martes, 8 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 33

Muchisimas gracias por entender mi situación ayer... Bueno, lo prometido es deuda, como se que es tarde cuando este capítulo tenga diez firmas... Subo otro. les prometí maraton che... BESO ENORME. GRACIAS POR TANTO. No creo que lo merezca.. 

Porque con este capítulo me van a odiar. Lo siento mucho pero esta historia esta tomando un rumbo no deseado. Mi más sincero perdón. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Entró lentamente, y se tiró en la cama. Recién se dio cuenta de que no había nadie en la casa, faltaban las constantes críticas de su suegra y las exclamaciones de María y faltaba Peter. ¿Dónde estaba todo el mundo? Abrió las habitaciones una por una. Hasta que llegó a la habitación de la turra. De María. Ni siquiera se molestó en tocar. La turra no se lo merecía, ella no había tocado la puerta de su matrimonio cinco años atrás.
Al entrar en la habitación de la turra, vió claramente a María y a Peter besándose apasionadamente, ella estaba en ropa interior y él estaba en cueros, todavía con el pantalón puesto. Su esbelto y largo cuerpo contra el musculoso torso de Peter. Ni siquiera se habían dado cuenta de que Lali los estaba observando, estaban muy ocupados tratando de comerse enteros. Lali sin querer, dejó caer la cara copa de cristal en la que había estado tomando agua, al chocarse con el piso de madera, se hizo añicos. Y recién ahí, Peter y la turra se dieron cuenta de que los estaba mirando.
Era igual, igual al granero, igual a esa vez, solo que no había nadie que le pegara una buena piña a Peter. Bueno, ella podía intentarlo. Aunque… no eran nada. Simplemente estaban casados, iban a tener un bebé. No era nada… No ni ahí solo esos dos detalles que los separaban de una pareja de ex normales y corrientes. No había drama, no habían sentimientos de por medio. No, ni ahí, para nada. Ni ahí… .
Peter ni se inmutó, dejó de besar a María pero la tenía pegadita contra el, y ella sonreía triunfante. La muy turra… Lali, por el contrario, se sentía destruida y traicionada, nuevamente. Pero esta vez era distinto, porque no podía alejarse de Peter para siempre. No podía. Porque, ahora estaban los dos metidos en algo que iba a durar toda la vida. Un bebé.
Haciendo acopio de todas sus fuerzas, trató de salir de la habitación con toda la dignidad que pudo. Lo cual, era poca. Les lanzó una sonrisa irónica, solamente para que se rompan las cabezas tratando de pensar en lo que significa esa sonrisa hueca. Salió de la habitación caminando lenta y pausadamente. Era hora de ponerse la armadura, y de contener las lágrimas. Pasara lo que pasara no debía dejar escapar ninguna lágrima.
Llegó a su habitación, se sacó toda la ropa y la metió en el cesto de la ropa sucia, se metió en la ducha con agua bien caliente y ahí recién lloró. Las lágrimas se mezclaban perfectamente con las gotas que caían y sus sollozos eran ahogados con el repiqueteo constante del agua contra el suelo de la ducha de mármol. Se quedó debajo de la ducha unas dos horas.
Cuando salió de la ducha, decidió que ya estaba. Que hasta acá había llegado. Ahora sí, iba a actuar como la adolescente rebelde que tanto odiaba su suegra. Y que había enamorado a Peter.
Se vistió con un short muy corto, roto y un poco ajustado. Rebuscó entre sus ropas y encontró una remera, también corta y ajustada. Era negra y tenía impresa la frase “Fuck the World”, A la mierda con el mundo, sabía muy bien que los Lanzani y María debían de saber inglés perfectamente, así que se la puso. Luego se delineó los ojos con un lápiz de ojos bien negro y se pintó los labios de rojo.
Se miró al espejo, sin contar la pequeñísima pancita (que nadie notaba) y que tenía el pelo un poco más claro y largo, era idéntica a cuando tenía dieciséis. Se sentó en la mesa del comedor y cruzó las piernas, hizo un globo con el chicle que estaba masticando y lo explotó con la boca desagradablemente. Su suegra la miraba con una expresión de asco, al igual que María. Peter, en cambio, la miraba con los ojos y la boca bien abiertos. Estaba atónito.
-Ay, Lali, qué te pasó? –preguntó María haciéndose buenita.
-Decidí que el estilo que estaba teniendo últimamente era estúpido, no era yo. –Lo miró directamente a Peter mientras explotaba otro globo que hacía con el chicle. –Era falso, desagradable. Y volví al estilo de mi adolescencia.
-No te parece que estás grandecita para exhibir tanto cuerpo, Mariana? –dijo Mery con aires de bondad.
-Me parece que me da el cuero. –dijo amenazadoramente. –A vos?
Peter, sin aliento casi dijo –Estás igual.  
-Nena, vos estás loca? Exhibís palabrotas en una remera con si nada, no das esposa de mi hijo.
-No, para nada, no doy esposa de su hijo. –dijo Lali nuevamente mirando fijamente a Peter. –No doy para NADA esposa de Peter. Tenés razón. Qué hay para cenar?
-Carne con risotto a los cuatro quesos.
-Que asco –dijo Lali sin reparos, como una adolescente.
-Que preferís comer, nena?
-Al portero. –dijo Lali con una sonrisa pícara.
Peter abrió mucho los ojos, que Lali viniera vestida como la había conocido, vaya y pase. Pero que actúe como cuando la había conocido. No, por favor esto no, pensó Peter.
-Mentira –dijo Lali con la misma sonrisa ante las caras pasmadas de su suegra, la turra y su marido. –Ya comí antes un sándwich y un helado. Todo bien. Me voy a dormir.
Y así se fue, causando la reacción esperada y deseada. Se fue al cuarto, se lavó la cara, se sacó el maquillaje, y se puso un corpiño negro muy provocativo y unas bragas a juego. Luego, simplemente se lavó los dientes y se puso lo que quedaba del perfume que usaba cuando tenía dieciséis, tiró el frasco al tacho y se recostó en la cama. La idea era lucir lo más sexy posible. Dejarlo con las ganas. No tardó en dormirse, pensando que la venganza, estaba a punto de empezar.
Peter entró a la habitación frustrado, enojado y sobre todo emocionado. No, estaba enojado. Estaba… ¿cómo? Se había olvidado a todo el mundo, porque la persona que estaba acostada en ropa interior dormida sobre su cama. Se acercó a ella. Y de la nada sintió un aroma exquisito, lo hacía a propósito. El mismo perfume que usaba a los dieciséis años cuando estaban recién casados y más enamorados que nunca. Lo estaba tentando. Si conocía bien a Lali, y lo hacía, la guerra estaba a punto de comenzar.

