sábado, 30 de agosto de 2014

Stubborn Love: Capítulo 1


Desde el momento que se conocieron, se notaba a una distancia que eran increíblemente distintos. Él, deportista, de muy buena familia, tradicional, con buenos valores, buenas calificaciones y aún mejor físico. Peter, sin embargo, a pesar de su buen desempeño en clases, demostraba ser un tanto hueco y superficial, por no mencionar completamente ególatra y narcisista.
Ella, por otro lado había sido criada por un padre soltero, su madre habiendo quedado embarazada de ella a los dieciséis y luego terminando con problemas de drogas y alcohol. Sin embargo, Lali creció para ser una chica muy abierta. Oportunista. Impulsiva. Y aunque sus notas y empeño en las clases dejaran mucho que desear, se refugió en el colegio, sus amigos y su novio.
Sus padres aunque por diferentes razones, obviamente, habían optado por mandarlos a un internado en Buenos Aires, uno de los más prestigiosos. Su padre, el de Lali, optó por mandarla allí debido al poco control que tenía sobre su hija y el miedo que le tenía a criarla en su dificultosa adolescencia. Los padres de él lo mandaron allí justamente porque su hijo era el mejor y por lo tanto debería asistir a lo mejor.
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El primer día de clases amaneció muy temprano para todos los alumnos. En especial en el cuarto de las chicas 309 donde, a pesar de que su amiga Eugenia la tratara de despertar varias veces, Lali seguía dormida.
-Lali, amiga dale. –La sacudió sin la menor delicadeza. –Son las ocho menos diez, La.
-Dejame dormir –murmuró irritada. La tarada se había quedado hasta las tres de la mañana en un nightclub fuera del campus, pese a que todos sus amigos le habían dicho que no. Trató de convencer a Peter, pero él no quería ni oír sobre salir el día antes de que empiecen las clases… no. Además quería dormirse temprano. A las nueve y media. Lali bufó, le dio un sonoro beso en la boca y salió por la puerta así de rápido como entró.
-No, yo no te la puedo creer! –dijo Eugenia, más para sí misma que para su amiga, que dormitaba en su cama, sin enterarse de que en menos de diez minutos tendría que estar en clase.
Al llegar la clase, con el tiempo justo, Euge se sentó al lado de su novio e inmediatamente, Peter, el siempre puntual, la saludó. –Buenos días, Lali?
-Me llamo Euge, gracias por preguntar. –replicó la rubia, sarcástica.
-Lali? –volvió a preguntar a Eugenia.
Euge suspiró. –Está dormida, llegó ayer cerca de las cuatro, no hay chance de que llegue, encima creo que estaba un toque... intoxicada. -replicó Euge, tratando de suavizar la oración.
-Yo no te puedo creer, boludo! –exclamó Peter pasándose las manos por el pelo. –Me quema, boluda, te juro que me quema.
-Dejala, mientras no esté con nadie, qué te jode? –intervino Nicolás, relajado como siempre.
-No lo va a cagar nunca, boludo, es Peter! –dijo Euge. –Sabés que nunca te va a cagar ella, no? –ofreció ella sonriente.
Peter le sonrió a regañadientes. No creyendo en absoluto el comentario.–Obvio. Pero no es eso lo que me preocupa… Es el primer día de clases, va a dejarles una mala impresión a los profesores.
-Y? –dijo Nico, sin entender por qué Peter se preocupaba.
-Los profesores son los que escriben las reseñas para las universidades. Lali no puede esperar entrar a una universidad respetable si ni siquiera se presenta primer día del último año en hora… Me quema, boluda, te juro…
Nico y Euge sonrieron y alzaron las cejas, conociendo de sobra lo que decía Peter, pero también entendiendo que la mitad de eso era presión paternal en parte.
A las ocho y diez, los alumnos charlaban animadamente y el profesor no había llegado, mucho menos Lali, que probablemente estaría en el séptimo sueño.
A las ocho y veinte, no había ni rastro del profesor y los alumnos recién ahí se habían como que percatado de que probablemente tuvieran la hora libre. Eugenia y Nicolás comenzaron a besarse a continuación, para disgusto de Peter, que se volteó a conversar entonces con sus otros amigos Gastón y Agustín.
