Amor Arreglado Capítulo 30

HOLA! Volví! Cómo andan? Con total sinceridad esperaba que hubiera mas firmas en el capítulo anterior, que fue un capitulón, lo hice bien largo... Bueno, el de hoy... no es taaan largo. Mañana vuelvo con más! FIRMENME MUCHOOOO, BESO :)---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Podría ser unas milanesas con puré para los dos? –le preguntó Peter a una mucama que estaba de espaldas. La chica se dio vuelta, y a Lali le dieron ganas de matarse, la mina era rubia, de ojos celestes, alta, y con un cuerpazo.

-Sí, claro. –dijo con voz seductora. Le clavó sus dos ojazos a Peter como insinuándosele.

-Gracias –dijo Peter sin darle mucha importancia, lo que la desconcertó un tanto.

Todavía con Lali en brazos, la llevó hasta en living y se sentaron los dos en el sillón. El la sentó a ella en su falda.

-Estás mejor? –le preguntó Peter.

­-Más o menos… Vos?

-Yo sí. –Contestó Pitt –Mucho mejor. ¿Te puedo abrazar?

-¿Desde cuando preguntás? –le dijo Lali y lo abrazó. Estuvieron así abrazados por mucho tiempo. Media hora? Una hora? Mucho tiempo. Hasta que la rubia infernal de la mucama, los interrumpió.

La mina tosió para llamar la atención porque pasaron como tres minutos y Peter y Lali no la registraron. –Señor Lanzani, acá le traje la comida.

-Qué divina, nos trajiste la comida… -dijo Lali enfatizando la palabra “Nos”.

-Si –comenzó a servirla en dos platos. Cuando terminó de servir dijo –Bueno, cualquier cosa, yo me llamo Brenda, estoy a su entera disposición, señor Lanzani. –hizo una señal que abarcó todo su cuerpo de modelo.

-¿La sutileza te la olvidaste en casa, querida? –le preguntó Lali irónicamente.

-¿Cómo, señora? –se hizo la boluda.

-Nada, que la próxima vez, seas menos evidente. -Dicho esto se abrazó a Peter y le empezó a dar besos pequeños en el cuello mientras la miraba, luego de un minuto le dijo. –Ay! Seguías ahí? No me dí cuenta, te podés ir, querida? Chau –le dijo mientras se iba muy ofendida Brenda… -Matate turra.

Peter no pudo evitar reírse -¿Celosa?

-No, para nada, te hacía un favor a vos. Imaginate estar con una mina así de fea, pobre Peter, dije, entonces te la quise sacar de encima… -dijo esquivando el tema.

El no pudo evitar reírse. –Si, no quiero estar con una mina tan fea…

Comieron las milanesas mientras hablaban de todo un poco. Cuando terminaron, Peter sacó la foto de la ecografía.

-Mirá! Que chiquitito o chiquitita…

-Peter, yo no veo nada –dijo Lali triste- No veo nada de nada.

-¿Lali? Cómo que no ves nada? Mirá bien!

Lali agarró la foto y la observó detenidamente. –Esto es algo del bebé?

-No, nada que ver. Es muy chiquito, seguro en la próxima se ve mejor, no te preocupes…

-No es justo, Pitt! Por qué vos lo podés ver y yo no?

Pitt solo se reía, era un poco bastante gracioso ver los intentos de Lali de ver algo en la fotografía. –Ey, por qué no pensás en otra cosa?

Y si que pensaron en otra cosa, luego de charlar un rato más, Lali se quedó dormida en el sillón arriba de Peter, y este la llevó a la cama. Se despertó gracias a que Peter hablaba bastante alto por teléfono.

-¿Hola? ¿Hola? ¿Me escuchás, pendejo? –Peter hablaba aún más alto. –(…) –¿Cómo que allá no hay señal? ¿Dónde carajo estás boludo? (…) –Ah, bueno, pero vení, en serio.  –(…) -¿Por qué? Ah, si, bueno… -Peter lucía decepcionado –Bueno, está bien, la próxima vez será… Chau, boludo.

Peter se dio vuelta y vio que Lali estaba despierta, con cara de recién levantada. Su cara de decepción seguía hasta que la vió despierta.

-Me despertaste, Pitt –dijo con voz de dormida-¿Con quien hablabas?

-¿Te desperté? Perdón, La… No fue mi intención…

-¿Con quien hablabas? –volvió a preguntar curiosa.

-Con… con nadie.

-Dale! Decime!! –pidió.