33 comentarios:

  1. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!

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  2. ODIE CON TODO MI SER LA PRIMERA PARTE!!!!

    Pense que Peter en serio quería a Lali....QUE LE PASAA??

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  3. LO ODIEE!
    Será que María le dio algooa al &%#%##%$ de Peter?

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  4. AME LA SEGUNDA PARTE !!

    La actitud de Lali me encantó...Me la imaginooo y me encantaa!!!

    Que demuestre lo qe es ella!

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  5. María es una TURRAA

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  6. mas nove!!! maria es una turra mal
    VAMOS LALI!!!

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  7. No te preocupes, obvio entendemos la situación y SI mereces tanto :) Eres re buena escritora

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  8. "la guerra estaba a punto de comenzar." Buajajajaa!

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  9. Hay Petercito en que lío te metiste! Ahora te vana vivir torturando jajajaa

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  10. mmmmmmmmmmaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssss

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  11. Jajajaja sufre Peter

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  12. -Que preferís comer, nena?
    -Al portero

    Jajajajajajaja me encanto

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  13. no entiendo a peter para nadaaa! me hace enojar!

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  14. Tenias razón, la historia dio un total giro

    p.d. Decidte Peter

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  15. subi mas nove , ya estoy odiando a peter

    noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    lina castillo

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  16. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  17. maldita mariaaaaaaaaaaaaa la odiooooo

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