Nueve menos cuarto, entró por la puerta un hombre de unos treinta años, si no es que estuviera en sus veintitantos, vestido con unos pantalones grisáceos, una camisa celeste bien clara, gastada de usarla muchas veces, y remangada en los codos, arriba de dicha camisa tenía un chaleco, y en su cuello una bufanda color celeste pálido, algo tirando al lila. En su cabeza, un gorro de lana gris.
Era rubio. Con algo así como bucles color miel cortos, pero aun así largos. Tez pálida, como el tipo de piel que no puede estar al sol mucho tiempo porque se pone roja o se irrita, y para terminar la imagen, globos oculares grisáceos pero con el tinte justo de azul. Eran de hielo. Sonrió de costado y se presentó. Ni que se tuviera que presentar porque las chicas ya lo habían denominado el profesor favorito y esta materia, cualquiera que sea, se había convertido en su favorita.
-Hola. –se presentó de todos modos. Tenía un cierto acento en la voz. Su voz, que era aterciopelada e inmediatamente, la clase contuvo el aliento. –Soy el nuevo profesor de Literatura, me llamo Noah Bordeaux. Pueden llamarme Profesor Bordeaux.
La clase le correspondió el saludo.
Su mirada recorrió el salón. –Falta gente? –preguntó, y por un momento no pareció que se dirigía a una clase. En ningún momento sonaba como si se dirigiera a la clase, debería tener veintinueve como mucho.
-Mi amiga! –dijo Euge con una sonrisa gigante. Nico frunció el ceño. –Falta mi amiga. –le dijo, la sonrisa no dejando su rostro ni por un momento. –Yo soy Euge. –dijo la rubia riendo como una nena de cinco años. Noah frunció el ceño pero sonrió levemente de todos modos.
-Okaay… -dijo alargando el “okay” y fijándose en la lista.-Eh… que tenía que hacer? –dijo el profesor más para sí mismo que para la clase. Los alumnos se quedaron callados, si el profesor no tenía ni idea, como carajo esperaba que los alumnos la tuvieran? –Ah, sí. Eh… denle la bienvenida a un compañero nuevo…
-Compañera. –oyeron una voz atrás.
-Eh, sí, compañera. –Noah, no parecía tan seguro de lo que estaba haciendo. –Eh… -se fijó en la lista. –Jenny… Jenny? –Dudó en el nombre. Leyó la lista nuevamente. –Jenny Martínez. Dónde está?
Una chica pelirroja alzó la mano y sonrió tímidamente. –Acá. –Tenía una voz dulce, suave. Tenía pecas y ojos claros. Dientes y sonrisa pequeña, pero alta estatura.
-Bueno, bienvenida, Jenny… -dijo Noah
Y ahí sí la pelirroja sonrió, era la envidia de varias chicas, ya que el profesor la había nombrado tantas veces. –Eh… -continuó Noah. –Nada, chicos, esta clase es de Literatura. Estaría muy bueno que se interesen en la lectura... o de última vemos la película si es que esta disponible. El punto es que vamos a trabajar con libros. Les gustan, buenísimo, todo okay. No les gustan? Miren la película. No está la película?... Fuck you, no sé, o lean el libro.
La clase rió sonoramente.
Luego de la breve introducción el profesor comenzó a hablar de nuevo. -Me gusta trabajar en equipos la mayoría de las veces, y como son pares está perfecto. Pongánse de a dos, y acuerdense de que esas van a ser sus parejas de por vida en este año, okay?
La clase rió nuevamente, y se empezaron a poner en parejas, arrastrando los bancos ruidosamente, creando una cacofonía de sonidos francamente espantosa. -No me importa con quien estén, siempre y cuando entreguen el trabajo en tiempo y forma, obviamente. Si hay problemas, no voy a tener ningun incoveniente en separarlos y hacerlos trabajar solos... o mejor aún ponerlos con alguien a quien odien luego de conocerlos un poco más -El profesor Bordeaux guiño a sus alumnos con una clase y encanto maléfico que de no haber sido una casi amenaza para que se comportaran habría sido atractivo.
