miércoles, 2 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 29

Bueno, chicas. Les subo este capítulo, lamentablemente, no voy a poder subir por los próximos dos días, capaz tres. Así que el cap de hoy a va ser bieeeeen largo, asi tienen para rato. Un beso enorme, gracias por leer! Las quiero GRACIAS.......------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------








La vió caminar toda enfurruñada hasta la garita de… Gastón? La vió entrar como si fuera su casa y decidió esperar a que saliera. Seguro iba a hacer alguna consulta rápida y saldría para irse a la playa.
Pero pasaron los minutos… y Lali no salía. Veinte minutos ahí adentro… Qué estaría haciendo? Peter decidió asomarse por la pequeña ventana de la garita. No se veía nada, estaba muy borroso. Limpió el vidrio con la manga de la camisa. Pero la suciedad de la ventana venía de adentro. Bueno… Ya era. Entraba, después de todo, él era el jefe, el hijo del dueño. Listo, entraba.
Abrió la puerta de sopetón pero no estaba preparado para la escena que se estaba librando allí adentro. Lali estaba trepada, encima de Gastón, se estaban besando y él la estaba agarrando de la cintura, de la panza donde probablemente, seguramente, estuviera su bebé.-
Se quedó parado, helado. Lali se dio cuenta de su presencia y se bajó de encima de Gastón. Gastón se dio cuenta y se paró, pero lo que más le molestó fue que mientras lo miraba para ver lo que quería él, Peter, Gastón le pasara el brazo por la cintura a Lali. Ella, por supuesto, se soltó de su agarre, casi cómicamente.
-¿Qué hacés, Gastón? –dijo un tanto exasperada ella.
-¿Qué carajo es esto? –preguntó Peter con un hilo de voz. Estaba completamente congelado, ahora sentía realmente lo que era ver a la persona que uno amaba con alguien más.
-Emm, me parece que me perdí un capítulo… -dijo Gastón con una sonrisa, a Peter su sonrisa e disgusto enormemente. Lo quería moler a golpes.
-No, no, no, Gas. No te perdiste nada. Si me dejás…  -Lali, nerviosa,  viendo que su aventura de anonimato se le venía abajo, se dispuso a contarle la verdad a Gastón.
-Mariana, ¿qué carajo es esto? –volvió a repetir la pregunta Peter, esta vez sacado, fuera de sí.
-Ehh, no señor, se llama La… - Riendo por la confusión. Hasta que le cayó la ficha, miró a Lali y miró a Peter, miró nuevamente a Lali y a Peter, y otra vez.- Vos… -señaló a Lali.- sos la esposa de él?
Lali asintió débilmente –Eh, Gas, podemos hablar?
El flaco sonrió. -¿Me comí a la esposa del jefe? –dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Ahí fue que empezó el verdadero descontrol. Peter se le tiró encima y le asestó una piña a Gastón en la nariz, seguramente quebrándosela. Luego le asestó otro puñetazo, y otro, y otro. Y sí, otro.
-Pará Peter! Pará! –Lali decidió intervenir –Ey, pará! Pará! –A Lali le empezaban a caer las lágrimas nuevamente con una facilidad increíble. Esto no era normal –Pará! – gritó, esta vez cuando se volteó un segundo y vió la cara llorosa de Lali fue que paró y Lali ayudó a Gastón a levantarse.
-Gas, estás bien? –dijo Lali sintiéndose una mierda.
-Si, mas o menos. Pega fuerte. –El flaco estaba hecho mierda…
-Gas, perdón. –pidió Lali.
-Todo bien, estuvo bueno –dijo sonriente a pesar de tener la cara desfigurada.
-Yo… si me das un tiempo, yo te puedo explicar.
Con una sonrisa dijo –Ey, no hay nada que explicar, desde el principio dijimos que no era nada serio, Mariana… No lo puedo creer! Me comí a la esposa del jefe! –Lali hizo una mueca al oír eso, estaba feliz y… después de todo, ella lo había usado, pero si se lo tomaba tan bien, bueno… Mejor para los dos.
