saco ninguna conclusión –Avisó Lali con voz muy nerviosa.
-Ni tanto, tenés los síntomas y… -Quiso decir Cristóbal pero Lali lo interrumpió.
-Listo, Cris, me estás poniendo nerviosa, emm, haceme los análisis y…
-Qué te va a hacer? –Saltó Peter.
-Análisis, andate por favor, que me ponés más nerviosa, querés? –le espeto Lali de mala manera.
Cristóbal se rió –Es una cosa, Lali, como extrañaba tus respuestas y malos modos –Le agarró el rostro entre sus manos y le estampó un beso en su mejilla.
-Jaja –rió irónica Lali –Cris, estoy nerviosa, hacé lo que tengas que hacer… -Miró a Peter- Andate. –lo fulminó con la mirada y ya con eso se fue a regañadientes.-
Mientras Lali se hacía los análisis, Peter caminaba de acá para allá en el cuarto. Miles de preguntas se le cruzaban por la mente, la más importante, estaba Lali embarazada o no? La segunda y no por eso no menos importante, quien era ese medicucho? Por qué la miraba a Lali de esa manera, como si la conociera tanto y por qué le tenía tanta confianza?
Luego de unas dos horas de esperar y esperar, Peter se dirigió al living para encontrarse con una Lali llorando en la falda del médico y el abrazándola. Fue a mediar inmediatamente.
-Emm, a ver, a ver. Doctor, todo bien? –El doctor no sacó a Lali de encima de su falda y ella no cesó su abrazo con el, el médico simplemente alzó la vista hacia donde estaba Peter.
-Si, todo bien. Hermosa, me tengo que ir. Me encantó la charla, dale? En una semana vuelvo…
-Te espero –dijo ella.
-Para traerte los resultados…
-Ah. Los resultados, chau Cris, en una semana! No te olvides.
-Nunca. –Y así sin más se fue, Peter quedó pintado nuevamente, una vez que se fue, Peter la encaró a Lali.
-Nosotros tenemos que hablar.
-De qué? –preguntó inocentemente.
-Lali, me estás cargando? Estás embarazada!
-No, no, no, no. NO. No estoy nada.
-Lali, no lo niegues. –le suplicó.
-Hasta que yo no reciba esos análisis, no creo nada, Peter.
-Bueno, pero el tema queda pendiente, segundo tema…
-Otro tema? Aguantá… -se fue a la cocina y volvió con un helado de frutilla.
-Esto refuerza la afirmación de que estás embarazada, un antojo? –le preguntó con una sonrisa.
-No, nada que ver. –mintió Lali. –Podés por favor, te lo pido, cambiar de tema? –le preguntó suplicante, ese tema la tenía mal.
-Bueno, vos lo pediste, quien era el médico y por qué tanta confianza? –preguntó curioso.
Lali sonrió triunfante –Esa pregunta esta fuera de tus límites, así que no te la voy a responder.
-Lali! Decime quien era el médico o… -quiso sonar amenazante, pero el tono de curiosidad en la voz hacía que estoy pareciera imposible.
-Ay Peter por favor! –le digo mientras se reía –Pareces un nene, qué me vas a hacer? Andate por favor. –se metió una cucharada de helado en la boca luego de decir esto.
Luego de dos horas dando vueltas en el cuarto, la encontró en el living terminando el helado mientras hablaba con alguien en el teléfono.
-Ok, dale, dale, nos vemos hoy a la noche, shhh, ok, dale, beso. Si, beso. Chau.
-Con quien hablás? –le preguntó Peter luego de que terminara la llamada.
-No te importa! –le dijo mientras se reía.
Se puso de rodillas y le pidió por favor –Lali me muero por saber quien es el médico, por favor decime. Le estuve dando vueltas en la cabeza todo el tiempo y no sé quien puede ser.
Ella se volvió a reír al ver lo patético que lucía Peter, pero le dijo –Bueno, te cuento, solo porque te estás poniendo en un ridículo muy grande, Pitt. El médico es…
-Tu primo gay? –la interrumpió con vos esperanzada.
-Mi ex, Peter –justo lo que no quería oír. 

jueves, 27 de diciembre de 2012

Amor Arreglado Capítulo 24


Uno bien largo para hoy, posiblemente el último... Wow no he parado de escribir... Solo les digo que no se imaginan como van a girar los acontecimientos...Demasiado.-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