Casi todos los estudiantes ya en pareja, Peter dejó su mochila en el banco para reservarle el asiento a su novia, una vez que terminó el movimiento de bancos, sillas y estudiantes, el profesor Noah sonrió. –Todos tienen compañero?
Una mano saltó hacia arriba. –Yo no tengo compañero. –dijo Jenny, la alumna nueva poniéndose colorada cuando toda la clase volteó hacia el fondo de la clase para ver quien hablaba.
-Ehh, okay… Alguien le falta pareja? -llamó a la clase.
-Peter vos no tenés pareja, sé con Jenny. –dijo Euge, ofreció Euge.
-Ehh, no gracias, estoy con Lali. -dijo Peter, resueltamente.
-Peter, dale no jodas, Lali no viene hoy. Sé con Jenny. -le dijo Euge, en un susurró bastante fuerte, no sea cosa que Jenny, que estaba arrastrando su banco para sentarse al lado de Peter oyera.
-Boluda, venga Lali o no, soy con ella. -Básicamente lo decía porque no podía confiar en que Mariana mantenga una nota aceptable siendo sola en esta materia. En equipo Peter la podía ayudar a que se ponga las pilas y que mejore en la materia.
-Fa, boluda, tremendo inmaduro, que te cambia ser con Lali o con la nueva? -Tanteó Nico, cansándose un poco de la actitud de Peter.
-Okey, amiga, Sentate nomás. –dijo Peter sarcástico, a Jenny, que lo miró, poniendo los ojos en blanco, mietras se sentaba al lado de él.
-Ahh…
-Bueno, chicos, el trabajo que vamos a hacer es del libro… -Leyó la tapa. –Cumbres Borrascosas. Básicamente es una historia de amor, pero es más complicada y es distinta a las demás de la época. Es un romance entre dos villanos. Heathcliff, el personaje principal, es un hombre que raya en lo maléfico, o sea, es malo, para ponerlo simple, y Catherine, bueno ella es el egoísmo personificado. Cathy es ambiciosa, quiere todo y quiere que todo sea a su manera. Los dos son manipuladores, sin moral, y espectacularmente, estas dos personas, se enamoran completamente. Lo que demuestra que todas las historias cliché de amor, de que personas sólo puras de alma y corazón se enamoran es irreal y trillado, y francamente aburrido, si lo pensamos bien...
La clase escuchó atentamente. El profesor tenía una forma de hablar muy cautivadora. Podría estar hablando de un documental de como crece el pasto y sería interesante con ése tono de voz particular.
-Quiero que lean del capítulo uno al cinco, y para la próxima clase quiero que éstas preguntas que voy a copiar estén respondidas, okay?
Noah a continuación de su monólogo, comenzó a copiar unas cuantas preguntas y luego se sentó en su escritorio al frente de la clase y comenzó a leer el mismo libro que los estudiantes.
De repente la puerta del salón se abre de repente y entra Lali, piel pálida, pelo recogido en un moño desorganizado, corbata revoleada y suelta en el cuello, camisa remangada, y pollera escocesa al revés. Tenía puesto el maquillaje de anoche y estaba todo medio borroneado por la almohada. Una de dos, o estaba llegando tarde o acababa de tener sexo en un ropero. En este caso era la primera opción. Obviamente, duh. La clase la miró perpleja.
-Perdón que llegué tarde. –dijo ella. Miró a Peter como pidiendo perdón y Euge largó una risotada que fue evidente de acá a la China. –Perdón, soy Mariana Espósito, no me ponga llegada tarde en el primer día, profesor, en serio, me van a matar.
El profesor la miró arqueando una ceja. -Obviamente llegada tarde vas a tener. Como te perdiste la mitad de la clase, qué te parece si te sentás en ése banco -señaló al primer banco más cercano a su escritorio. -y te explicó más o menos de que va la cosa. Tenés el libro?
-No. -respondió Lali inmediatamente, puteando en ruso, porque, cómo carajo se puede ser TAN irresponsable? Es el primer día, boluda, ponete media pila.