Lali no pudo evitar sonreír. Y le susurró al oído –Tratá de no contarle a todo el mundo.
-Estás loca? Esto se lo cuento a todos. –dijo, a Lali no le importó tanto esto.
Peter la agarró de la mano y se la llevó a la playa. Lali esperaba que usara la fuerza bruta, pero simplemente la condujo delicadamente.
-Lali, qué hacés? –dijo con el rostro cansado, triste, deprimido.
-Vos y yo no somos nada, Peter. No creo que te tenga que dar explicaciones. –dijo Lali secamente.
-Si, tenés razón. Pero… Igual, aunque no seamos nada, a mi me… -Quiso decir Pitt, tenía la voz ronca, cansada y parecía que acababa de correr ochenta kilómetros.
-Te da celos? Imaginate mi situación, Peter! Te veo todas las semanas en la prensa con una chica diferente, ahora me traés a esta mina con la que me engañaste acá! Y para colmo, te llevás bárbaro con ella. Te parece que a mi no me da celos? Me muero de celos! –le gritó enojada.
 Pero él, en vez de contestarle enojado, sonrió –En serio te da celos?
-Sos idiota!? Yo estoy sufriendo! –Lali empezó a llorar de nuevo a cantaros. –Y no sé, por qué lloro! No quiero llorar –dijo mientras lloraba.
Peter se rió –Lali, estás embarazada. –Pero luego se acordó lo que acababa de pasar y su expresión cambió radicalmente.
-No! Tengo una crisis de ansiedad, que es muy distinto.–dijo llorando- Y no saques este tema porque me voy a enojar! Vamos! –Y se fue caminando enfurruñada hasta la casa. Cuando entró, despeinada, con la ropa arrugada, llorando y enojada, tanto las mucamas como su suegra y María la miraron boquiabiertas. Y cuando Peter la siguió corriendo las preguntas que se formulaban eran aun más.
Una vez en el cuarto, Lali empezó a llorar más. Odiaba llorar, odiaba sobre todo sentir que había traicionado a Peter. Porque lo que tenía con Gastón no había sido nada. NADA.
-Me siento mal –dijo cuando Peter entro al cuarto un tanto enojado, un tanto preocupado por lo que acababa de decir.
-Qué te pasa?
-Perdón. No sé. Quiero que sepas que con Gastón, no sé, no era nada serio. Y no me acosté con el. Ves? Nada serio.
-Sabés que es lo peor, Mariana? Que me hagas escenitas de celos y te andes comiendo al portero!
-No era nada serio, Pitt.
-No me digas así. Por favor. Sos una caradura. –dijo secamente. –Llamé al doctor, arreglé para que viniera antes. –dijo. –Viene mañana.
-Cristóbal?
-No sé, pero viene mañana el médico con los resultados.
El día transcurrió silencioso, con risas falsas de parte de María y Mecha y miradas fulminantes de Peter hacia Lali.
A la mañana siguiente, aprovechando que María y Mecha no estaban, llegó Cristóbal a las doce y media del mediodía.
-Hola. –dijo sonriente Cris.
-Hola –dijo fríamente Peter.
-Hola Cris! –dijo Lali. –Dame los resultados ya. Así probamos que es una crisis de ansiedad y no un embarazo.
-Bueno. A ver… Yo… este, quieren abrir ustedes el sobre?  Los dejó solos así pueden…–le tendió el sobre a Peter, quien dudó pero luego lo agarró con firmeza y luego Cristóbal se retiró afuera para dejarles un momento de intimidad.
Emm –miró a Lali.- Miro yo o vos?
-Vos. No, yo. No mentira, vos. –Dijo, aunque antes estaba segura de que era una crisis de ansiedad, ahora dudaba.- Dale, Peter.
Peter abrió el sobre con mucha lentitud, lo desdobló cuidadosamente y lo leyó concienzudamente. Cuando terminó miró a Lali.
-Es…
-Qué?! Estamos o no? –exclamó Lali ansiosa.
-Me dejás terminar la oración?
-Si, dale.
-Es positivo, Lali. Estás embarazada.