-Andate –dijo con la voz debilitada – y no me toques. –Peter suspiró.
La dejó acostada en la cama y se fue al bar que había la isla. Era bastante reconocido allí, primero por ser el hijo del dueño todo aquello. Segundo, porque todas las mujeres de allí morían por el. Se le insinuaban sin sutileza alguna, y esa noche, iba a aprovecharse de eso.
Entro al bar, en cuanto entró todos los que allí estaban lo miraron, eran todos empleados que trabajaban allí en la Isla Bella. Casualmente, allí estaban Gastón y Nacho.
Peter saludó a Gastón, estaba en buenos términos con él, pero desde que le había mirado las piernas a Lali tan descaradamente, este no le caía tan bien.
Se sentó en la barra, pidió un trago y en un abrir y cerrar de ojos, una chica de ojos marrones opacos y pelo castaño largo se había sentado a su lado. Peter decidió aprovechar la oportunidad.
-Venís seguido acá? –le preguntó luego de tomar un poco de su trago.
La sonrisa de la chica al ver que se había fijado en ella, fue deslumbrante. Inconscientemente, Peter se puso a comparar su sonrisa con la de Lali. La de esta chica era un poco falsa, la de La, en cambio era encantadora, cuando Mariana te regalaba una sonrisa de ella, inmediatamente te daban ganas de besarla. La de esta, no tanto. Es más, la de esta era muy grande, demasiado. Pero que estaba haciendo acordándose de la sonrisa de Lali?! Hoy Lali tenía la entrada prohibida a su cabeza.
-Hola! –le dijo la chica con un tono que intentaba ser seductor. –Sí, vengo seguido acá… Pero nunca te había visto a vos. Cómo te llamás? –preguntó disimulando muy mal. La chica obviamente sabía quien era el.
-Juan Pedro Lanzani.
-Sos el hijo del dueño? –preguntó con interés.
-Claro. Vos como te llamás, hermosa? –La chica se ruborizó.
-Me llamo Luna.
-Lindo nombre, para una linda chica. –dijo él. Una vez más, inconscientemente empezó a comparar a la chica con Lali. Esa chica era más alta, pero sin personalidad alguna, sus ojos marrones no le hacían justicia a los ojos marrones de Lali, más oscuros que los de Luna. El pelo de Lali, más claro que el de Luna era más brilloso. Y Lali tenía mejor cuerpo, mejores piernas, y más pechos. El cuerpo de esta chica era anguloso, sus piernas parecían palos y… ni hablar de lo otro. Basta! Se tenía que controlar. Hoy no debía pensar en ella.
-Ay, que divino que sos!
-Luna… no querés ir a algún lugar más tranquilo? –sugirió Peter
-Sí, vení –lo tomó de la mano y lo condujo escaleras arriba, a un piso superior del bar donde había una habitación con una cama. Muy simple, muy austero, pero iba a servir.
Así como así, Luna se le tiró encima y lo empezó a besar. La chica era pésima besando, qué le pasaba con la lengua que la movía en círculos velozmente? Lali no besaba así. Si estuviera besando a Lali no sería de esta manera, Lali besaría dulcemente al principio y luego haría que ese beso se fuera yendo de lo dulce a lo pasional y luego… Qué hacía imaginando los besos de Lali cuando estaba besando a Luna!? Esto se le estaba yendo de las manos, se trató de concentrar en Luna y no pensar en Lali mientras se estuviera acostando con otra. Se le haría difícil.
Dos horas después, Luna y Peter estaban en la cama acostados.
-Ay, Peter –dijo con la respiración entrecortada. –Nunca me lo imaginé así –dijo con una sonrisa.
-Entonces me conocías –dijo sacándole la careta.
-Ay, si, tonto. –dijo sin importancia. –Yo soy mucama en tu casa. Trabajo allá de lunes a viernes.
-Ah, perdón, no me dí cuenta.
-No te preocupes, y también con tu esposa ahí, no podías mirarme, pero yo siempre sentí una conexión entre vos y yo.
-Ehh, si? –dijo Peter confundido.
-Si, yo me daba cuenta, por ejemplo, yo estaba el otro día cuando vino Mariana y te dio un beso de prepo, me dí cuenta que fingiste devolverle el beso. Y luego que me miraste.
-Enserio? –dijo Peter confundido.
-Si! –Insistió- No te acordás? –Medio triste.- Bueno, te perdono porque debe ser difícil vivir todo el tiempo fingiendo amar a tu esposa. Además con el carácter que tiene, siempre se pelea con tu madre! Yo me llevaría perfecto con la Señora Mercedes, por ejemplo.
-Ah, mirá vos… -Estaba en el horno, esta chica se había tomado en serio lo que acababa de pasar. –Luna, me parece que te confundiste igual, ehh….
-No, yo lo sé. No te preocupes, cuando dejes a Mariana, vamos a estar juntos.
-Luna, vos te estas equivocando…
-Te parece si bajamos? –Cambió de tema la chica…- Dale, son las dos así que todavía debe de estar abierto.
-Bueno, dale.
Los dos se vistieron y decidieron bajar. Al bajar Peter, se llevó una gran sorpresa. Un Gastón, bien entrado en tragos,  anunció –Bajó Lanzani! Bajó Lanzani, y se acostó con otra minita!
Peter se quedó anonadado, no dijo nada, solo le hizo un gesto con la mano para que se callara. Gastón, haciendo completo caso omiso de este gesto, siguió hablando –Cagaste a tu esposa, otra vez, Lanzani? Ah! Y no saben que pedazo de esposa tiene Lanzani!
Todos los curiosos se acercaron a Gastón para escuchar lo que tenía que decir, o sea, todo el bar. Peter habló esta vez –Gastón, cuidado con lo que vas a decir. –le advirtió fríamente, sin que se le moviera un pelo.
-Lanzani tiene un pedazo de esposa! –continuó Gastón- Y las piernas que tiene! Es una potra, ya que a vos no te importa, me la prestás?  Vos el único que anda con minas! Me contaron que ella te engaña, si! Qué pasó, Lanzani? Lanzani!
Eso fue suficiente, Peter se le tiró encima y le molió a golpes la cara, como se atrevía? Gastón quedó tirado con la cara hinchada y llena de sangre por los golpes que le dio Peter, y este salió del bar, y se dirigió a la playa, caminar un poco y la soledad le haría bien. Pero… Luna lo siguió.
Camino como una hora solo hasta que se dio cuenta que la mina lo estaba siguiendo.
-Qué hacés ahí, Luna? –le preguntó Peter cansado y un poco harto de ella, ya.
-Peter, escuchá, quiero que te quede algo claro, a mi me parece que lo tuyo con Mariana, no da para más, ella no te merece. Yo sí! Peter dame una oportunidad.
-Emm, Luna, a ver. Perdoná que te sea tan sincero y tan honesto pero a la larga o a la corta te ibas a enterar. Lo qué pasó recién, vos y yo. No significó nada. Fue una cosa del momento. No voy a dejar a Mariana. Y además. Bueno, eh te voy a pedir que esto quede acá entre nosotros, ok? Muchas gracias, por todo. –le dijo así si más, sin inmutarse ni nada, fue muy directo.
-Peter! Pará, yo creí que había una conexión. Yo siento que hay algo especial –pobre mina piraba mal.
-Luna, te pareció, perdón. Yo creí que vos sabías que esto no tenía ningún futuro. Nos vemos luego.
-Nos vemos en unas horas querrás decir.
-Ok… Chau.
Siguió caminando hasta que se hicieron las seis y media de la mañana, la caminata tranquila por la orilla del mar le hizo muy bien. Se sentía tranquilo y en paz cuando llegó, y se había podido sacar a Lali de la cabeza por varias horas. La salida había ido de maravilla, exceptuando el hecho de la pelea y de lo que había dicho Gastón…
Llegó de buen humor para encontrarse a Lali vomitando. De nuevo. Fue hasta el baño donde estaba ella y le agarró el pelo. Lo miró y se paró bruscamente. Se agarró con fuerza de la camisa de Peter. Le había venido un mareo. Luego de unos segundos se le pasó. Se lavó la boca y se fue a la cama de nuevo, sin siquiera saludar a Peter.
-Lali, estás bien? –preguntó realmente preocupado.
Ella ni se inmutó, no le habló si nada, solo se quedó en la cama acostada de costado.
-Lali, enserio. Estoy preocupado. Contestame. –pidió.
Nada, ni una sola palabra salió de los labios de Lali.
-Por favor, La, hablame. Hablemos.
-Peter,  no estoy bien, me enferma estar acá. Literalmente.
-Yo voy a llamar a un médico.
-Hacé lo que quieras. Solo me quiero ir de acá.
-Te dejo ir cuando aparezca mi padre, enserio. –Prometió- La, yo te necesito para demostrarle que sigo casado con vos y después te vas. La, enserio estoy preocupado por vos.
-Dejame en paz.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Amor Arreglado Capítulo 23



