lunes, 28 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 46

Hola!! Acá vuelvo con más... Chicas, capítulo fuerte. No quiero revelar nada más. De ahora en más, la historia va a cambiar radicalmente. Solo eso tengo para decirles. BESO ENORME. No pude poner foto, problemas tecnicos de blogger me imagino.---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Muchas veces pasa que cuando todo parece estar yendo considerablemente bien, alguien decide contar una verdad que cambiaría todo. Estaba empezando el noveno mes de embarazo, Cristóbal les había comunicado que tenían la fecha del parto para el 30 de diciembre, Lali estaba sentada en uno de los bancos altos de la cocina desayunando junto con Peter.
Estaban raros. Muy raros… La causa probablemente se debiera a los nervios de la paternidad inminente de los dos, o a que se estaban llevando tal vez demasiado bien… o quizá simplemente que la noche anterior…
-Peter, tenemos que hablar del beso. –soltó Lali de repente, Peter se atragantó con el café caliente.
Varios minutos se fueron mientras se aclaraba la garganta, aun así, cuando hablo la voz le salió ronca. –Te parece?
Lali arqueó una ceja. –Sí, me parece, Pitt.
-Es que no hay nada de qué hablar. –Dijo tomando un sorbo del café.
-A mí sí me parece, Peter. –Y en un susurro añadió. –Me parece que nos equivocamos…
-Decís? –dijo mirando para abajo.
-Digo! –pero no sonó muy convencida. –Aunque… poniendo las cartas sobre la mesa, estuvo muy bueno… Estuve muy bien, no? -dijo con una pinta de orgullo en la voz.
-Increíble, no… Como que me desinflaste la boca… -Dibujando la sonrisa de costado, dijo. –Yo también, no?
Lali le agarró la cara con las manos y abrió mucho los ojos. –Me parece que fue uno de los mejores que me diste.
Peter alzó las cejas. –Sí…  Ey, Pablo, vení, estamos… desayunando. –Lali mordió una galletita de chocolate y Peter tomó otro sorbo de café, Pablo estaba en la entrada de la gran cocina con una expresión en el rostro difícil de describir… sufrimiento? Contrajo su rostro y le sonrió a Pitt y Lali.
-En realidad… esperaba hablar con vos. Podés… venir un segundo?
Lali se mostró sorprendida. –Esperá, Pablo! Qué le vas a decir a Peter que yo no sepa? –dijo ofendida. –Porque yo también lo tengo que saber. –Hizo ademán de levantarse de la silla pero Peter se apresuró a detenerla.
-La, no, mejor te quedas sentadita… No te muevas, yo ya vengo. –dijo Peter, no pudiendo ocultar la preocupación en su rostro.
-Me estás jodiendo, Peter? Quiero saber! –En ese momento parecía una nena. –Pablo sentate acá y me contás a mí también, dale! –pidió.
Pablo suspiró. –No, Lali, en otro momento te cuento, ok? Esto es algo que tengo que hablar con mi hermano. –dijo seca y seriamente.
Lali abrió la boca ofendida y sorprendida. –Pablo… -abrió los ojos también. –Vos me contabas todo a mí!
-Lali, en otro momento, vamos, Pablo. –Peter agarró a Pablo de la muñeca y se fueron a hablar al living.
Mientras se sentaban en los blancos sillones, Peter se apresuró a decir –Yo… yo también te necesito contar algo.
Pablo volvió a dibujarse una expresión de sufrimiento en el rostro. –Qué cosa? –parecía que tuviera miedo de oír la respuesta.
Peter suspiró. –Ayer… ayer besé a Lali. –Pablo alzó las cejas y abrió mucho los ojos. –Sí… fue… fue muy… Lo único que te puedo decir es que nunca nos habíamos besado así, Pablo… fue muy loco. No tengo palabras para describir ese beso. La sigo amando, carajo.
-La… la seguís amando? –preguntó Pablo, aunque le habían dado la respuesta ya. –O sea, enserio? No la vas a engañar de nuevo.
Peter cerró los ojos y dio un puñetazo en la mesa. –Pablo! Yo nunca la engañé. Hace años… bueno, es complicado de explicar y no creo que me creas… cuando me encontraron… Cuando me encontraron en el granero, yo… yo estaba… María me había drogado. No era yo, hermano.
-Cómo? –sonaba un tanto desilusionado.
-Yo nunca hubiera engañado a Lali yo la amaba… la amo, entendés?
-Lo que… lo que no entiendo es por qué… por qué… Cómo te drogaron?
-No sé, María me puso algo en el agua. Yo la tomé como un pelotudo y me hicieron una cama. Fue eso! Cuando Lali se entere…
-Cuando Lali se entere qué…?
-Cuando ella se entere… no sé, capaz volvemos, no? Es lo que más quiero, hermano, soy feliz! Te lo juro, estoy contento. –Y su cara no mentía, mostraba una sonrisa de oreja a oreja. –Voy a tener una hija, vos entendés eso? Yo?! Todavía no me cae la noticia, pero estoy feliz, y no puedo esperar a…
-Peter, esperá… te tengo que confesar algo… -dijo Pablo con esa expresión de tortura en el rostro.
-Qué? –dijo Peter sonriendo y juntando sus dos manos. –Dale, contame, estoy para vos, hermanito.
-Peter… esto no es fácil –le advirtió Pablo. –Yo… no elegí esto, para nada lo elegí. Quiero que sepas eso desde un principio. Entendés?
Peter sonrió confundido. –Sí… no veo a donde querés llegar.
-Peter, últimamente me están pasando algunas cosas raras… -Peter rió involuntariamente. –Algunas cosas raras con respecto… con respecto… a…a…
-Hablá, boludo! Dale! –dijo Peter impaciente, sin que se le borrara esa sonrisa.
-Peter, creo que me estoy… enamorando de Lali.
La sonrisa se borró en cuanto Pablo pronunció esas palabras. En su lugar apareció una expresión dura y fría. Pero a la vez furiosa. –Qué carajo acabas de decir? –preguntó levantándose de un salto del sillón. Pablo se levantó junto con él, su rostro ofrecía nuevamente ese aire de sufrimiento y traición.
-Que me estoy enamorando de… Lali. –dijo tímido pero seguro.
Peter lanzó una puteada. –Te estás enamorando? No te enamores! No te enamores!–dijo abriendo desmesuradamente los ojos. Hubiera sido cómico de no ser tan… no cómico.
Pablo se pasó las manos por el cabello castaño claro, casi rubio y curtido por el sol. –No me estoy enamorando… -dijo al fin.
Peter suspiró. –BIEN! –Lo interrumpió.
-…Quiero decir que ya me enamoré. –dijo con la cabeza gacha.
-NO! No! No, carajo! Justo ahora! –Luego, mirando para arriba y levantando el dedo índice dijo desesperado. –Una bien, te pido, una bien. 
-Peter, quiero que sepas que no elegí esto… Yo no… No… no quise, me entendés?
-No! No te entiendo! La verdad que no. –dijo esta vez, fuera de sí. Gritando.
-Peter, A VER SI LOGRÁS COMPRENDER QUE YO NO ELEGÍ ESTO? –Gritó Pablo, aún más fuerte.
-Es que no lo entiendo? –dijo angustiado el hermano mayor. –No sé… ella alguna vez…? Alguna vez te dio cabida? Se te insinuó?
Pablo suspiró. Estaba arrepentido, se había salido de sus casillas, había respondido mal. –No, Peter, jamás… Pero…
-Pero qué? –respondió  bruscamente.
-Peter –dijo Pablo bajito, casi en un susurro. –Cómo no me iba a enamorar de ella?
-Porque es tu cuñada, porque sos como su hermano! Siempre te trató como su hermano! Que vos fueras lo bastante boludo para no distinguir entre un abrazo amistoso o amoroso es tu puto problema! –dijo Peter, de vuelta fuera de sí. –Pablo, estoy a punto de volver con ella, voy a tener una hija con ella! –dijo esta vez más calmado, como si intentara convencer a Pablo.
-Peter, no lo pude evitar. De pronto me encontraba en las noches en la cama pensando…
-En mi chica! –Dijo Peter cubriéndose el rostro con las manos y caminando en círculos por todo el living.
-No es tu chica –dijo Pablo en un susurró
Peter hizo caso omiso del comentario de su hermano –Pensabas en ella mientras estabas en la cama, enfermo? -Espetó con todo el asco que pudo en la voz.
-Peter –su voz, casi suplicante. –Peter, yo…  vení, sentate. –Peter se sentó al fin y dejó que Pablo siguiera. –Creí, creí que era solo una calentura y… estuve, es decir, me acosté con otras chicas, pero mientras estaba con ellas lo único que pude pensar fue en Lali. No… No… no me sale de otra forma.
-Enfermo! Sos mi hermano!
-Peter, esto no lo elegí! –le grito él por sexta vez, más o menos. –Todavía no entiendo para qué me decís esto.
-Me carcomía la culpa, Peter… -dijo con los ojos vidriosos. –No podía soportar amar a la esposa de mi hermano, la mujer que él ama. No podía, no puedo.
-Y qué carajo querés que haga con tu confesión?  -dijo Peter, de nuevo caminando en círculos por todo el living.
-Yo… yo te la tenía que contar. Lo tenía que hacer. Peter, yo la amo. –dijo desde lo más profundo de su corazón.
-A quién amás? –preguntó Lali con una sonrisa, comiendo una galleta de chocolate y caminando hacia el sillón, donde ninguno de los hermanos estaba sentado. 