-Entonces te presto el mio. -El profesor indicó a Lali su asiento, y se acercó para por lo pronto, ponerla al día con lo que habían dado hasta recién. Lali lo escuchó pacientemente, y atentamente, no se podía distraer, porque esa lección era solo para ella. Luego de la explicación, Lali estrechó la mano, como pidiéndole el libro al profesor. -Me lo das? -pidió alzando las cejas.
-Solo por hoy, Espósito. La próxima clase te quiero con libro, en hora y sentada en primera fila atenta, quedo claro?
Lali quedó perpleja, cuántos años le llevaba este tipo? Parecía de veinticinco. -Cuántos años tenés? -Se le escapó, no fue intencional.
El profesor la miró seriamente, y suspiró. -Treinta, por?
-Por nada... - lo que en verdad quería decir era: “Porque parecés de cinco a dos años mayor que yo, boludo, no te copes con el papel de profe.”
-Okay, ponete a leer, Espósito. -dijo el profesor Noah con una sonrisa.
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-Sos una hija de puta boluda, estuviste a centímetros de la boca de ese caño de profesor! –dijo Eugenia saliendo de clase caminando con Lali.
-Lo sé, lo sé. –dijo Lali sobrada. –Cuántos años le das?
-Quiero decir veintisiete porque suena más joven y eso me da más posibilidades para estar con él.
-Tus posibilidades son nulas. Tiene treinta. –dijo Lali, contenta de tener más información que Euge del profesor sexy.
-Tus posibilidades son tan nulas como las mías, tarada.
-Eh?
-Además del tema de la edad está el tema que las dos estamos de novias.
Lali se sintió avergonzada, se re había olvidado de eso. –Dah, no me había olvidado, cómo me voy a olvidar de mi novio?
-Já, te re olvidaste. No sé cómo siguen juntos. Quieren cosas distintas en niveles completamente distintos.
-Los opuestos se atraen, Eugenia, además nos re amamos, no tiene nada que ver la personalidad en eso.
-No sé cómo no lo cagaste todavía. –dijo ignorando el comentario de su amiga.
-Por?
-Por las diferencias.
-Qué diferencias? Ok, tengo que admitir que hay algunos… factores que hacen que la relación sea complicada, pero los superamos bastante bien.
-Sus padres prácticamente te ofrecieron plata para que lo dejes.
Lali trató de ser optimista. –Pero no la acepté…
-Obvio que te ama, te parece que soportaría tu paquete de problemas y aventuras si no lo hiciera?
Lali la miró incrédula. –De qué carajo estás hablando?
-Lali -Euge la miró paciente -, era tan necesario salir ayer de noche? Se quedó re preocupado y hoy cuando le dije que estabas tarde se re quemó.
-Lo que le preocupa es que él se va a ir a la universidad cuando termine las clases y yo me voy a ir a la mierda. Quiere que vayamos a estudiar juntos allá y le preocupan mis notas.
-Boluda… Como que tiene razón. Siquiera tenés idea de que vas a hacer con tu vida?
-Obvio, me voy a ir a Ámsterdam primero.
-Lali no tenés ni idea. -Dijo Euge mirándola seria. Luego frunció el ceño y largó una risa. -Ni plata, para empezar...
-Nadie tiene idea, creen tener idea. Boluda, la vida es corta, vos sabés lo que querés hacer? -Lali abrió los ojos como para dar a entender su punto. -Y la plata es fácil de conseguir. Mi padre algo me va a dar... y luego... no sé, veré que hago...
-Nico y yo vamos a irnos a vivir juntos a Buenos Aires, alquilar un depto y estudiar allá. -contestó Eugenia la primera interrogante de su amiga.
Lali suspiró. –Ése no es el punto, el punto es que Peter me está hartando demasiado, siento como me juzga cada vez que digo algo con lo que no está de acuerdo, o hago algo que desaprueba.
-Te das cuenta como empezamos hablando y vos estabas todo “Peter me ama… superamos nuestras diferencias…” y ahora te estás quejando mal?
Lali se quedó en blanco, debía admitir que su amiga estaba en lo correcto. En sus sueños. –Ninguna relación es perfecta, siempre van a haber diferencias y peleas. Eso es lo que la hace sana.