Holaaa, vuelvo con más! Espero que me firmen muchooo. Por ahí vi un comentario que decía que les contara de mi navidad... Bueno... La pasé horribleee, pero bueno, cosas que pasan, igual espero que ustedes la hayan pasado GENIAL. BESO ENORME, DISFRUTEN Y ME COMENTAN MUCHOOOO----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Peter se fue enojado. Estaba harto de todo esto. Todo esto había sido un error. Debía dejar de pensar en Lali. Esa noche, iba a salir, iba a olvidarse de todo.
El día transcurrió entre silencios incomodos, miradas fulminantes, y para mala suerte de Lali, con risas e indirectas de su suegra hacia ella, su persona, y sobre como le gustaría que María fuera su nuera, obviamente indirectas.
-Qué cena más maravillosa, Clarita –felicitó Mercedes a la cocinera. –Nena, vos sabés cocinar? –le preguntó a Lali luego de que la cocinera se fuera, para irritarla.
-Con suerte te hago fideos con manteca –le sonrió con sarcasmo a Mercedes.
-Ay! Y como hacés para cocinarle a mi hijito? –preguntó con cara de verdadera consternación.
Peter se rió nerviosamente. –Jaja, no, con Pitt pedimos delivery… -le dijo Lali a su suegra con sarcasmo, obviamente.
-Ay, que horror! María, querida vos sabés cocinar, no? –Claro, a ella le decía María.
-Vos sabés, Mechita, que yo tomé un curso de cuatro años de cocina! –le respondió con una gran sonrisa de dientes blancos.
-Ay! Qué bueno! Podrías ir a la casa de Peter a cocinarle! –sugirió Mecha, lanzándole a su protegida una mirada cómplice.
-Ay, si, Peter, te puedo cocinar comida italiana! –Ya se había entusiasmado con la idea, María.
-Nah! Sabés que hay un restaurante italiana en que siempre pedimos, y tenemos descuento? –ironizó Lali harta de que la mina le tire los galgos a Peter, no por ella, si no porque se ponía en evidencia de que estaba desesperadamente loca por el!
-Ay, por dios, nena! –la criticó Mercedes.
-Eh, mamá…  -Peter trató de mediar. Ya veía que Lali tenía preparada una respuesta mordaz y decidió evitar el pleito.
-Si, si, no sabés, hijo. Mery me dijo que ella se va a mudar a Buenos Aires en unos meses. Por qué no la ayudás a buscar una casa? Pueden ser vecinos!
-Pitt, estoy pensando en mudarnos, mi amor –le dijo Lali a Pitt con complicidad, no podía evitarlo, debía responderle a su suegra, le encantaba molestarla y ver su cara de horror.
Peter contra su voluntad, se rió. Escupió el agua que estaba tomando, pero después puso una expresión seria. Era demasiado tarde, su madre y María ya habían visto como re reía.
-Ay nena! Que maleducada! –se quejó Mecha.
-Era una broma –Lali trató de quitarle importancia al comentario.
-Ajá… -dijo María muy seria.
-Bueno, como te decía podés ayudarla a buscar una casa y de paso, me acabo de enterar por mi amiga, te acordás de Carol? Bueno no importa, me dijo que abrió un restaurant cinco estrellas en Palermo, y pueden ir allá a comer, no sabés lo lindo que es, me comentaba recién….
Su suegra siguió hablando, pero a Lali era como si el cerebro se le desenchufara por unos segundos y se le enchufara por otros, no entendía nada, hasta que escuchó que la llamaba Peter.
-… No te molesta, no? –Preguntó Peter, cauteloso, con un poco de miedo en la mirada, como si temiera que le fuera a dar una piña.
-Qué como? Ehh, si obvio, obvio.
-Ay! Que bueno, no sabes lo que me ayudás –empezó a decir María- porque me tengo que ir ahí por negocios, viste que la empresa en la que trabajo es muy exitosa y antes de buscar una casa preciso un lugar para quedarme! Tu casa va a ser un lugar perfecto mientras tanto, Pitt!
No, no, no, no, no. Por más enojada que estuviera con Juan Pedro Lanzani. Nadie. Absolutamente nadie, le decía Pitt a Peter mientras no fuera ella. NADIE.
-Perdoname, querida, qué dijiste? –le dijo Lali con una sonrisa insulsa.
-Disculpá, dije que no saben lo que me ayudan… -dijo María.
-No, no. Lo último, como lo llamaste?
-Peter?
-No! –por alguna extraña razón Lali empezó a llorar, se enojó con María y se enojó consigo mismo por estar tan vulnerable y sensible últimamente- Le dijiste Pitt!
-Pitt? Si, qué pasa? –María no  tenía idea de lo que pasaba y Peter menos, su suegra por el contrario lucía una desagradable sonrisa. Se había logrado lo que ella quería al iniciar la conversación: poner a Lali molesta.
-Pitt, le dijiste! Pitt! –Lali estaba llorando. –No le digas más Pitt. Porque yo sola le digo Pitt. – trató de sonar amenazadora pero las lágrimas no paraban de caer, ella se levantó de golpe de la silla y se dirigió muy enojada, y todavía llorando, a su habitación.
Peter, obviamente, la siguió. Su madre, se reía disimuladamente y María se hacía la que estaba preocupada pero estaba disfrutando de lo lindo.
Lali, llegó a la habitación y las lágrimas le empezaron a caer en abundancia. Ella nunca había sido de llorar fácilmente, qué le estaba pasando que en los últimos días parecía una catarata? Se sentó en la cama y enterró la cara en sus manos. Peter apareció muy enojado.
-Mariana, me explicás que fue este numerito de recién? –preguntó furioso.
Ella seguía llorando, tratando de mantenerse fiel a lo que había dicho esa mañana de no hablarle a menos que haya personas alrededor y de no empezar a pegarle por hablarle así.
-Mariana, hablame, no estoy para tus jueguitos, enserio te lo digo. –le espetó con furia en la voz- Y me podés explicar por qué tenés que responder a cada cosa que te diga mi vieja? Qué necesidad tenés de molestarla?
Lali seguía sin hablarle, con la cara enterrada en sus manos, estaba decidida a no hablarle hasta que se vaya de la habitación.  
-Mariana sos idiota? Te estoy hablando, respondeme! –Le dijo furioso.
Nah, ya está, le había falta el respeto, aunque luciera vulnerable con la cara roja y llena de lágrimas lo iba a poner en su lugar.
-Vos me dijiste idiota a mi? –aunque luciera vulnerable su voz sonaba amenazadora. –Juan Pedro, no sé como te tengo que meter en la cabeza que a mí no me mandás y que yo no soy otra de tus minitas que hacés lo que quieras con ellas. Hacé tu vida, flaco!  Si! Le respondo a tu vieja, pero le respondo por que no para de tirarme palos! Y si! Me molesta demasiado que te diga Pitt! Y no te lo niego! Así que ahora, no dormís acá, el que se va a ir ahora sos vos. Te vas! No te quiero ver más! Andate!
-Si, me voy, sabés qué! Me voy? Porque ahora, el que no da más soy yo, Mariana! –le dijo harto.
-Andate! –dijo entre lágrimas y se paró bruscamente de la cama. Al hacerlo vió tres Juan Pedros. Y de pronto, se estaba tambaleando y no distinguía nada. La cabeza le daba vueltas.
-Ey! Mariana oíste? –le espetó bruscamente. Al ver que no contestaba, la agarró y la sentó de vuelta en la cama. Estaba muy rara últimamente…
-Andate –dijo con la voz debilitada – y no me toques. –Peter suspiró.