domingo, 27 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 45

Sí, ya lo sé. Las re abandoné, no? Es que estuvo muy floja mi inspiration lately...Sorry. En serio, yo me pongo es sus lugares porque soy lectora y odio que me dejen con intriga es que... no estoy inspirada para Amor Arreglado. :( Ojo, para la otra que estoy escribiendo estoy super inspirada... pero para esta... no. Pero bueno. La inspiración volvió! BESO ENORME. Comenten, tiren ideas no sé. Y que no sean que Lali y Peter hablen y se reconcilien! Piensen algo más interesante, más picante! Quiero problemas, drama! Ayudenme a resolver esto. sé qué rumbo va a tomar la historia, pero mientras tanto no tengo material! ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


La dejó sola en la habitación. Se fue dando zancadas grandes y furiosas. –La puta madre! Por qué carajo la conocí? –gritaba cuando llegó afuera. Pateó la arena. Corrió como un loco por la orilla del mar. Gracias a Dios que estaba desierta la playa. Le había dicho lo que sentía y ella lo desechó así como si nada. Por más que dijo que lo amaba, lo había rechazado. Lloró y lloró… pero lo rechazó. Me rechazó. A mí. A Peter. No, era inconcebible, carajo.
De vuelta en la casa, Lali estaba acurrucada en su cama. Tuvieron que pasar semanas, antes de que Lali y Peter tuvieran una conversación sin echarse miradas asesinas, ni miradas sugerentes, fulminándose con la mirada, ni nada de lo que hacen las personas normales al conversar tranquilamente.
Pablo, como podía, la remaba, trataba de hacerlos reír, de sacarlos de sus pensamientos cuando se quedaban como en un coma, más o menos… Era difícil. Pero, bueno. Luego de semanas, se podía decir que habían alcanzado el nivel de comunicación normal para lo complicada que era la situación.
Cristóbal venía con mucha frecuencia, nadie lo llamaba, pero venía cada dos semanas a hacerle chequeos a Lali. Por supuesto todo iba perfectamente normal, pero él insistía en venir. Pero como cada vez que venía, venía con el ecógrafo, nadie protestaba.
Mecha se había ido un mes después de la isla debido a que tenía que solucionar unos trámites de la muerte de su esposo y organizar algunas cosas. La despedida no fue del todo… estuvo más o menos bien… como que fue un desastre.
-Ma, estás segura que no querés que yo me ocupe de ese tema? Mirá que yo puedo. –se ofreció Peter por enésima vez.
-No, hijo, vos tenés otras cosas más importantes de que preocuparte. –Señaló a Lali con la mirada. –No te preocupes por mí.  –Dijo mientras se ponía la mano en la frente y dibujaba en su rostro una expresión típica de las tragedias.
Pablo suspiró disimuladamente, Peter también. Lali, por el contrario bufó y suspiró sin el menos disimulo.
Mecha se hizo la tarada y no le contestó nada. –Hijitos, los amo con toda mi alma. –Abrazó a sus hijos, trágicamente también, como si no los volviera a ver en toda su vida. Los llenó de besos, los abrazó, lloró.
Casualmente, Lali ese día estaba muy irritada (por si no era obvio). Le molestaba ver a Peter, a su suegra, a María, a las mucamas que le tiraban onda a Peter y a Pablo (porque ahora también le tiraban onda a Pablo), le molestaba que se hubieran terminado las frutillas, le molestaba que nadie hubiera comprado más y le molestaba ese dolor de cabeza constante que estaba teniendo. Sobre todo le molestaba, le irritaba y le jodía el llanto incesante de su suegra.
Con un sollozó increíblemente fuerte, los siguió abrazando y besando a sus hijos. –Bueno, basta! Ya está! –dijo Lali molesta.  –Corte el llanto.
-Perdón? –Su suegra salió de los brazos de sus hijos. –Nena –puso la cara más trágica de víctima y mártir que pudo. –Se acaba de morir mi esposo! Lo menos que me sale hacer es llorarlo, nena. Pero claro, nena, vos no lo entenderías… Siempre rebelde, desubicada, malcriada, nena rica…
Lali abrió mucho los ojos y la boca y lo miró a Peter y a Pablo con los ojos mesuradamente abiertos. –Perdón? A ver, Mecha, primero que nada, nena rica, nena rica! Nena rica!!? Yo? Nada que ver, yo tengo más calle que usted, sus hijos y toda su familia… Y sí, mi familia tenía guita, pero no tengo nada de nena rica ni de malcriada!
Su suegra la miraba con la boca abierta, sin emitir ningún sonido, ante los gritos de su nuera.
-Además! Usted llora, porque me enteré que su esposo… No la incluyó en el testamento! –le gritó Lali con los ojos en llamas y una sonrisa de suficiencia. Lali se calló unos instantes para respirar, se dio cuenta de que todas las mucamas de la casa la miraban, incluidos los Lanzani.
-Qué desubicada! Hijo! Vos viste lo que tu esposa me dijo? –Mecha estaba escandalizada.
-Sí, mamá. No es nada nuevo. –dijo Peter en un suspiro. –Te acompaño a la lancha… Venís, Pablo?
-Ehh, sí, ya venimos, Lali…
Lali suspiró muy enojada. –Hagan lo que quieran. –Se sentó en el sillón bruscamente.
Luego de que se fuera su suegra, las cosas se tranquilizaron por la casa, el embarazo estaba en su sexto mes. Pero Lali, de igual manera, no dejaba de hacer nada por el embarazo, ella hacía de todo. Iba, venía, caminaba, saltaba, corría, danzaba… Típica Lali. A pesar de que Peter le insistiera, claro.
Una tarde, a las cuatro, más precisamente, estaban Pablo, Peter y Lali en el living mirando películas. Miraban películas muy a menudo porque la colección de películas de los Lanzani era semejante a la de un video club. Como siempre las frutillas con crema, no faltaban.
Entonces, estaban los tres mirando una película de terror, las favoritas de Lali, y comiendo las infaltables frutillas cuando…
-Peter, podrías venir un toque? –Lo llamó María “inocentemente”. María, a diferencia de amiga, Mecha, no se había ido. Lali estaba muy molesta por ese hecho, pero no decía nada, de hecho, esperaba que Peter tuviera las pelotas como para echarla de la casa.
Pero, no. En los dos meses que hacían de que su suegra se había ido, María se había quedado… o sea, no era que tenía un trabajo muy demandante, y que era super solicitada y exitosa? Qué carajo hacía en una isla por tantos meses, entonces? Lali no lo entendía.
-Ehh… sí, qué precisas? –Peter se levantó del sillón vacilante, intercambió una mirada con su hermano.
-Me abrochás el corpiño? –Pidió con una sonrisa “tímida”. Lali puso los ojos en blanco.
Aunque con Peter las cosas estaban lejos de estar bien, le molestaba ver que la tocaba a ella. Le irritaba. Decidió usar el as bajo la manga.
Puso su cara más tierna posible y exclamó. –Ay! Pitt, la nena está pateando! –Si algo no se podía decir de Peter era que no le importaba la nena, cada vez que pateaba, Pitt estaba ahí, cada vez que venía Cris con el ecógrafo, Pitt estaba ahí. No se había perdido ni un solo chequeo. Era un padrazo.
Peter soltó el corpiño y se fue al lado de Lali inmediatamente. Puso una mano en la panza de seis meses y luego con sumo cuidado puso la oreja. –La miró a Lali con una expresión en el rostro que solo podía ser descrita como felicidad.
-Ay, Peter! –dijo María con una risita –Te olvidaste de abrochármelo.
-Eh… ahora no, Mery, está pateando la nena, dijo simplemente con una sonrisa, como si en ese momento no importara nada.
-Ah, la nena… -dijo con desprecio.
-Eh, flaca, que decís la nena con ese tono? –dijo Lali enojada. –Metete con alguien de tu tamaño.
-Ey, no te alteres –le dijo Peter. –Se altera la nena si no…
María puso los ojos en blanco. –Peter,  -dijo Lali en un susurro. –Se está burlando de nuestra hija, hacé algo. –La nena pateaba como loca adentro de la panza de Lali.
-Ey… -empezó Peter.
-O sea, Mariana, no dije nada malo, o sí? –se sentó en el sillón con aire resuelto, mostrando sus largas piernas. –Ey, dicen que sale petisita como la mamá? –dijo con una sonrisa burlona.
-Te mato. –dijo Lali tratando de levantarse del sillón, pero Pablo la agarró y la sostuvo.
-La… no te alteres… -suplicó Peter. –Enserio, no te debe hacer bien.
-Hacé algo si no querés que me altere. –le dijo ella a él echando fuego por los ojos.
Lo miró y ella supo que él la tenía clarísima… No era tan boludo, al fin y al cabo.
-Mery, vení un toque. –le dijo Peter. La llevó hasta la cocina y fue muy directo. –Te lo voy a decir así, sin filtro, ok?
-Dale, vos me podés decir a mí lo que quieras, Peter. –dijo ella llevando la mano al pecho.
-Bueno, te tenés que ir. No da para más, ya sé que tuvimos un encuentro… fogoso? Bueno, un encuentro, pero ya está, me quiero concentrar en lo que importa en este momento, que es Lali y la nena.
-Lali no parece querer concentrarse en vos. –Dijo ella despechada.
-No, tenés razón, no parece. –Estuvo de acuerdo él. –Pero quiero estar con ella, de cualquier modo, hasta siendo su ex, pero quiero estar cerca de ella. Te lo pido por favor, quiero terminar en buenos términos, Mery.
Ella suspiró. –Cuando querés que me vaya? –preguntó ella, rendida.
-Ahora mismo si no es problema. –dijo el calmado, sereno.
-Bueno… hago los bolsos y me voy, Peter. Quiero que sepas que… que lo de hace tiempo…
-Lo de hace cinco años?
-Sí, eso, que tus viejos no tuvieron nada que ver. Sí, es verdad, nos trataban de juntar, pero de ahí a drogarte… esa fui yo –dijo ella con una sonrisa de disculpa.
-Todo bien. Bueno, no, todo mal, pero bueno… ya se van a arreglar las cosas, no te preocupes.
-Bueno, Peter, nos estamos viendo?
El negó con la cabeza. –Vos sabés que no, Mery. Fue… divertido mientras duró, pero ya está. Yo la amo a ella.
-Raras elecciones las tuyas… -ella se carcajeó.
-Raras, pero las mejores. –declaró el con una sonrisa.
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Cuando Lali vio que María salía con cinco valijas de ropa gigantes por la puerta principal se quedó boquiabierta. Pablo también.
-Qué….?
-Ya está –dijo Peter frotándose las manos. –No hay más nadie en esta casa, además de nosotros tres y las mucamas. Que les dí el día libre.
-Pitt… vos la echaste a María? –dijo Lali muy despacio.
-Sí. –Lali empezó a saltar de alegría.
-No lo puedo creer! Gracias! –Lo abrazó a Peter. –Gracias! Gracias! Gracias! Peter, la echaste! –dijo sin creérselo todavía.
-Sí, la eché… Bueno, no es que la eché, fue más como una invitación a tomarse el palo.
-Bien! –dijo ella sonriendo.  Inclinándose más solo para que Peter pudiera oírla le dijo. –Estoy orgullosa de vos, igual… no te emociones porque es la primera y última vez que me vas a oír decírtelo. 