Euge suspiró.
-Lali, están juntos hace dos años, entre idas y vueltas, él sólo tuvo ojos para vos. Prácticamente te alaba, y están bastante serios… Si Peter estuvo con vos por dos años y aguantan hasta que termine el año… no me sorprendería si el año que viene ya está pensando en casamiento. –señaló el cuarto dedo de la mano izquierda de Lali.
-Me estás cargando? Tenemos diescisiete, y ninguno de los dos venimos de familias aristocráticas… -dijo Lali mirando su mano.
-Sí… vos sabés que Peter es ese tipo de persona… O sea… lo único que quiere es un amor tranquilo, estudiar con vos en la universidad, luego casarse y después…bueno no te tengo que decir, no?
-Cómo sabés esto? Peter en serio está pensando en proponerme casamiento cuando termine el año?
-Lo escuché hablar con Nico.
-Boluda, es cualquiera, Peter me conoce, sabe que no pienso ir a la universidad cuando termine el liceo. Ya hablamos de esto miles de veces.
-Lo hablaron o vos hablaste?
-Lo hablamos. –le dijo Lali. –Ok, sabés qué? Estamos bárbaros, en serio.
-Como digas.
-Te digo que estamos bien. –dijo Lali rotundamente.
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-Me matás, no lo puedo creer que vos también tengas en mente irte a estudiar a Estados Unidos… tienen un sistema de calificaciones impecable.
-Seee, o sea, me encantaría pero mi novia se quiere ir a Europa… tipo de mochilera. –La pelirroja arrugó la nariz para expresar su desagrado. –Pero no sé, falta un año todavía y hay tiempo, no?
-Sí… hay cierto tiempo, pero el futuro no espera a nadie, no? Digo, estás cosas toman tiempo pensarlas, no podés saltar a la más mínima chance, no?
-Es exactamente lo que yo pienso! Hay que meditar, considerar bien. O sea, no digo que haya que pensar TODO, pero las cosas importantes valen la pena pensarlas, darles tiempo, no?
-Totalmente. -Concluyó Jenny. -Qué suerte que hicimos todo esto en clase, nos re adelantamos con Literatura, no?
-Sí, mal. -Dijo Peter y la colorada le sonrió y al ella retirarse del salón vacío, miró para atrás. Por un momento, sus ojos claros cautivaron a Peter, y le regaló una sonrisa de costado a la chica.
Al toque sintió una culpa abrumadora. Se tuvo que sentar dos segundos y el corazón se le paró. No... Peter conocía esta sensación. La conocía perfectamente y sólo le había pasado una vez en toda su vida. Cuando conoció a Lali. Por supuesto, no era igual, con Lali le pasó en el momento en que la vio. Con esta chica la tuvo en cuanto la miró a los ojos.
Y lo estresó, porque... por primera vez en mucho tiempo, no había ningun drama con Lali. No había terceros en discordia, tenían sus problemas, sí, qué pareja no los tiene? Pero estaban estables. Sin ningun tipo de drama adolescente. Es más, ya estaban casi predestinados a tener problemas adultos. Y ahora le tenía que venir este... deseo de pasar un rato más con esta chica de rulos color fuego?
Por primera vez no hay ningún drama, todo está…bien. Tenía sus amigos, era el chico más popular de todo el campus, era el último año y tenía a Lali. Pero quería todo eso? Realmente quería a Lali y quería ser el chico perfecto?
Capaz se había convencido de que quería a Lali porque ella siempre fue como…deseable? Sí, es muy deseable y es muy linda y es…es todo es muy fuerte... cada emoción con Lali es intensificada. Desde una caricia hasta un cumplido, con Lali es todo mucho más grande de lo que realmente es. Con todos sus defectos la quiere, y mucho. Pero últimamente, sentía que…que llevaba dos años con una misma chica. Entre idas y vueltas siempre había estado prendado con Lali. Cortaban, volvían, se peleaban, se amigaban, chapaban y se odiaban y amaban. Pero siempre fue Lali. Y ahora, era el último año.
El último año, carajo.