martes, 25 de diciembre de 2012

Amor Arreglado Capítulo 22





Nah, pensó Lali, de mí no se burla nadie. Iba a marcar territorio.

Cambió la cara y se forzó a si misma a poner una sonrisa de oreja a oreja, y luego dando brinquitos casi corriendo se dirigió hacia Peter, corriendo a María, se sentó en su falda y le dijo alegre- Mi amor! Te extrañe! – y así sin más empujando ligeramente a María le dio el beso más apasionado, furioso y caliente. Se regodeó ante los suspiros de horror de María y Mecha, y mucho más cuando Peter le devolvió el besó. Peter se paró y ella se le trepó como koala, sus labios sin separarse en ningún momento y se la llevó a la habitación besándose. Cuando la puerta de su habitación se cerró y Lali se dispuso a bajarse, Peter la seguía sosteniendo.
-Ey, bajame –dijo sonriente con los labios hinchados por el beso.
-Qué?
-Que me bajes!
-Si, si. –la bajó y la sentó en la cama y al lado de ella se sentó. –Qué fue eso de recién?
-Eso qué?
-La, el beso! Qué va a ser?
-Eso fue mi venganza contra tu amante.
-Qué amante, Lali?
-Sos idiota, Peter? El gato ese al que te chamuyás. Peter no me jodas.
-Lali, podés dejar de decir boludeces? María no es mi amante! –dijo molesto.
-A mi no, Peter, a mi no. Te conozco demasiado, caradura. –le advirtió Lali.
-Lali! –Peter se estaba exasperando- Te podés dejar de perseguir? María no es nada mío, y vos tampoco, así que te dejás de numeritos de besos, de todo.
-Nah, vos me estás jodiendo? Me traés a una isla a la mitad del Caribe para que actúe como tu esposa! Querés que actúe como alguien que evidentemente no soy, ni quiero ser y cuando empiezo a actuar como tal, me decís que pare?
-Si! –le gritó Peter.
-Bueno! –Lali se paró bruscamente. –Bueno! Sabés qué? Me voy, necesito estar lejos de vos, de tu vieja y de este gato que trajiste, no sé para qué! –Le empezaron a salir lágrimas de los ojos a una velocidad increíble.
-No te vas a ningún lado, Lali! Te lo vuelvo a repetir, con María no pasa nada.
-No te lo cree nadie, Peter, por favor! –replicó entre lágrimas, era algo que no podía evitar, odiaba llorar en las discusiones, la hacía parecer débil y vulnerable cosa que odiaba. Pero no lo controlaba.
-Terminamos con todo esto mejor?
-No, la seguimos! Creo que ya te lo dije varias veces durante mi estadía acá, pero te lo voy a volver a repetir como para que te quede bien claro. No te banco más. Lo último que me faltaba era que me traigas a la persona que… que… -No podía parar de llorar, que carajo le pasaba?.-
-Mariana…
-Mejor me voy. No creo que pueda soportar dormir en la misma cama que vos.
-Mariana! No te vas de esta isla hasta que mi padre no aparezca. –dijo firmemente.
Ya fue el colmo. Nah. –Te lo dejo otra vez claro? Primero que nada, yo no soy una cosa para que andes mandando. Segundo, me voy si quiero, y no me voy de la isla, porque como habrás notado, no tengo plata. Tercero, me llegás a dar otra orden más, y te juro que le digo toda la verdad a tu madre. Y te aviso, que me quedo acá porque yo cumplo con lo que prometo, a diferencia de otros. Y no te preocupes, que los besos se terminaron, te prometo que no me vas a volver a besar. –sentenció rotundamente.
Se hizo un pequeño bolso, agarró el celular, puso un poco de ropa, y se fue por la puerta de atrás, dejando a Peter con la palabra en la boca.
Se fue hasta la residencia de empleados, una casa un poco más pequeña para los trabajadores de toda la isla. Era todo un lujo, a decir verdad. Buscó la habitación de Gastón y tocó la puerta. Le abrió Nacho.
-Hola, Lali. Qué hacés petisa? –contestó sonriendo mientras la abrazaba asfixiantemente.
-Hola, Nacho –dijo todavía entre sollozos.
-Ey, peti, qué te pasa, estás bien?
-Si, busco a Gastón, esta era su habitación, no?
-Si, la compartimos. Querés algo para tomar?
-No, gracias. –Las lágrimas todavía brotaban de sus ojos. Y así como si nada, como si lo conociera de toda la vida, se tiró en brazos de Nacho. Y este la abrazó torpemente.
-Ey, petisa. Me querés contar que te pasó?
-Solo dame un abrazo, Nacho. Por favor.
Se quedaron abrazados una media hora, Nacho dejó que Lali le mojara la camisa con sus lágrimas. Peter había dicho que no lo besara. Probablemente estuviera acostándose con María en este momento. Qué se le había pasado por la cabeza cuando lo beso de esa manera enfrente de las demás? Celos. Estaba muerta de celos de ver a Peter, Su Pitt, charlando animadamente con la mujer, corrección Gato, que arruinó su felicidad, su amor con Peter. Por qué fueron tan inconscientes y se casaron jóvenes? Por qué?
A la media hora llegó Gastón y su cara pasó de la perplejidad, al asombro, a la preocupación por Lali.
-Ey, Peti, llegó Gastón. –le acarició la cabeza a Lali. –Yo ahora me voy, eh? Tengo que ver a Cande.
-Nacho, perdón. –dijo todavía llorando.
-Todo bien, Petisa linda. Estás mejor?
-Si, gracias – se puso en puntitas de pie, le agarró el rostro y le dio un beso en la mejilla muy grande. –Mandale besos a Cande, decile que al final nos vemos el próximo sábado. Los quiero.