martes, 22 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 44

Holaaaa, ya lo sé, como que las abandoné un poco, no? Bueeeno, sorry, la inspiración se me fue por bastante tiempo... No sabeeen! me bajó una idea genial para una nueva novela. La empezé a escribir hoy. Saben como se me ocurrió? Estaba rememorando viejos tiempos y me puse a ver CA 2009. Los primeros caps que Thiago esta muerto por luna y eso? Y la empezé a putear en vos alta, porque soy asi de rara... y de pronto me encontré escribiendo una historia en mi mente. Nah, estoy muy conenta, despues de que termine AA (amor arreglado) tengo dos novelas más... todavía no estan terminadas... sí, estoy escribiendo tres a la vez. Qué loco. Bueeeno. acá va, BESO ENORME. Aviso las que no puedan ver Solamente Vos vayan a la pagina más patetica del mundo: sintelevisor.com Ponen el trece y a las nueve y media, horario argentino, ven SV. Beso. chau. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


-Ay, mi amor! Qué buen jefe sos! Pero, acá entre nosotras, Barbie… Es mucho mejor amante, una lástima que solo yo pueda corroborar eso, no? –dijo Lali con una sonrisa radiante. –Mi amor, besame, vamos a la cama? –dijo con una sonrisa.
Listo, Brenda no tenía nada más que decir. Lali la había dejado sin palabras. Peter estaba estupefacto también.
-Vamos! –dijo con una cara de feliz cumpleaños mientras Lali lo guiaba hasta su habitación.
Al llegar, Peter la agarró delicadamente y la empezó a besar lentamente, pausadamente, pero luego el beso se fue haciendo más pasional y Lali obligó a cada célula de su cuerpo a parar. No, no se podía permitir volver a caer. Ya habían sido dos veces. DOS. Sí caía tres era que era una pelotuda. No. No se lo iba a permitir.
-Basta, Peter. Yo… yo soy bastante fuerte pero…
-Estás fuerte, muy fuerte, mi amor, te partís, rajás la tierra. –dijo volviéndola a besar.
Lali se separó. –Vos me estás jodiendo? Me estás jodiendo? –repitió. –No me toqués! –dijo al ver que Peter la abrazaba. –Salí, Peter- dijo seria y determinada.
-Eh? –Pitt no entendía nada, le acababa de decir que rajaba la tierra y se ofendía? –Mi amor, qué decís –preguntó con una sonrisa socarrona.
-No me digas “mi amor”, no soy tu amor. –respondió ella determinada en negarse.
-Esto es algo de los cambios de humor del embarazo? –preguntó Peter muy, muy confundido. –Me perdí, Lali.
-No entendés nada! –gritó ella.
Él estaba confundido. –Lali, hablando se entiende la gente. –Lo último que quería hacer en ese momento era hablar, dicho sea de paso. –Me podés explicar, sin rodeos, por favor, qué pasa?
-Caí una vez. Caí una segunda vez –señaló la panza. –No me voy a arriesgar a caer una tercera vez. –Dijo seria. –Vos sabés que yo siempre voy delante, que no tengo miedo a arriesgarme… Pero te conozco demasiado… Y no confío en vos para nada, Peter. Yo te quiero. Es más, hasta te diría que te amo. Te amo! –dijo con lágrimas en los ojos. –Pero soy incapaz de confiar en vos. No… no entiendo por qué me tuviste que traicionar con María, por segunda vez, cuando estabamos a punto de volver, idiota!
-Estábamos a punto de volver? –dijo como si recién se enteraba –Íbamos a volver? –repitió estupefacto.
-Obvio… yo quería. Ahora… no. Yo sé que no tengo ningún derecho a pedírtelas, pero necesito explicaciones… -dijo llorando.
-No eran que no las querías.
-Una cosa en no quererlas, otra cosa muy diferente es necesitarlas. Necesito una explicación. –insistió ella.
-Yo… luego de lo de Gastón. Me sentí mal, traicionado, porque yo también me siento así! Y nada… no tuve tiempo de enojarme con vos, Lali! No tuve. –dijo él serio. –Y después apareció la nena, que ta, es inesperado, pero no puedo estar más contento, La. No puedo, estoy feliz, qué querés que te diga? –dijo acariciando el vientre.
-Al grano, Pitt –dijo con voz quebrada. No estaba enojado, le había dicho Pitt.
-Nada, La… yo… soy un ser humano, me equivoco… Tropiezo con las piedras.
-Sólo un ser humano como vos tropieza dos veces con la misma piedra. –dijo sarcástica. Ya había pasado lo peor… Si Lali hacía un chiste, ya había pasado lo peor…
-Y bueno… Nada, mi enojo fue canalizado por el lado de la lujuria.
-Patético.
-Y sí. Si me das otra chance… yo… yo sé que te puedo hacer feliz. Yo quiero hacerte feliz, La. Te quiero con todo mi ser. Te amo. –La beso de prepo y ella resistiéndose lo alejó.
-No. No entendés que me hace mal?
-No, te hace bien, nos hace bien, La. Dame una chance. La última. La tercera es la vencida, Mariana. Te amo.
-Peter. –dijo simplemente. –Cuando una persona como yo pierde la confianza, es para siempre. Lo mejor… y lo más sensato… Por dios, yo acabo de decir eso? –exclamó horrorizada ante lo que había dicho –Qué frase de adultos, Dios… -Peter se rió muy a su pesar. Era graciosa hasta cuando se quería poner seria. –Pitt, lo mejor, va a ser pretender que esto no sucedió. Vos… estás con el quilombo de tus viejos… de tu vieja… Y yo, no puedo esperar a irme de acá.
-Cuando nazca te juro que nos vamos, La. Te lo juro.
-Cuando nazca me voy yo, sí o sí. Peter, me da mucha lástima decir esto… pero no confío más en vos. No puedo. –dijo llorando. –Por más que quiera y me muero de ganas, creéme, no… Vos te tenés que buscar a alguien que te quiera como yo –Medio imposible pensó Lali. –Y yo a alguien que me quiera más que vos.
Peter estaba serio, furioso. –Nunca, vas a encontrar a ese alguien que te quiera más que yo. Si querés pretender que nunca tuvimos esta charla ni que nunca pasó, bien por vos. –dijo hablando molesto, enojado… frustrado.
-Peter… -Lali suspiró. –Por favor te lo pido. –dijo suplicante, tenía la cara roja por la lágrimas.
-Todo bien. Todo bien. –dijo con los nervios y el enfado a flor de piel. Quería romper algo. Ojala nunca la hubiera conocido.
-Peter abrazame –dijo llorando –abrazame, Pitt.  –pidió ella mientras ponía las manos en la panza. Se obligó a dejar la furia y las ganas de romper algo para después. Automáticamente. Casi como un robot se sentó en la cama y la abrazó.
Él no hizo otra cosa que no fuera abrazarla durante la última media hora. La nena pateaba… Pateaba. Y el abrazaba a Lali. Solo la abrazaba.
-Lali, ya está, tenés que comer algo. No almorzaste hoy…
-No tengo hambre. –dijo acurrucada. –Tengo sueño. –dijo separándose de él. –Tengo mucho sueño, Pitt.
-No, dale, Lali, ahora comés algo, dale… Yo… yo voy a buscar a Pablo. Te parece?  -dijo con una voz que no era propia de él. Parecía otra persona.
-Andá, pero no me traigas nada para comer, enserio… No… no podría tragar nada. –Era verdad, tenía un nudo en la garganta –Enserio.
-Lali… -dijo mientras se levantaba de la cama. –Cuando quieras comer algo andá a la cocina… voy a pedirles que te dejen algo listo… Vos, … no sé, dormí.