-Con mi hermano.

-Con Pablo? –preguntó con una sonrisa.

-Si.

-Viene? –preguntó ilusionada.

-No, no quiere.

-Ah… Qué mal, no?

-Si, todavía sigue enojado conmigo.

-Ah… ¿Qué hora es Pitt? –dijo Lali cambiando de tema.

-Las ocho y media, ya casi es hora de la cena.

-Qué hay de comer? –preguntó Lali.

-No sé… -dijo Peter. Todavía tenía decepción en su mirada.

-Qué te pasa? –preguntó Lali.

-Nada, no importa.

Cenaron con María y Mecha. Obviamente María no perdía oportunidad de hacerle saber a Peter que estaba muerta con él y Mecha lo aprobaba. Lali estaba demasiado cansada como para responderle a su suegra y no participó mucho de la conversación.

-Peter, hijo, no es que quiera molestarte o algo peor, pero… Me parece que te tendrías que cortar el pelo, no? –comentó Mecha, siempre había algo que tenía que criticar…

-Ay si, Peter! Quedarías tan lindo con el pelo cortito… -Le pasó las manos por el pelo provocativamente. –No, Mechi?

-Si, claro, qué pensás nena? –Su suegra ya quería irritarla, porque Lali había visto perfectamente que María lo provocaba sutilmente a Pitt. Igual, no reaccionó.

-Qué? Pelo corto? No sé, puede ser. –dijo somnolienta.

-Estás bien La? –preguntó Pitt preocupado.

-Si…  -pero pensó, para qué mentir? –No, estoy medio mareada y tengo sueño.

-Vení, la agarró por la cintura y la abrazó mientras la conducía al cuarto, ella se lavó los dientes, se cambió… Inconscientemente se puso el pijama que le gustaba más a Peter, el pequeño vestidito blanco de algodón con una moña pequeña y rosa en el escote. 

Pitt la acostó en la cama y se acostó junto a ella y la abrazó por detrás. Hacía bastante tiempo, que no se sentía tan, pero tan bien.

Al día siguiente Lali se despertó primero, sin nauseas por suerte, se le dio por ir a la playa, buscó entre su ropa algún bikini para ponerse, no encontró ninguno. Buscó por todo el cajón pero todos sus bikinis al parecer estaban lavándose. Agarró entonces el bolso viejo donde había puesto un poco de su ropa, encontró ahí el bikini rojo a lunares blancos que le había regalado su abuela. Se lo puso y arriba se puso un vestidito suelto y cortito color blanco, luego fue al baño para peinarse y al volver Peter ya se había levantado y cambiado.

-A donde vas?

-A desayunar –contestó Lali.

-Y después?

-Después quiero ir a la playa –dijo resueltamente.

-No, Lali, no podés, estás embarazada, mirá si te tropezás, te caés y le pasa algo al bebé.

-No va a pasar nada, pero si tanto te preocupas vení conmigo. Y no lo digas así tan alto, porque mirá si tu vieja se entera, no me voy más de acá…

Peter se desconcertó –Te vas a ir?

-Mejor eso lo hablamos más tarde, si? Vamos a desayunar que tengo hambre.

Lali desayunó una chocolatada con varias facturas rellenas ante las miradas despectivas de Mecha y María que tomaban té de hierbas.

-No son muchas calorías Lali? –le dijo María a Lali aprovechando que Peter y Mercedes se habían ido a hablar.

Lali estaba mordisqueando una factura y tardó en contestarle y lo hizo sin ganas. –Eh, puede ser…

-¿Qué? ¿Ya es la quinta factura? –toreándola

-Vos no tenés vida, flaca, ¿qué andás contando cuantas facturas me como? –Y se fue a avisarle a Peter que se iba a la playa, dejándola sola a María.  Encontró a Peter y a su madre hablando por teléfono en altavoz, decidió no interrumpir, entonces lo esperó en el living.

Cuando terminó la llamada, Lali lo llamó. –Pitt, me voy a la playa, venís?

Tardó un poco en contestar. –Ehh, bueno dale –la agarró de la mano y juntos se fueron a la playa. Cuando llegaron, sin embargo, muchos empleados que trabajaban allí los empezaron a mirar. Y claro, si con el físico de Peter y el shock de que ahora sabían quien era la señora Lanzani, seguro Gastón les habría contado a todos… Se sentaron en la arena sobre un pareo y Lali se sacó e vestido que llevaba. Peter no pudo evitar mirarla.