Los conocía poco, pero le caían demasiado bien esas dos personas. Nacho se fue, dejando solos a Lali y a Gastón.
-Bombón, qué pasó?
-Me puedo quedar esta noche con vos a dormir?
-Obvio, bombona.
-Gas, ya sé que hoy charlamos sobre de que esto era algo del momento, y ahora te caigo acá de noche. Perdón.
-Está bien, Lali. Yo te banco, es más, está noche pensá en mí como tu amigo, nada más. Mira la cena que traje.
-Que cosa? –inquirió Lali, estaba muerta de hambre.
-Milanesas con puré! –dijo sonriente. Lali sonrió con la cara llena de lágrimas.
-Me encantan. Gracias –y así lo abrazó y le dio un beso en el cachete. –Enserio gracias.
Lali, todavía llorando, ayudó a Gastón a poner la mesa. Mientras comían charlaban de todo un poco, nada importante.
-Qué buen amigo que es Nacho, eh. –dijo Lali.- Hace cuanto que lo conocés?
-Uff, a Nachito?,  hace ya un año, comenzamos a trabajar acá juntos.
-Que bueno –Silencio… Gastón no era un tipo con el que se podía charlar mucho, pero besaba bien.-
-Tenías hambre, Lali. –dijo al ver que estaba comía ya su segunda milanesa.
-Si… -luego de unos minutos más de silencio incómodo Lali le soltó. –Ay Gas, me siento re mal quedándome acá, siento como que los invado a vos y a Nacho, y mucho más con la conversación que tuvimos hoy. No quiero que pienses que soy de las que dicen una cosa y hacen otra… -Lali habló muy rápido y mezclado y Gastón la miraba entre divertido y confuso.
-Pero no! Lali, mirame, bombón, no llores –al ver que nuevamente su rostro se llenaba de lágrimas por enésima vez esa noche- Está bien! No te preocupes –le dio un beso en la mejilla y le secó las lágrimas.
-Gracias, gracias, gracias. Enserio.
-De nada, hermosa.
Luego de que Lali terminara la milanesa, se fueron a dormir, ella en el sillón y él se fue a su cama, diciéndole que si necesitaba algo, CUALQUIER COSA, vaya y se lo pida. Lali entendió perfectamente la indirecta. Pero no, una vez en el sillón, tapada y acostada, comenzó a llorar nuevamente. Qué le pasaba? Por qué se había convertido en una regadera humana? Lloró por varias horas en la cama hasta que se durmió.
Se despertó a las cinco y media de la mañana según su reloj de pulsera, y entonces, le vinieron nauseas. No, se tenía que ir de lo de Gastón urgente. Ya mismo. Se vistió en tiempo record, se puso las ojotas, salió de la residencia de empleados y se dirigió a la casa en un abrir y cerrar de ojos. Entró despacito, allí estaban unas mucamas que siempre había y la miraron mal cuando entro como una ladrona en su propia casa, toda despeinada y desarreglada, sintiéndose pésimo. Lali les dirigió una mirada de “váyanse a la mierda” y con eso la dejaron de molestar.
Entró al cuarto que compartía con Peter y lo vió dormido, tendido en la cama, y desnudo. Al lado de él, había ropa interior de mujer, lencería. Y no eran de ella. Esa fue la gota que rebalsó el vaso, Lali se dirigió corriendo muy rápido al baño de la habitación para vomitar estrepitosamente. Una y otra vez. Qué le estaba pasando?
Los ruidos de Lali lograron despertar a Peter, que al despertarse y miraron a su alrededor se espantó. Estaba desnudo y a su lado había una pieza de ropa interior roja y transparente. No. Otra vez no. Lali la habría visto, como no hacerlo, si hasta parecía que brillaba en la oscuridad. Lali! Lali había vuelto, y estaba vomitando, otra vez, debía llamar al médico para que viniera a revisarla. Lo más pronto posible. Se levantó, se puso un bóxer y se dirigió al baño a verla.
-Volviste. –le dijo simplemente.
-No me hables. –dijo luego de vomitar.
-Lali… -comenzó pero ella no le prestaba atención mientras se lavaba la boca.
-…
-La, me podés dar bola? Un segundo nada más.
-… -Silencio total por parte de Lali.
-Ey! Mariana podés dejarte de jodes? Contestame!
-No quiero! –le espetó. –Dejame en paz porque no doy más –mientras se dirigía a la cocina, el la empezó a seguir.
-Mariana, seguro habrás visto la…
-La vi perfectamente, vos podés hacer lo que quieras con tu vida, yo hago lo que quiera con la mía, no hay drama, Peter. Está todo bien –dijo fríamente.
-Lali, podemos hablar, por favor?
No le contesto, solo se dirigió con paso firme a la cocina, y agarró la leche y el cacao y se propuso a hacerse una chocolatada.
-Lali! –insistió Peter.
Ella solo servía leche a la taza y revolvía muy concentrada, tratando de ignorarlo.
-Mariana! Podés dejarte de pendejadas? –Volvió a insistir Peter.
-Me podés dejar en paz, es lo que yo pregunto? Peter, ya está! Lo que me dijiste ayer me quedó muy claro. No me jodas más. Deja de meterte en mi vida, y yo… yo voy a dejar de meterme en la tuya. Por favor, esta vez haceme caso, no me hables a menos que haya alguien, por favor te lo pido.
-Bueno, esta bien. Pero vos, cortala con esos numeritos que hacés. Ya sabés lo que pienso, Lali.
-Andate. –dijo luego de tomar la chocolatada que se había hecho.
Peter se fue enojado. Estaba harto de todo esto. Todo esto había sido un error. Debía dejar de pensar en Lali. Esa noche, iba a salir, iba a olvidarse de todo. 