La dejó sola en la habitación. Se fue dando zancadas grandes y furiosas. –La puta madre! Por qué carajo la conocí? –gritaba cuando llegó afuera. Pateó la arena. Corrió como un loco por la orilla del mar. Gracias a Dios que estaba desierta la playa. Le había dicho lo que sentía y ella lo desechó así como si nada. Por más que dijo que lo amaba, lo había rechazado. Lloró y lloró… pero lo rechazó. Me rechazó. A mí. A Peter. No, era inconcebible, carajo. 

sábado, 19 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 43

Hey! Acá estoy, wow, eso se lleno muy rápido de firmas, y desde lo más profundo de mi ser... GRACIAS. Me encanta que se hayan enganchado... Ey, critiquen, sin miedo...Enserio, si tienen algo para decir diganlo... Acá va el siguiente. No les quiero poner una foto que sugiera algo porque quiero que se enteren mientras lo van leyendo, así que pongo una cualquiera. BESO ENORME. Ahora voy a tardar un poco más porque voy a tener que escribir más... Okay? -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



-Dónde están todos? –preguntó Lali refiriéndose a Pablo, María y su suegra.
-Ni idea –dijo Peter encogiéndose de hombros –Se pierden ellos la comida.
-Eh, sí. –dijo Lali quitándole importancia. –Hablando de la comida… qué hay para comer? –preguntó ella.
-Yo –respondió la mucama que le tiraba onda a Peter. –Digo… yo les sirvo los spaghetti con salsa bolognesa.  
-Divina –dijo Lali con una sonrisa que claramente indicaba que no le caía bien la mina.
-Dale, y también servite un plato a vos y comé con nosotros. –le dijo Peter amablemente.
-Yo, enserio, señor Lanzani? –dijo entusiasmada y regodeándose con la cara de sorpresa y estupefacción de Lali mezclada de celos.
-Claro… Brenda, me dijiste un día, no? –dijo usando toda su artillería en su encantadora sonrisa.
-Sí. –dijo ella con una sonrisa seductora. –Se acordó.
-Comemos? –interrumpió Lali. Junto con su silla con la de Peter. –Contame, cuantos años tenés, querida? –le preguntó Lali para hacer conversación.
-Veinticinco. –dijo con la mirada clavada en Peter. –Usted…?
-Veintiuno, mirá que casualidad… Peter tiene veintiséis, es un viejo, no? Che, viste al hermano de él, se parte, no? –dijo hablando muy rápido. –Se llama Pablo, harían re buena pareja ustedes dos, no? Re, re, re buena pareja, no mi amor?
-Pablo se parte para vos? –preguntó.
-Obvio, mi amor! –dijo Lali con una sonrisa, contenta de tener el control de la situación nuevamente. Pero no estaba terminado.
-Contame, Brenda… Trabajás acá hace mucho? –preguntó Peter, queriendo recuperar el control.
-Sí, hace seis meses, se acuerda que usted me entrevistó?
Peter puso los ojos en blanco. –Sí, claro, me acuerdo perfectamente ese día… Yo estaba usando… un traje –Siempre usaba trajes. –Sí, con corbata…
-Sí! –dijo ella muy contenta de que Peter le estuviera prestando toda su atención a ella.
Peter le volvió a sonreír y Lali viendo esto e hirviendo de celos dijo. –Amor, quedate con… Barbie y yo voy un rato a la portería. Tengo que hacer unos trámites personales, dale?
-Brenda –le corrigió la mucama.
-Sí, Brenda, Barbie, lo mismo querida, sos rubia…
-Con quién? –preguntó Peter sin darle bola y comiendo su comida.
-Mi amor, que sobreprotector! –dijo tiernamente mirando a Brenda –No sabés lo sobreprotector que es… No, te morís. –se sentó en la falda de Peter y la volvió a mirar. –No, un divino mi marido…
-Sí, mi amor… Vos no tenía que ir a hacer unos trámites? –dijo y luego se puso a hablar con la mucama hueca.
-Sí… mejor me voy –dijo levantándose de la falda de Peter enfadada de que su plan no hubiera resultado y que la idiota, rubia hueca de la mucama, la mirara triunfante mientras charlaba. –Sí, no quiero hacer esperar a Gas… Es muuuy impaciente. –dijo seductoramente. Listo había utilizado su última y más letal arma… Bueno, no la más letal ni la última, pero la que estaba dispuesta a usar en ese momento. No daba manipularlo con la nena. No quería ser ese tipo de mujer.
-Cómo? –respondió Peter alterado por primera vez e interrumpiendo su charla.
-Sí –dijo Lali inocentemente. A Peter lo mató esa expresión en su rostro. –Tenemos… un negocio entre manos, se podría decir… Y tengo que atenderlo… y él me tiene que atender a mí… Así funcionan los negocios, no? –dijo seductoramente esta vez.
Brenda trató de llamar la atención de Peter, pero ya la había perdido… -Eh, señor… le hablé de…
-Cómo qué te va a atender? –dijo celoso hasta los huesos. Y furioso. La sentó arriba de él.
-Eh… señor Lanzani…? –dijo tímidamente la mucama.
-Perdón? Qué hacés? Yo hago lo que quiero, mi amor! –dijo inocentemente de nuevo. –Me parece que la charla de “No me mandás” la tuvimos hace tiempo, no?
-Sí… pero…
-Pero nada, mi amor… -dijo Lali triunfante. –Me tengo que ir, vos seguí hablando con Bárbara…
-Brenda… -dijo frustrada la rubia.
-Eh, sí. –dijo Lali sin importancia. –Chau, amor.
Peter la retuvo –No. No te vas nada.
-No me mandás, ya lo hablamos… -le advirtió ella.
-Tenés razón. –Y con ese le agarró la cara y le estampó un beso que la sorprendió y la dejó sin aliento. Por dios cómo extrañaba sus besos… Por dios, por dios, por dios!!!
Lali le agarró a su vez el rostro con las manos como si temiera que se le fuera a escapar y le devolvió el beso con más intensidad. Y sus lenguas empezaron a jugar, entrelazándose. Peter recorrió con sus manos el pelo de Lali. Tenía un extraño olor a frutillas.
Peter, a su vez se lo devolvió más intensamente, y Lali aún más. Qué increíble, Dios, cómo había podido vivir tanto tiempo sin los labios de Lali? Eran los mejores besos del mundo. No, no quería parar. No quería parar. Jamás.
Definitivamente, tengo que reconocer que es mejor besador que todos los que me han besado, Pensó Lali. –Peter. –dijo ella entonces volviendo de su fantasía. –Peter –volvió a repetir cuando éste la seguía besándose apasionadamente. –Listo, mi amor. Nah! –bastante molesta. –Seguís acá, Barbie? –Brenda seguía allí, pintada al látex, y mirando a Lali con una expresión bastante desagradable.
-Eh… -se levantó de la mesa y miró a Peter con una expresión descaradamente seductora. –Señor Lanzani, me encantó charlar con usted… aunque duró poco, supe apreciar sus palabras. Cuando quiera, reitero, cuando quiera, me llama y continuamos con la charla. Yo lo considero un excelente jefe… y amigo. –dijo la muy perra.
-Ay, mi amor! Qué buen jefe sos! Pero, acá entre nosotras, Barbie… Es mucho mejor amante, una lástima que solo yo pueda corroborar eso, no? –dijo Lali con una sonrisa radiante. –Mi amor, besame, vamos a la cama? –dijo con una sonrisa.
Listo, Brenda no tenía nada más que decir. Lali la había dejado sin palabras. Peter estaba estupefacto también.
-Vamos! –dijo con una cara de feliz cumpleaños mientras Lali lo guiaba hasta su habitación.