Y qué había ganado? Había realmente valido la pena pelearla tanto, para haber llegado a un punto en el que ni siquiera podía decir con certeza de que Lali valía la pena?
Peter negó con la cabeza, trantando de sacarse estos pensamientos de la cabeza. Estaba estresado. Todo esto era mucho para él... era el último año, y era su última oportunidad para entrar en una buena universidad y estaba simplemente estresado... con mucho en su plato...
Lali entró al salón vacío unos momentos después con una sonrisa en la cara y se inclinó para besarlo. Peter aceptó el beso de buena gana, los labios de Lali siempre habían sido fuente de consuelo, pero esta vez sólo sentía el gloss de frutos rojos en sus labios… Y la miró, realmente la miró. Tenía una cara que le hacía reír, todo el maquillaje de la noche anterior borroneado en sus mejillas y ojos... y sin embargo, Lali no se disculpaba con nadie por eso. Era... era especialmente Lali, no se disculpaba con nadie por ser como ella es. Pero se llevó un shock cuando se inclinó a besarla, esperando sentir a Lali en su boca y al terminar el beso: No… no sentía nada más. Se separó y la miró. Estaba feliz, contenta. Y por más que quisiera que todo fuera de su manera... simplemente querían cosas distintas, y al parecer él quería a alguien distinta ahora. Pero decidió dejar de lado esos sentimientos y centrarse en su novia.
-Peter, tenemos dos horas libres porque faltó la de Historia. Querés venir un poco a mi cuarto vacío y seguimos lo que empezamos anoche? –Y ahí estaba de nuevo, Lali básicamente le estaba ofreciendo sexo en su cuarto por dos horas y el no sentía nada.
-Quedé con los chicos. –Dijo rápido. –Chau. –Sin besarla agarró su mochila y salió disparado por la puerta. Lali se quedó parada ahí, en el medio del salón, tratando de decifrar la actitud de su novio.
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Cuando el horario escolar termina, decide volver a pensar en Lali. Como luego de que rechazó lo que ofrecía en el salón de Literatura la evitó todo el día. No podía distraerse. Era el primer día del año. Simplemente estos sentimientos NO podían estar surgiendo ahora. Y usualmente su mente se ponía en marcha cuando veía a Lali, entonces decidió evitar esos sentimientos al evitar a la fuente de todo pensamiento: Lali. No quería hacerla sentir mal, realmente era lo último que quería, odiaba ver esa mirada rota que le daba cuando pensaba que había hecho algo mal…capaz ése había sido un error de él. Siempre le echaba la culpa a ella y ella, teniendo un complejo de culpa, tomaba toda la responsabilidad. Debería pararla y hacerse cargo de sus errores, pero así es más fácil. Él está limpio, y sabe que es egoísta pensar así, pero no le importa.
Está caminando por los pasillos cuando vislumbra en uno de los salones una cabellera colorada y rizada. Como si se tratara de un imán es atraído hacia ese salón y queda parado en el umbral de la puerta, viéndola mientras escribe muy concentrada. Está sola y él esta solo.
-Hola. –Saluda él. Ella levanta la cabeza, y lo mira. Instantáneamente le regala una sonrisa de oreja a oreja y se levanta de su silla y camina hacia el. Lo saluda con un beso de prepo en la mejilla. Peter decide que le encanta.
-Hola… Jenny, no? -Se hace el interesante. Siempre funciona.
-Sí! –responde entusiasta. –Te acordaste mi nombre. –dice con ternura.
-Imposible olvidarlo. –le asegura él. Y ella sonríe nuevamente. -Hablando eso, noté tu ausencia en la clase de Historia de recién...
Ella sonríe otra vez. –No me inscribí a esa, Peter…
-Por? –pregunta.
-Hay una razón por la quieras que me inscriba? -pregunta ella con una sonrisa.
-Pasar tiempo conmigo no es suficiente? –dice y finge estar realmente ofendido. Ella se ríe y él nota una risa ligera saliendo de sus labios finos, labios finos y elegantes.
-No sólo pasaría tiempo con vos… -contesta ella. –No está ahí tu grupo entero de amigos? Junto con tu… novia? –dice y teme la reacción del chico que le gusta.