domingo, 23 de diciembre de 2012

Amor Arreglado Capítulo 21

Buenooo, se que no subí mas caps estos días, pero tengo buena excusa: No PAREEEEEEEE DE Escrbir, gente!! Hay muchos capítulos y esta novela va a seguir y seguir!!! Espero que quieran que siga, no?? LES DEJO UN CAP BIEN LARGO... MAÑANA SUBO MAS. FIRMEN MUCHO. MUCHO. LEO TODOS Y CADA UNO DE LOS COMENTARIOS. Me hacen muyyy feliz. TODOS---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Esa mañana, Lali se despertó con una promesa en su mente. Jamás volvería a llorar por Juan Pedro Lanzani. Y se iría. Agarró solamente sus cosas, nada de lo que él le había comprado. Se vistió sencillamente, solo un short de jean, una musculosa blanca, sus zapatillas Converse y su largo pelo morocho con destellos color miel, suelto. Quiso salir del cuarto desapercibida, pero se tropezó, típico de ella, y Peter despertó sobresaltado.
-Qué hacés? –Dijo con voz de dormido.
-Nada que te importe. –le respondió secamente.
-Lali, vos te estabas yendo?
-No te importa –le replicó con una frialdad que no encajaba con ella.
-Lali…
-No. Chau, fue una experiencia… pésima haberte conocido, te digo la verdad. Ojala nunca te hubiera conocido, pero bueno, ya está hecho. Lo mejor que puedo hacer es no verte nunca más en mi vida, y seguir adelante.
-No, no, no – digo Peter mientras se levantó de la cama. No! Estaba en bóxer, esto no iba a terminar bien.
-Si, si, si. Peter, esto es el colmo. Acepto bancarme a tu vieja que no para de tirarme palos, acepto tener que estar encerrada en este isla con vos y tu madre, acepto esperar más de lo esperado TODAVÍA para que me firmes los papeles, pero esto no. ESTO no.
-Lali…
-Lali nada, mándame los papeles a la dirección fija de mi hermano en Londres.
-Y vos?
-Yo nada! Yo siempre me arreglo, lo hice sola por cinco años, no sé!
-Lali, pará…
-No, me voy, y chau, porque afortunadamente la vida no es tan cruel para que me haga encontrarme con vos por tercera vez. Hasta nunca, Lanzani.
Se fue por la puerta dejando a Pitt, solo, en ropa interior y muy triste…
 Treinta segundos después entro en el mismo cuarto, empujó a Peter y se dirigió corriendo al baño. Peter la siguió, y la encontró en el baño vomitando.
-O sea que “Hasta nunca, Lanzani”? –dijo sonriendo.
-Sa… -quiso decir Lali pero empezaron los vómitos de nuevo- …lí.. Salí de acá.
-No, pará –le agarró el pelo mientras Lali vomitaba y se lo ató- Lali, baja un cambio, no te vas a ningún lado enferma.
Luego de que se lavó la cara y la boca, le dijo- Mirá, no empieces de vuelta a mandarme porque ya sabés adonde te lleva eso, yo me voy a donde quiero porque vos no me mandás, yo puedo ir a cualquier lugar que se me dé la gana!
Se dispuso a avanzar pero lo que único que hizo fue dar un paso, luego puso una mano en su frente y se sostuvo contra la pared.
-La, estás bien? –preguntó Peter preocupado.
-Si, estoy bien –mintió, la cabeza no paraba de darle vueltas, no se podía ni mover. Se dispuso a dar otro paso, pero le vino otro mareo que la hizo tambalear esta vez.
-A ver –Peter la alzó en brazos y la llevó hasta la cama.
-No, Peter, soltame, enserio, no me siento bien –Protestó Lali débilmente.
-Si, ya sé que te sentís mal –la depositó delicadamente en la cama y la cubrió con la sabana, ya que hacía calor, pero no sin antes sacarle los zapatos.
-Peter, me quiero ir.
-No te podés ir así, La, estás engripada o algo. Llamo a un doctor!
-No! No llamás a nadie, me voy a enojar mucho con vos si llamás a un doctor –dijo con vos cansada, pero enojada.
-Bueno, bueno, no llamo a nadie, para que te traigo el desayuno, dale?
-Mmm –dijo casi durmiéndose –Con facturas.
-Si, vos descansá. –le dijo Pitt mientras la tapaba.
Fue a la cocina, todavía era temprano eran las siete de la mañana, y mandó a una mucama a hacerle el desayuno a Lali, él no tenía ni la más pálida idea de como hacer un desayuno.
-Con que quiere su desayuno, señor Lanzani? –le preguntaba la chica seductoramente.
-Eh, una chocolatada y facturas… y frutillas –se acordó a último momento que Lali amaba las frutillas. La chica lo miró, un poco rara por la orden, pero le siguió dirigiendo esa mirada seductora, a la que Peter no le pudo prestar menor atención.
-Es para usted el desayuno? –pregunto con una sonrisa que pretendía ser sensual mientras le preparaba el desayuno.
-No, es para mi esposa.
-Ahh –la sonrisa se le borró de la cara a la chica. Minutos después le entregó el desayuno, que había dejado medio desprolijo al enterarse que era para Mariana, pero que Peter, para irritación de la mucama, arregló cortando una rosa y poniéndola en la bandeja.
Peter llegó sonriente al cuarto para encontrar la cama vacía y a Lali de nuevo en el baño vomitando. Con preocupación se acercó a ella y le corrió el pelo de la cara. Luego de que se lavara la boca, Peter la alzó de nuevo haciendo caso omiso de las protestas de la enferma.
-Tenés que dejar de hacer eso –le dijo molesta.
-Ey, no quiero que hagas esfuerzos, mira te traje el desayuno.
-Lo hiciste vos? –preguntó alzando una ceja.
-Emm, no exactamente.
-Quien lo hizo?
-Una mucama que estaba en la cocina.
-Yo no voy a comer eso. Seguro está envenenado.
Peter no pudo evitar reírse. –Porque habría de estar envenenado?
-Candela me dijo que todas te tienen ganas y me odian. –respondió Lali seriamente.
-Quien es Candela?
-Una amiga que me hice, trabaja los sábados acá, así que capaz la veo hoy.
-Ah, bueno, no esta envenenado porque yo vi mientras lo hacían, dale.
-No me digas lo que tengo que hacer. Sabés que me molesta.
-Bueno…
-Igual lo voy a comer porque tengo hambre, no porque vos me dijiste que lo haga, ta?
-Ta –sonrió Peter.
Lali devoró el desayuno, luego de haber comido se sentía mucho mejor. Y se durmió por dos horas más. Al despertarse vió a Peter dormido a su lado, anoche creyó haber cenado con el Peter de antes, con su Peter. Y había aparecido esa turra. Obviamente la había traído su suegra. No había otra explicación. Se puso las ojotas, ya que estaba vestida y fue al living donde encontró a la turra número uno y a la turra número dos.
-Buenos días… -saludo fríamente.
-Mariana! –la saludó
 -Hola, nena. –La saludó Mecha.
-No desayunás? –le preguntó María haciéndose la buenita.
Como iba a disfrutar decirle esto –No, gracias. Voy a la playa…
Se dirigió a la garita, donde seguramente encontraría a Gastón. Entró, y sin pensarlo se tiró a sus brazos. Y lo besó. No, esto no. Por qué por un instante creyó que iba a besar a Peter? Por qué sentía que los labios de Gastón, por más dulces que fueran, no eran los que ella quería?
-Hola, bombón! –la volvió a besar.
-Hola, Gas.
-No sabés lo que me pasó anoche, hermosa, no sabés. –miró abajo y observó sus piernas detenidamente. –No, es una cosa… Ayer mientras estaba haciendo la ronda de seguridad por la casa de los Lanzani, me los encuentro a la pareja cenando en el deck, y la señora Lanzani…
-Cuidado con  lo que vas a decir vos, eh… Me pongo celosa.
-No, no, pero te juro que no podía parar de mirarle las piernas porque eran iguales a las tuyas.
-Gas… Pará, esto que tenemos nosotros… No sé como te lo estás tomando vos… Pero, para mi, esto no es nada serio. A ver…
Gastón re rió –Obvio, bombón, esto es algo del momento, yo lo entiendo, eh.
-Bueno, porque yo no te quiero lastimar. Me re caés, me parecer un caño –Lali lo besó- Pero, no vamos a ningún lado, entendés? Yo lo único que quiero es disfrutar esto con vos, nada más. Nada de formalidades.
-Obvio, Lali. –la besó nuevamente.
Luego de pasar toda la mañana en la garita besándose con Gastón, ya que no se podía hacer otra cosa allí y con él, se fue a surfear, se pasó volando así, toda la tarde, cuando ya eran como las ocho de la noche, se volvió a la casa. Y la imagen que encontró ahí no le gustó nada. María sentada casi arriba de Peter, charlando los dos animadamente, mientras su suegra sonreía al ver su cara y la escena de los dos otros. Nah, pensó Lali, de mí no se burla nadie. Iba a marcar territorio. 