Amor Arreglado Capítulo 42

Hola gente, si me dan muchos comentarios les subo otro, y si en el prox me comentan mucho, otro! Ya elegí el nombre. Era el que primero había pensado. Hoy se viene la maratooooon. No, lo escribi sin emocion. MARATÓOOOON. asi esta mejor ;) Bueeeno, ey algo que odio por sobre todo son las firmas con numeros. No sé, me desaniman, quiere que me cuenten si algo les parece mal, no en la historia, porque ya esta escrito, sino en la forma de escribirlo. Enserio haganlo, necesito criticas constructivas. Bueno, las aburri, aca va el cap. BESO ENORMEEEE. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



-Es nena, entonces? Así completamente seguro? -dijo Peter entusiasmado.
-Sí, querés verla?
-Sí! –respondió Peter como si la respuesta fuera obvia.
-Mirá, esta es la bebé. –Indicó Cristóbal. –La ves, Lali?
-No, a ver, mostrame bien, Cris –pidió Lali.
–Ves esta formita? –Lali asintió –Es la nena.
Los ojos de Lali se llenaron de lágrimas. Pero ella no las dejó salir.
-Ey, no llores, La. –le dijo Peter.
-No estoy llorando –dijo con la voz quebrada.
-Es por las hormonas del embarazo, contenela. –Aunque le haya dicho a Peter que la contuviera, fue el Doc él que lo hizo, Cris la abrazó.
-Ehh, sí, yo la contengo, permiso, gracias flaco, por dejarme abrazar a MI esposa, eh…–lo movió a Cristóbal empujándolo ligeramente, y abrazó a Lali por detrás. –Ey, La, no llores –dijo con una sonrisa, Peter.
-Sí lloro. –respondió ella.
Horas después, Lali aún seguía mirando la foto que les había dado Cristóbal. Y seguía abrazada a Peter. Pablo les había dado un momento de privacidad y se había ido a ver a su madre, que seguía mal. Bueno, razonablemente mal.
-Peter, es chiquitita. Es una nenita.
-Sí, viste? Es nena, como vos querías. No va a salir con un profesor, no?
-Si ella quiere, yo no la voy a detener…
-Vos no, pero yo sí.
-Ay, me muero, vas a ser padre cuida?
-Obvio! –dijo Peter- Mucho más si sale como vos…
El efecto de ese cumplido no fue el deseado, Lali empezó a reír a carcajadas. –Nah, ahí restaste puntos, chamuyo barato, Peter… Nunca creí que vos fueras a recurrir a eso… Me decepcionás.
Se mordió el labio y la miró afligido. –Sí, ya sé, caí muy bajo, no? Bue, tenía que intentar…
-Tarado... –le dijo ella simplemente.


Los días siguientes para Lali, Pablo y Peter habían sido soñados. Lali, que debía quedarse en reposo y tranquila se aburría muchísimo, pero Pablo y Pitt charlaban con ella, miraban películas de terror (en las que Peter y Pablo se asustaban increíblemente) , peleaban con ella (en joda, más o menos), reían con ella (ella se reía de ellos) , comían con ella y hasta quisieron elegir nombres (en realidad ellos tiraban nombres y Lali los criticaba, básicamente). Pero se divirtieron bastante. Casi como los viejos (no tan viejos) tiempos.
Por otro lado, Mecha estaba devastada tras la muerte prematura de su esposo. Y María había perdido una cómplice… si así se la podía llamar. Entonces, decidió usar… sus atributos para atraer la atención de todo el mundo.
Usaba trajes ajustadísimos que Lali ahora no podía usar. Se pavoneaba en frente de ellos entre sonrisitas seductoras y se agachaba insinuándose.
-Lali, de cuánto estás? De cinco meses? –preguntó “inocentemente” mirando la panza de Lali cubierta con un vestido rosa clarito ajustado en la caderas (hacía notar mucho la panza) y cortito hasta arriba de las rodillas.
Lali suspiró y cerró los ojos un instante. –No, de tres.
-Ay, porque está enorme la pancita! –dijo con una falsa sonrisa.
Lali le susurró a Pablo –Sacamela de acá porque mi instinto asesino se está despertando y no quiero hacer ningún movimiento brusco…
-A ver, Mery, vamos a ver a mi mamá? Cómo está hoy? –dijo Pablo llevándosela de allí.