Ella suspiró. Se llevó las manos a la panza. –Bueno… Esto es sin margen de error, no? Estoy como en shock, Peter –dijo Lali muerta de miedo.
-Sin margen de error. –dijo Peter calmadamente. Su mirada se fue sola hacia la panza inexistente de Lali. –Ehh, Doctor! –lo llamó débilmente Peter a Cristóbal.
-Bueno, ya… ya recibieron la noticia, me imagino. –Miró la cara de shock de Lali y sonrió tímidamente. –Todo bien ahí, Lali?
-Ehh… Emm, si. –dijo mientras se sentaba en el sillón.
-Bueno, qué les parece si hacemos una ecografía? Traje el ecógrafo acá…
Peter miró a Lali y viceversa. –Bueno, dale –accedió Peter. -¿No, Lali?
-Si –dijo Lali todavía en shock.
Diez minutos más tarde Lali estaba tendida en el sillón.
-Ay! Está fría esta cosa, Cris! –se quejó –Pará! Va a doler eso? Duele? No me mientas, Cristóbal.
El médico se rió –No, no duele Lali…
-Enserió me lo decís –Lo recriminó Lali nerviosa.
Él se rió –Y si, Lali, ¿Cómo te voy a mentir a vos? A ver, veamos, es muy chiquito así que… -de pronto abrió los ojos bien grandes- Uy, si mirá ahí esa cosita es el bebé. Bien chiquitito.
-A ver –dijo Peter, y luego se quedó mudo.
-Yo no veo nada! –se quejó Lali malhumorada.
-Mirá, linda, ahí –señaló Cristóbal. Peter muy ensimismado con la ecografía omitió el “linda” por parte de Cris.
-No veo! –dijo Lali molesta.
-Mirá bien, ahí, señaló.
-Ahí veo la espalda de Peter! –Lali estaba molesta, asustada y ahora enojada.- ¿Te podés mover que por tu culpa no veo nada?
-Pará Lali, no te alteres –dijo Cris entre risas. –A ver, estás de un mes y poquito… -Explicó.
-Y… ¿Cuándo… cuando… va a –Lali hizo una panza imaginaria en su abdomen.- cuando va a crecer la panza?
Cris se rió nuevamente. –A los cuatro, tres meses, por ahí. Te tenés que cuidar, Lali. Los vómitos se van a ir yendo de a poco, cuidate mucho, no hagas deportes extremos ni esas cosas que te gusta hacer a vos…
-Bueeeno…
Luego de que le sacara el gel de la panza a Lali, les dejó una foto de la ecografía y se fue. Abrazó fuerte a Lali y le dio un apretón de manos a Peter.
-Nos vemos en unos meses. –dijo simplemente.
Lali agarró la foto y se sentó en el sillón a observarla.
-No lo puedo ver! –se quejó.
-¿Cómo que no? Es muy chiquito pero algo se ve. Mirá acá.
Lali hizo puchero. –No se ve nada, Peter.
-¿Qué miran? –inquirió Mercedes entrando con varias bolsas en la mano y María atrás con aun mas bolsas.
-Nada! –dijo Lali escondiendo la foto.
-Nena, no soy tarada, escondiste algo.
-Nada importante. –respondió Peter tratando de quitarle importancia al asunto. Luego miró a Lali -¿Estás bien?
-Estoy perfecta. –Dijo ella – Me voy al cuarto, Peter.
-Te acompaño.
Una vez en el cuarto, las lágrimas brotaron de sus ojos.
-Ey, La, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?                        
-No me puede estar pasando esto, Peter! No con vos!
-Ehh? –dijo un tanto ofendido.
-No, es que… tengo miedo –dijo llorosa y con voz débil –Peter tengo miedo.
-No… no digas eso, La. Yo… te voy a cuidar, voy a estar con vos. No te digo que esté menos enojado por lo de ayer… -dijo mientras la abrazaba. –Pero voy a estar, siempre.
-De todos los flacos con los que he salido durante estos cinco años, me alegra que me esté pasando esto con vos. –dijo Lali.
Peter la soltó suavemente y la agarró suavemente de los hombros, luego la sentó en la cama. –Con cuantos flacos saliste?
Ella se rió por primera vez en el día –Con varios. –dijo con una sonrisa, le encantaba ponerlo celoso.
-Ah… Si, de todas las minas, y qué minas, con las que he salido yo también me alegra que seas vos la persona con la que me haya pasado esto.