jueves, 20 de diciembre de 2012

Amor Arreglado Capítulo 20

Bueno, acá les traigo el capítulo número veinteee, se explican varias cosas. Espero que les guste!!!------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------




Lloró hasta quedarse dormida. Unas horas después llegó Peter y la vió acurrucada en la cama, dormida. Se acercó a ella y vió que tenía el rostro mojado. Había llorado. La había lastimado, de nuevo. La había hecho sentirse vulnerable, de nuevo. Y se odiaba profundamente por eso, de nuevo.

FLASHBACK – CINCO AÑOS ATRÁS
-Mi amor! Despertate, Pitt!
-Qué paso? –pregunto dormido, era extremadamente lindo cuando dormía. Lali lo despertó a besos.
-Te hice el desayuno y te lo traje a la cama.
-Vos?
-Si, yo, ya sé que soy pésima cocinando pero bueno, hice el intento.
-A ver… -Lali le había traído una bandeja con tostadas quemadas, café aguado y mantequilla y mermelada. Peter abrió los ojos.
-No te gusta –dijo Lali haciendo puchero.
-No, me lo voy a comer todo, para que veas que todo lo que viene de vos me encanta. Te amo. Feliz aniversario de dos meses de casados, gorda.
-Te amo. Feliz aniversario.
Desayunaron entre besos, caricias, y risas. Eran demasiado felices. Luego decidieron ir al pasar el día a la casa de campo de los Lanzani. Se fueron a cabalgar y a la noche cenaron los dos juntos. En la cena, Lali recibió una llamada.
-Hola, sí, habla ella.
-Mariana, te hablamos desde el Hospital de Buenos Aires, tus padres Nicolás Vásquez y Emilia Attias sufrieron un accidente, están internados en el área de cuidados intensivos.
-Cómo? –lágrimas empezaron a caerle de sus ojos.
-Si, por favor venga lo antes posible.
-Si, si, ya voy.
FIN LLAMADA TELEFÓNICA
-Peter, mis padres tuvieron un accidente.
-Qué pasó, gorda?
-No sé, algo con el auto, tenemos que ir al hospital.
-Emm, si, vos anda yendo, yo voy ahora más tarde, tengo que cerrar la casa, y poner en orden algunas cosas para que mis padres no se enteren que estuvimos acá.
-Bueno, pero vení rápido, enserio amor. –lo besó. –Te amo, Pitt. Vení rápido por favor. –Las lágrimas no paraban de caer.
-Si, mi amor, yo voy lo más rápido posible, tomá –le da las llaves del auto – nos encontramos en el hospital. –prometió.
Lali se fue en el auto en camino hacia el hospital, Peter se quedó solo en la casa, fue a llevar a los caballos a los establos cuando apareció ella. No sabía si era coincidencia, o si era un plan. Nunca lo supo, el tema es que estaba allí. Alta, despampanante, rubia. La modelo italiana, María del Cerro, le cayó en la casa de campo de sus padres, de noche. Y solo.
Él sabía que sus padres odiaban a Lali, aunque fuera de buena familia, siempre lo harían porque no la consideraban una chica adecuada para él. La consideraban una chica rebelde, desobediente, y que llevaría a su hijo por mal camino. Pero desde que su madre se enteró de que se casó, organizó varias reuniones con María, una chica educada, y que seguía las normas al pie de la letra, lo opuesto de Lali tanto es personalidad como en lo físico.
-Hola, Peter –dice con una sonrisa “inocente”
-Qué hacés acá? Este no es el mejor momento, mi esposa se acaba de ir –Error, no tuvo que haber dicho eso.- Querés que te alcance a algún lado? Tengo que estar en el hospital en un rato, así que tu casa me queda de pasada.
-No, gracias –decía mientras se acercaba- Yo vine acá, porque me gustaría que me dieras hospedaje por una noche, en mi casa no puedo estar hoy de noche…
-Bueno, te podés quedar, pero yo me tengo que ir… No te importa?
-No, para nada… Pitt.
Le molestó un poco que le dijera Pitt, solo Lali tenía el privilegio de llamarlo así.
-Eh, si no te molesta, solo Peter para vos.
Le guiñó el ojo descaradamente. Peter decidió no darle importancia, se subió al auto y en cuanto estuvo dispuesto a arrancar, el motor no andaba. Probó una y otra vez, pero no funcionaba el motor. Él, como buen niño rico, no tenía ni idea de mecánica. Lali habría podido ayudarlo, era irónico que una chica que se había criado igual que él supiera tanto de mecánica.  Volvió adentro y encontró a María sentada en el sofá, vistiendo un pijama muy provocativo. No le prestó atención y llamó a Lali. Le daba apagado, llamó luego a Victorio, su hermano, que debía de estar allí con ella. Nada. Llamó a Pablo, su hermano, para que lo pasara a buscar por la casa de campo. Nada, tampoco. Qué estaba pasando con todo el mundo?