-No, Peter, no puede ser, loco. No doy más con esta mina acá! Cuándo se va a ir? Más importante, cuándo me voy yo?
-Perdón. –Dijo con la cabeza gacha. –Yo no tuve nada que ver que ella esté acá, sabés? Y hablando de ella…
-Qué? –respondió Lali bruscamente.
-Nada, me gustaría explicarte… te acordás cuando nos viste a los dos… cómo que en una situación así comprometida?
Lali entrecerró los ojos –No, cómo que no me acuerdo, Peter, tipo, mi vida no gira alrededor tuyo!
-Sí, y claro, te creo y todo, mirá vos…
-No, y es más, vos no me tenés que explicar nada a mí, nada. Porque no somos nada, o sí? –dijo y luego se río.
-No, por supuesto que no, claro que no. Igual me gustaría explicarte. Si me dejás.
-Es que estoy harta de explicaciones. Y vos también estas harto de explicaciones. Los dos estamos hartos de explicaciones, no?
-Sí, pero yo por lo menos las escucho, no? –dijo poniendo los ojos en blanco.
-Está lista la comida, señor Lanzani. –dijo una mucama rubia.
-Gracias… -dijo Peter y la miró a Lali. –Vamos?
Se sentaron a la mesa y parece que la mucama no se fue. Se quedó parada “por si necesitaban algo”.

viernes, 18 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 41

Holaaa, agradesco enormemente los comentarios, me encantaron toooodos. Enserio. Perdón que no subí en todo el día, como bien saben estoy con quilombos familiares y se me complica. Bueno, acá va otro capítulo. Se enteran algo lindo! Chau. Firmen mucho, y pongan sus blogs si tienen, me encanta leerlos. Como siempre digo,, leo TODOS y CADA UNO de sus comments. Me alegran el día enserio. Gracias! BESO ENORME. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



-Qué vas a hacer?
-Me voy a quedar en Buenos Aires, ahí tengo mi vida, mis cosas. Me voy a mudar del apartamento minúsculo en el que vivía…y comprarme otro más grande. No sé, o si no… pensaba ir a Londres con mi hermano. Vos donde viviste estos años?
-En Buenos Aires. Vos estuviste por muchos lados, no? Por eso nunca nos encontrábamos.
-Hasta el año pasado, sí, viví en muchos lados. Pero no puedo hacer más eso.
-¿Y dónde estoy yo en esos planes? –Peter volvió al tema.
-Yo no te voy a pedir nada. Obvio que ya no te puedo borrar. Pero… no sé, hacé lo que quieras.
-Yo no voy a ser un padre ausente, La. –dijo dolido por la acusación. –Voy a estar en cada segundo.
-Qué lindo. –dijo Lali con una sonrisa. –Estás incómodo?
Peter hizo una carita de bebote que hace que Lali casi se muera infartada. Pero ella se recompuso bastante rápido.
-Si, muy incómodo.
Lali sonrió. –Bueno… entonces podés venir y acostarte conmigo.
-Enserio? –dijo con una cara de feliz cumpleaños.
-No, ni ahí. –dijo riéndose.
Al día siguiente, Peter se levantó muy temprano, a pesar de que se había dormido tipo a las cuatro de la mañana. Lali en cambio, se levantó pasado el mediodía, a las dos de la tarde.
No se vistió y fue al living con cara de dormida y en pijama. El pijama en cuestión era un camisón pequeño de algodón blanco, bien ajustado y cortito, en el cuello tenía una moñita rosada. El favorito de Peter. Obvio que ella no se había dado cuenta, también había que recalcar el hecho de que se le re notaba la pancita con el camisón ajustado.
Caminó cual zombie en una película de terror hasta el living, donde los hermanos Lanzani estaban hablando.
-Ey, se despertó. –dijo Pablo. –No es medio tarde?
-No, lo que pasa es que ustedes son una manga de raros. Si me acuesto a las cuatro de la mañana me voy a levantar tarde, dah.
-Estás un poco estresada, no?
-Te parece. –dijo irónica mientras se levantaba y se iba a la cocina.
-Qué vas a hacer?
-Me voy a quedar en Buenos Aires, ahí tengo mi vida, mis cosas. Me voy a mudar del apartamento minúsculo en el que vivía…y comprarme otro más grande. No sé, o si no… pensaba ir a Londres con mi hermano. Vos donde viviste estos años?
-En Buenos Aires. Vos estuviste por muchos lados, no? Por eso nunca nos encontrábamos.
-Hasta el año pasado, sí, viví en muchos lados. Pero no puedo hacer más eso.
-¿Y dónde estoy yo en esos planes? –Peter volvió al tema.
-Yo no te voy a pedir nada. Obvio que ya no te puedo borrar. Pero… no sé, hacé lo que quieras.
-Yo no voy a ser un padre ausente, La. –dijo dolido por la acusación. –Voy a estar en cada segundo.
-Qué lindo. –dijo Lali con una sonrisa. –Estás incómodo?
Peter hizo una carita de bebote que hace que Lali casi se muera infartada. Pero ella se recompuso bastante rápido.
-Si, muy incómodo.
Lali sonrió. –Bueno… entonces podés venir y acostarte conmigo.
-Enserio? –dijo con una cara de feliz cumpleaños.
-No, ni ahí. –dijo riéndose.
Al día siguiente, Peter se levantó muy temprano, a pesar de que se había dormido tipo a las cuatro de la mañana. Lali en cambio, se levantó pasado el mediodía, a las dos de la tarde.
No se vistió y fue al living con cara de dormida y en pijama. El pijama en cuestión era un camisón pequeño de algodón blanco, bien ajustado y cortito, en el cuello tenía una moñita rosada. El favorito de Peter. Obvio que ella no se había dado cuenta, también había que recalcar el hecho de que se le re notaba la pancita con el camisón ajustado.
Caminó cual zombie en una película de terror hasta el living, donde los hermanos Lanzani estaban hablando.
-Ey, se despertó. –dijo Pablo. –No es medio tarde?
-No, lo que pasa es que ustedes son una manga de raros. Si me acuesto a las cuatro de la mañana me voy a levantar tarde, dah.
-Estás un poco estresada, no?
-Te parece. –dijo irónica mientras se levantaba y se iba a la cocina.
-Boludo, se parte más que antes. Está muy buena, el camisón además… como que deja a la vista todo…–dijo Pablo babeándose.
-Sí, no?  Pero qué decís, boludo? Podés dejar de mirarla de atrás? Gracias, viste… Es algo así como la futura madre de mi hijo… o hija…Pero yo ya no tengo chance. Ya… ya está lo mío. Me encontró chapándome a Mery.
Pablo lo miró enojado. –Vos sos un reverendo pelotudo, idiota. Le duele a ella.  Le hace mal, no sabés como sufrió la última vez, lloró por horas, toda la noche, me contó Vico.
-Sí, ya sé, pero todos podemos cometer un error, no?
-Vos lo hiciste dos veces.
-Estaba resentido…La segunda vez, claro… Ella estuvo con el portero, no sé si sabías, no?
Ahí se empezó a reír. –No!
-Sí, los encontré, él le estaba comiendo la boca a ella… Lo molí a golpes, y nada, no tuve tiempo para enojarme con ella, después nos enteramos que estaba embarazada… por su obstetra que no es nada más ni nada menos que un ex de ella!
Pablo no paraba de reírse. –Salió con un doctor? Mirá a la petisa, eh…
-Sí… y eso no es lo peor –dijo Peter afligido –Estuvo con el flaco dos años y… lo peor de todo, dijo que si el bebé que estamos esperando es nena… que ella la iba a incitar a que salga con un profesor sólo para joderme a mí, entendés lo que es eso? Que tu hija salga con un profesor? –dijo desesperado.
-Sí, y no solo con un profesor, también con un motoquero, todos chicos así rudos, curtidos, solo para joderte a vos… -dijo Lali riendo mientras tenía entre sus manos una taza de chocolate caliente y se sentaba al lado de Pablo –Pará nene, me vas a hacer volcar todo.
Pablo se estaba desternillando de la risa. Peter se cubría las cara con las manos y Lali tomaba su chocolate caliente. En eso, tocan el timbre.
-Yo voy –dijo Peter. Abrió la puerta y se sorprendió enormemente. –Ah, bue, vos vení cuando quieras, Doc.
-Cristóbal? –Lali se levantó del asiento y se fue al encuentro de Cris. Lo abrazó y le dio un beso en el cachete ante la mirada de Peter.
-Este es el ex? –le preguntó Pablo a Peter en un susurro. Peter asintió.
-Hola, Lali! No lo puedo creer, creció pila la panza.
-Si… -dijo Lali. –Ey, Cris, me preguntaba cuando íbamos a saber bien el sexo. Del bebé.
-No sé, vamos a ver…
Lali se tumbó en el sillón como las otras veces, pero… Peter interrumpió.
-Pará, tenés algo abajo del camisón? –preguntó. Habían demasiados hombres para su gusto pululando alrededor de Lali. Su hermano… que bueno, era su hermano y el Doc.
Lali cerró los ojos e inspiró profundamente armándose de paciencia. –Obvio que tengo algo, Peter.
-Cómo qué…
-No me jodas más, estoy demasiado estresada. –Ella misma se subió el camisón y dejó a la vista la mayoría de su cuerpo. Obvio que lo pechos los tenía tapados, pero de la panza para abajo… todo.
Hasta el Doc tuvo un poquito de problemas para concentrarse. Peter le pegó un poco para que prestara atención. Le puso el gel azul y frío que Lali odiaba y por el ecógrafo se pudo ver una imagen borrosa.
-A ver si esta vez lo podés ver… -dijo Peter.
-Te podés callar? Quedo como re mala madre si ni siquiera puede ver al bebé en la ecografía.
Pablo se rió.
-Ey, Cris, se puede ver bien si es nena o varón?  -preguntó Lali ansiosa.
-Es lo que me estoy fijando… -luego de unos minutos fijándose en la pantalla sonrió. –Bueno… me parece que es una nena bastante saludable.