-Sí, pero no estamos haciendo nada malo, soy sólo un amigo invitando a su muy linda amiga a que se una a mi clase preferida.
-Es tu clase preferida? –sonríen los dos.
-Sos pésima cambiando de tema, colorada.
-Colorada?
-Ya tenés un nickname por Peter Lanzani, podés morir tranquila. –Ella se ruboriza y él siente un nudo inexplicable en el estómago.
Peter no se da cuenta de todo el rato que pasa simplemente charlando con Jenny, recién se dan cuenta de que pasaron dos horas y está oscureciendo. Mira su reloj y ve que ya casi son las siete y media de la noche. Deciden irse a comer algo juntos. Como amigos.
Se sientan en la cafetería del colegio juntos, los dos comparten una pizza margarita, con tomate y rúccula y empiezan a hablar de nuevo. Peter ya no se siente aburrido. Empieza a llegar la gente y Peter ve a Nicolás, Simón y a Gastón que lo saludan y lo miran extraño, Jenny los saluda con su siempre presente sonrisa y los invita a sentarse, pero ellos, cordialmente niegan.
Luego justo cuando él y Jenny terminaron de comer y se están por ir, se tropiezan con Eugenia, que busca a Lali por todas partes. Y su expresión de preocupación absoluta deja a Peter algo sorprendido.
-Peter qué carajo hacés acá? Viste a Lali? –se calma momentáneamente para ver la situación ante sus ojos, con quién está Peter y el modo que el pasa su brazo por la cintura de ella. Su mente se aclara y decide que este no es el momento para hacer un escandalo. Es momento de buscar a Lali –Peter vení conmigo, tenemos que buscar a Lali. –Peter la mira con ojos grandes y abiertos. No entiende porque Euge está tan neurótica ni qué pueda estar pasando que sea de tanta urgencia.
-Euge, calmate un toque, y explicame, qué pasó?… -pregunta simplemente Peter. –Todos notaron de acá a la China la expresión levemente celosa de Jenny, que se alejó un toque de al lado de Peter.
-Peter no encuentro a Lali, es importante esto. -Eugenia decide ignorar la situación presente y enfocarse en lo importante ahora. Que es Lali. Y DÓNDE está Lali. Y por qué NO APARECE Lali?
Peter se levanta de la mesa, y agarra la mano de Euge.
En ese instante llega Lali, con una expresión devastada en el rostro, hablando por celular con alguien más y tratándo de que las lágrimas que se mueren por caer y mojar sus mejillas no lo hagan. Lali corta la llamada de celular bruscamente y Euge se acerca a ella con siguiendola.

Lali mira a Eugenia y con ojos brillosos de lágrimas, le implora. -Sacame de acá. -Pide con voz leve como un suspiro. -Sacame de acá, Eugenia, por favor.
-Lali, amiga, ey… -Euge trató de hablarle. –Lali, mirame y decime que pasó.
-Sacame de acá -dijo con la voz quebrada. Peter y Euge la agarraron de las manos y la llevaron a su habitación, donde la sentaron en la cama y Lali finalmente se dejó quebrar y llorar y largar todo. –La encontraron… -Lali empezó a respirar entrecortadamente y se aferró a Euge, ella la agarra y le pasa el brazo por el hombro, mirándola sufrir y sufriendo ella también. –La… la encontraron… muer-…muerta. Muerta, la encontraron muerta. –Logró decir finalmente. Eso fue suficiente como para que Peter saliera de su trance y se aferre a Lali como si su vida dependiera de ella.

Al parecer el drama había vuelto... tanto que se había quejado.

Y había vuelto para quedarse.

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Okay, sinceramente no esperaba esto, pero esta historia la tengo hace bastante sentada en mi escritorio y luego de editarla un poco, pensé, "Por qué no subirla?"

No puedo decir que siento el mismo amor por estos personajes como el que sentí hace un tiempo cuando la escribí, pero necesito distraerme un poco de la vida y esto siempre ayudó.

Dije que era posible que volviera a esto y acá estoy. Beso enorme.