-Qué ocurre que no parás de hablar por teléfono? –inquirió como si de verdad le importara.
-Justamente, hago todo menos hablar, nadie me responde y me tengo que ir ahora mismo de aquí.
-Qué pasa si te quedás acá?
-Nada pasa, pero no quiero, ni debo estar acá hoy de noche. Necesito llegar al hospital ahora mismo.
-Te complicás demasiado… Pitt. Querés tomar algo?  -no esperó su respuesta- Te traigo un vaso de agua.
Minutos después volvió con un vaso de agua, Peter lo bebió sediento. Lo último que vió fue la sonrisa triunfante de María, después no se acordó de nada más. Esa noche, fue, es, y sería un bache en la memoria de Peter Lanzani.
A la mañana siguiente, se despertó con varios golpes en la mandíbula. Obra de Victorio, y de Pablo.
Lali había vuelto a junto a Victorio, su hermano y su cuñado, Pablo, del hospital tras pasar una noche devastadora en la que sus padres murieron trágicamente luego de luchar una noche entera por sobrevivir. Cuando llegó a la casa de campo, no encontró a Peter por ningún lado. Junto con Vico y Pablo buscaron a Peter por toda la gran casa de campo. Lo encontraron en el establo, acostado con una mujer rubia hermosísima. Lali se congeló al ver la escena, pero Vico no dudó ni por un instante y le asestó a Peter un puñetazo en la mandíbula, Pablo hizo lo mismo. Peter se despertó confundido, y vio a Lali junto con Victorio y Pablo salir llorando desconsoladamente del granero, en el que él estaba acostado… junto con María del Cerro.
Se levantó, se puso los calzoncillos y los siguió afuera.
-Pará, Lali! Pará! –le gritó Peter.
-No le hablés. –lo amenazó Vico. Peter intentó acercarse a ella. –No te le acerques! No entendés que le hacés mal?
-Lali escuchame, no es lo que parece, mi amor! No es lo que parece, La! Lali! Decime algo, mi amor!
Lali solo lo miraba llorosa en brazos de su hermano.
-Como te atrevés a decirle eso, caradura! Cómo te da la cara, imbécil? No te le acerques nunca más en tu vida. Me oíste?
-Basta, Victorio, basta, vámonos –Peter oía que ella le decía al hermano mientras seguía llorando desconsoladamente.
-Lali! Mi amor! Por favor escuchame!
Victorio no necesito palabras para expresarle a Peter lo que pensaba de él, le encajó un piña esta vez en la nariz.
Lali estaba llorando, ella siempre se defendía, siempre atacaba, pero en ese momento… En ese momento parecía una chica de dieciséis años a la cual le han roto el corazón. Peter esperaba que le pegara, que le gritara, como hacía siempre que alguien la lastimaba. Pero estaba… débil, vulnerable. Y se odiaba a sí mismo por hacerla sentirse así. Siempre odió a la gente que la hacía sentir así.
-Pará, Victorio, solo necesito hablar con ella. –Lali se abrazó a Pablo. Su hermano miraba a Peter con odio. Cómo le pudo hacer esto a Lali? –Por favor, mi amor, hablame. –Lali solo lloraba desconsoladamente abrazada a Pablo. –Mi amor, por favor.
-No sé cómo te da la cara para hablarle siquiera. No te le acercas más en tu vida, entendiste? Nunca más. –le dijo Victorio.
Lali se subió al auto, con Pablo y Vico. Dejando a Peter afuera, solo y muy, muy confundido.
Al día siguiente hablaría con Lali, aclararía todo. Fue a la casa de Vico, donde supuso que se estaría quedando. Cuando tocó el timbre, al único que encontró fue a su hermano, Pablo.
-Pablo, que pasó?
-Eso me pregunto yo? Qué carajo te pasa a vos por la cabeza? Te casás con una mina que es por lejos, la mejor mina, y te acostás con el gato de María del Cerro.
-Donde está Lali?
-Se fue.
-Adonde?
-No sé, se fueron hace cuatro horas con Victorio.
-Por qué?
-Peter, mientras vos te revolcabas anoche con la italiana, Lali y Vico sufrían. Sus padres murieron. Les dejaron toda la herencia, y ellos se fueron.
-No! Por qué? Soy un boludo! Pablo, ayudame.
-No, yo también me voy, Peter. Ya está, la cagaste. La única razón que yo tenía para quedarme acá eran vos y Lali. A ella también la cagaste y vos, vos sos un boludo Peter. Perdí todo el respeto que te tenía.
-Adonde te vas a ir vos? –pregunto Peter sintiéndose desolado.
-No sé… Solo sé que dejo el instituto y me voy a la mierda, Peter. Ya no quiero seguir viviendo con Mamá y Papá. Mucho menos con vos, hermano. Como le pudiste hacer algo así a Lali? Encima cuando sus viejos estaban en el hospital? Te volviste loco?
-Pará, Pablo, pará.
-No, mi vuelo sale en tres horas. Peter. No tengo más nada que hacer acá. Ya no me importa nada, boludo. Me decepcionaste mucho, Peter. Yo te tenía arriba, hermano.
-Te llevo al aeropuerto por lo menos. Dejame que te lleve, así me despido. Dale, Pablo.
Peter se despidió de Pablo en el aeropuerto con un abrazo sin mucha emoción, cuando le preguntó cuando se volverían a ver, su hermano le dijo que no sabía. A Peter le dio la impresión de que no lo vería en mucho tiempo. Le dijo que cualquier cosa que lo llamara y él, Peter, le mandaría dinero. Lo único que tenía claro, en este momento era que había perdido a su hermano, y al amor de su vida.
FIN FLASHBACK