Lali gritó. –Es una nena! Me muero… -luego miró fijamente a Peter a los ojos. –Peter, es una nena. –Luego de ese mágico momento dijo –Definitivamente va a salir con un profesor solo para molestarte a vos. 

jueves, 17 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 40


Espero esten satisfechas con este capitulo.... Es largo. Y explica varias cosas. Me voy porque tengo mucho sueño, mañana seguimos. Las quiero y BESO ENORME!! Sigan tirando nombres....--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------







Caminó con paso ligero hasta el living, donde encontró una escena muy rara. Su suegra, llorando desconsoladamente en el sillón, María con cara triste la consolaba y le daba palmaditas en la espalda. Y…
-Lali! Qué hacés acá? –Exclamó un hombre musculoso, alto, con la piel curtida por el sol: muy moreno, y el pelo también: muy rubio. Tenía los mismos ojos verdes de Peter. La diferencia es que los de su esposo eran más profundos.
Peter la siguió y a él la escena le resultó igual de rara. Y cómica.
-Pablo! Qué hacés acá? –exclamaron atónitos Lali y Peter al unísono.
El hermanito menor de Peter… Bueno, de menor no tenía nada. Aunque Pitt era un poco más alto y musculoso que él, Pablo no estaba nada mal. Bueno, su cara tenía una expresión triste fuera de lo común.
-Qué es lo qué está pasando acá? No entiendo… Por qué llora mamá? –preguntó Peter sorprendido.
-Y yo no entiendo que hace Lali acá –preguntó Pablo, esta vez con una sonrisa.
-Yo tampoco –dijo ella con una mueca. –Pero… bueno ya me voy, la mejor suerte en todos sus futuros proyectos, una desgracia haberte conocido, Peter. Mandame los papeles de divorcio a la dirección de mi hermano en Londres… Adiós! –dijo hablando muy rápido para que no la pudieran detener. Con el bolso al hombro y la tarjeta de crédito quemándole en el corpiño (donde se la había guardado por precaución) salió trastabillando, pero obviamente no logró dar más de tres pasos. Peter la agarró de la mano.
-Esperá. –le dijo suavemente a ella, como suplicándole que se quede –Qué carajo pasa Pablo?
Decidieron ir a una habitación más tranquila (sin los sollozos de Mecha) para que Pablo les pudiera explicar bien que había pasado, Lali se negó. Estaba tan cerca de la puerta de salida…
-No, este es un tema de hermanos, estoy de más… Ustedes charlen tranquilos, por un rato largo... Yo me voy, chau! –dijo soltándose del agarre de Peter.
Peter y Pablo se sentaron en la cama de una habitación de huéspedes cualquiera y Peter la sentó a Lali en el medio, apretada entre los dos hermanos.
-La, quedate un toque, después hablamos nosotros, dale… -pidió Peter.
-No! –dijo Lali fuera de sí- No, no, no, no! Peter me quiero ir.
Pablo decidió no intervenir. Pero sin embargo dijo –No entiendo nada…
-Yo tampoco! –dijo Peter. –Explicame vos primero y yo te explico lo nuestro después.
-Lo tuyo querrás decir, tarado. –Dijo Lali.
-No, no. Es increíble, Lali, no cambiás más. –dijo Pablo.
Lali inconscientemente hizo una trompita con sus labios. –Loco, estoy re madura, ta? –Pablo le pellizco una mejilla. –Tarado.
-Podés explicar de una buena vez qué carajo pasó? –Pidió Peter un tanto enojado.
La expresión de Pablo se entristeció. –Peter, el viejo…
-Tenés noticias de él? Yo hace meses que estoy tratando de comunicarme con él y no puedo, no sé qué… -Peter enmudeció ante la expresión de su hermano menor. –Qué pasó? –dijo con la voz quebrada.
-Peter… el viejo se murió. –finalizó Pablo.
Los dos hermanos ahí quebraron.  Por qué a mí, pensó Lali. Pablo se fue de la habitación para que no lo vieran llorar y Peter se tapó la cara con la manos y apoyo los codos en las piernas. Lali quedó… pintada. Era su oportunidad de irse, Peter no la iba a detener, pero… hubo algo que la detuvo.
Le dio unas torpes palmaditas a Peter en la espalda. Y él, sintiéndose libre de hacerlo, la agarró de la cintura, la levantó y la sentó en su falda. Una vez arriba de él la abrazó muy, muy fuerte. Descargando todo su dolor y frustración en ese abrazo.
Luego de un buen rato, sin embargo, Lali tosió para llamar su atención. –Peter… -susurró. –Yo… mejor me voy yendo, dale? Yo… chau. Me soltás?
El la abrazó aún más fuerte.Enterró su cara en el escote de la camiseta de Lali rozándole los pechos y ella le acarició la cabeza.
-Aprovecha la situación ya que estás –murmuró ella. Irónica.
 -Cómo? –dijo con la voz tomada.
-Nada –dijo acariciándole la cabeza.
Y así estuvieron, ella lo contuvo, estuvieron abrazados hasta que…
-Peter, soltame. –pidió apurada.
Silencio total…
-Peter enserio me quiero ir.
-Adónde? –preguntó con la voz tomada.
-Me dejás? –pidió.
-Adónde, Lali? -
-A la cocina, Peter, tengo hambre…
-Ah… sí, los antojos…
-Como quieras llamarlo, tengo hambre, me dejás?
-Te acompaño, yo también quiero comer algo…
En la cocina se encontraron con Pablo, estaba solo, comiendo un sándwich.
-Un sándwich a las… -le agarró la muñeca a Peter y miró la hora. –dos de la mañana?
-Ey, hoy fue un largo día. Sin ánimos de ofender pero… qué hacés acá vos?
-Somos dos los que se preguntan eso. –Le dijo Lali mientras abría la heladera y sacaba un tarro de frutillas con crema y se sentaba en los banquitos de la cocina a comer.
-Frutillas con crema a las dos de la mañana? –preguntó Pablo.
-Fue un día largo, estresante, emocionante. Sabías que hoy me acordé que soy millonaria?
Peter se rió por primera vez en el día y Pablo lanzó una carcajada. –Quien se olvida de una cosa así? –preguntó entre risas.
-Bueno… yo me olvidé.  –dijo mirando para abajo.
-Todavía no entiendo que hacés acá, qué hace esa acá…
-Bien! Alguien que está de mi lado. –dijo metiéndose una cuchara de frutillas y mucha crema. –Yo tampoco entiendo qué hace esa acá. Peter, podés explicarnos?
Peter se carcajeó. –La cosa fue que…
Mientras Peter relataba la historia Pablo escuchaba atento y Lali se comió como tres bowls  de frutillas con crema. Sin embargo, no le contó que Lali estaba embarazada. Al finalizar, luego de varias correcciones de Lali, Pablo y Peter suspiraron a la vez.
-Bueno… -dijo simplemente Pablo.
-Sí… -dijo Lali, terminando su tercer bowl.
-Tenías hambre… -dijo Pablo.
-Bueno, me voy, chau! –dijo con intención de irse corriendo. Pero Pablo la atajó y la alzó sosteniéndola de las axilas. Un poco brusco.
-Cuidado, tarado! Sos imbécil, mirá si le pasaba algo, pedazo de pelotudo?–le gritó Peter. –Estás bien, La? –dijo preocupado.
-Sí, por qué no iba a estar bien, dijo con los pies colgando a varios centímetros del suelo.
-Estás más pesada que antes… -dijo en un tono de broma, que no pudo ocultar su enfado por los insultos recién gritados.
-Y sí, usualmente cuando estás embarazada subís un poco de peso, no?
La reacción de Pablo fue un poco cómica, alzó las dos cejas, miró a Lali y a Peter y viceversa.
-Nah… -dijo mirándolos nuevamente a los dos. La bajó con sumo cuidado a Lali y la abrazó. –Felicitaciones –dijo con una sonrisa.
-Ey, es la primera persona que nos felicita, no? –observó Lali.
Abrazó a Peter y le susurró algo al oído –Ey, qué dicen? Sabés qué? No me importa. –Fue corriendo hasta la habitación en la que habían dejado su bolso, lo agarró y pasó volando por el living. Pero… esta vez los dos hermanos Lanzani la agarraron y le sentaron en el sofá, en medio de ellos, mucho más apretada.
-No te vas a ningún lado. –dijo Peter.
-Desde cuando me mandás vos? Me parece que esta charla la tenemos más que hablada, no? –dijo Lali amenazadoramente.
-Ojojojo –se rió Pablo. –Es lo más la petisa.
-Ta, me estresé oficialmente. Me quiero ir, Peter!!! Por qué me hacés esto? Llevame vos, si querés pero me quiero ir.
-Pablo, me dejás hablar con ella…a solas?
-Obvio, voy a ver cómo está mamá.
Pablo se fue y dejó a Lali con Peter.
-La, son las tres de la mañana, fue un día muy largo para los dos. Mañana hablamos mejor? Vamos a dormir, dale? Por favor te lo pido. –Su cara denotaba cansancio y estrés.
-Me tuve que haber ido cuando llorabas. –murmuró.
-Vamos a la cama? –dijo –O sea, yo duermo en el piso… -Habían puesto un colchón en el piso para cuando se peleaban que escondían debajo de la cama para que nadie se diera cuenta.
-Ehh, no, vos andá yendo, tengo ganas de…
-Otro antojo?
-Sí, había una torta re rica que… nada, vos andá. –dijo Lali.
-No, te acompaño.
Se fueron a dormir luego de dos porciones de la torta más rica que Lali haya probado en toda su vida. Una vez que se pusieron los pijamas y Lali se acostó en la cama de arriba y miró a Peter durmiendo en el fino colchón en el piso.
-Estás durmiendo? –preguntó.
-Tratando –respondió tristemente.
-Estás bien, Peter? Por lo de tu viejo… y todo eso.
-No sé como estoy.
Lali lo miró un poco triste. –Peter, vos… vos tenés que hacer tu duelo, y yo lo respeto… pero, yo necesito irme de acá, vos entendés eso? Yo tengo una vida, amigos, tenía un laburo que… que, bueno, que dejé. Pero yo necesito reorganizar todo eso. Hace cinco meses que estoy acá y no… no doy más.
Peter la miró desde abajo. –Yo… yo entiendo, pero no sé, hasta que nazca y decidamos que es lo que vamos a hacer…
-Yo ya sé lo que voy a hacer. –dijo Lali con una exhalación.
-Qué vas a hacer?
-Me voy a quedar en Buenos Aires, ahí tengo mi vida, mis cosas. Me voy a mudar del apartamento minúsculo en el que vivía…y comprarme otro más grande. No sé, o si no… pensaba ir a Londres con mi hermano. Vos donde viviste estos años?
-En Buenos Aires. Vos estuviste por muchos lados, no? Por eso nunca nos encontrábamos.
-Hasta el año pasado, sí, viví en muchos lados. Pero no puedo hacer más eso.
-¿Y dónde estoy yo en esos planes? 