Del rostro de Lali, ya de por sí bañado en lágrimas, empezaron a caer gruesas lágrimas. Y se tiró boca abajó en la cama.
-No, La, no –dijo arrepentido. –Perdón. Perdón. –La agarró y la sentó en su falda. –No llores, La.
-Estoy sensible –dijo llorosa. –Y tengo miedo, Pitt.
-Perdón. Yo también tengo miedo. –admitió.
-No es lo mismo, yo tengo… tengo… -más lágrimas  salieron de sus ojos.
-Qué tenés La?
-Tengo… tengo hambre, Pitt. –y se rió con su risa contagiosa.
Se rieron por varios minutos, abrazados así, ella en su falda le pasó los brazos alrededor de su cuello y le dijo en un susurro –Perdón por lo de Gastón. En serio, era… no sé, una diversión. Como las tuyas.
-Ah, mirá vos.
-Peter, vos y yo no somos nada. –dijo Lali calmada.
-Nuestra situación es… complicada. –admitió Peter. –Pero, estoy casado con vos.
-Justo vos me venís a decir eso que te tuve que ver por años en las revistas con otras minas? Por favor…
-Por lo menos me podías ver.
-No te quería ver. –Admitió Lali –Yo estaba muy dolida, Pitt. Entendeme.
-Si, perdón. Igual, bueno, ya pasó…
-No! Qué pasó? La razón por la que terminamos está caminando libremente por esta casa de la mano de tu vieja. Qué pasó, ni pasó… -Exclamó indignada.
-Bueno, ta, no te alteres.
-Esta bien… Che… tengo hambre, Pitt. Comemos? –dijo con una sonrisa.
-Si, vamos. –La alzó en brazos-
-Ta, bajame. –dijo riendo, todavía tenía la cara roja por el llanto.
-No, hoy te llevo así a todos lados.
-No, enserio quiero caminar –dijo un poco más seria.
-Pero yo no me quiero despegar de vos. –dijo el con una sonrisa mientras ingresaban a la cocina–Qué querés comer, La? –preguntó Peter.
-Milanesas con puré. –dijo Lali sin dudar.
-Podría ser unas milanesas con puré para los dos? –le preguntó Peter a una mucama que estaba de espaldas. La chica se dio vuelta, y a Lali le dieron ganas de matarse, la mina era rubia, de ojos celestes, alta, y con un cuerpazo.




20 comentarios:

  1. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeee

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  2. Masssssssssssssssssssssssssssssssss

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  3. nove
    nove
    eres una genia escribiendo

    nove
    nove

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  4. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  5. Son un amor los dos !!!!!

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  6. Jajajajaja solo falta que por lo ultimo Lali comience a llorar y salga corriendo

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  7. Mas!!! me encanta por favor sigue subiendo!!

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  8. Regalanos un capítulo másssssssssssss :-)

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  9. Amo ver a Peter celoso

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  10. Jajajajaja Gas hecho mierda pero súper feliz jajaja

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  11. Peter un tierno que quiere pasar el día con ella

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  12. Pobre Lali esta que llora por todo es muy gracioso jajajajaja

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  13. Peter tiene razón en que su situación es complicada pero no da que le reclame cuando el hizo cosas mucho peores

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  14. Ameeeeeee el capitulo y amo la NOVE :)

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  15. " No veo nada solo veo la espalda de Peter , te podes quitar ?" JAJAJA

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