Amor Arreglado Capitulo 39

Holaaaa, bueno, si me firmas mucho mucho, subo otro. Chauuu, voy a estar chequeando. BESO ENOOORME.  Ey, ya se que es reee cortito, pero como que las queria dejar con intriga... pero ya saben como obtener mas capitulos... FIRMEN!!! Las quiero muchs-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



De pronto se acordó de algo maravilloso. Algo increíble. Su herencia. Tenía la herencia de sus padres, que por más que la había ignorado todos estos años que hasta se había olvidado de su existencia, seguía intacta en el banco. Tenía plata como para vivir tres vidas a todo lujo.
O sea, que se podía ir ahora mismo de este lugar, ya mismo! Ya! Ya! Ya! Junto sus cosas en un bolso, se lo cargó al hombro y de su billetera sacó una pequeña y delgada tarjeta de crédito dorada. Esto es tener el poder, pensó. Y era suyo. Muaajjajajajaja, si no estuviera intentando madurar se reiría como se ríen los malos en las películas cuando los iluminan rayos y truenos. Además porque… no daba, la iban a oír pila de personas…
Abre la puerta de su habitación dispuesta a irse cuando… Se choca de lleno con Peter. No pudo evitar lanzarle una mirada de satisfacción tan, pero tan grande.
-Hola, esposo, todo bien? –le preguntó canchera.
-Qué hacés? –Peter no pudo evitar reírse.
-Me parece bastante obvio lo que hago, Peter –dijo con la misma sonrisita contenta y de satisfacción.
-Bueno, pero te acordás que teníamos un trato nosotros dos? –dijo con un tono irritante.
-Sí, pero te acordás que vos lo rompiste, tarado? –le respondió en el mismo tono.
Peter suspiró –Lali, vamos de vuelta con esto? Además, lo que es más importante, no te podés ir, no tenés un peso.


Lali le regaló la más hermosa y brillante de sus sonrisas. –Ahí te equivocás, mirá vos, que justo me acabo de acordar que soy millonaria.
Peter no pudo evitar contener la risa. –Te acordaste que sos millonaria… Quien se puede olvidar una cosa así?
Lali bajó la cabeza –Bueno, me olvidé, le puede pasar a cualquiera…
Peter sintió deseos de besarla. –A cualquiera no… Solo a vos. Cómo que sos millonaria?
-Y si, tengo millones, la herencia de mis viejos, así que soy oficialmente libre… y rica! Muajajajajja, tenía muchas ganas de reírme como mala así que no me critiques, chau.
Salió por la puerta sin más, dejando a Peter entre muerto de risa, muerto de rabia, y muerto de miedo.
Caminó con paso ligero hasta el living, donde encontró una escena muy rara. Su suegra, llorando desconsoladamente en el sillón, María con cara triste la consolaba y le daba palmaditas en la espalda. Y…
-Lali! Qué hacés acá? –Exclamó un hombre musculoso, alto, con la piel curtida por el sol: muy moreno, y el pelo también: muy rubio. Tenía los mismos ojos verdes de Peter. La diferencia es que los de su esposo eran más profundos.
Peter la siguió y a él la escena le resultó igual de rara. Y cómica.

miércoles, 16 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 38

Hola gente, como va? Che.... tiren nombre para el baby... Si me gusta alguno lo voy a tener el consideracion. No importa, tiren de nena y nene. En realidad ya tengo el nombre, pero quiero estar segura. Bueno COMENTEN Y FIRMEN muchoooo, asi hoy les subo unos cuantos capitulooooooos... Si quieren, obvio.. BESO ENOOOORME. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



-Ta, sigue pateando, pero yo tengo sueño, así que me voy a dormir un rato, chau. –dijo ella con ademán de levantarse, pero el nuevamente la retuvo.
-Un ratito más, La. –suplicó. –Por favor.
Ella suspiró –Ok. Un ratito, Peter…
-Está enorme la panza, Lali. –en eso el frota la panza y entran su madre y María.
Lali es tan rápida como para agarrar un almohadón y ponérselo en la panza y empujar a Peter.
-Qué hacían? –preguntó María curiosamente. Metida, pensó Lali.
-Nada… acá… charlando, no?
-Sí, qué vamos a estar haciendo? –respondió Lali con una risita nerviosa.
Peter suspiró. –María, te podrías ir un segundo, necesito hablar con mi madre.
Lali lo miró a los ojos nerviosa y diciéndole NO, con la mirada. Negaba vigorosamente con la cabeza.
-Yo me tengo que ir y ella se queda? –protestó un poco enojada, bueno, bastante enojada.
-Sí. –replicó Peter con un tono de voz que no dejaba lugar a respuestas.
Se fue un tanto enfurruñada y Peter le indicó a su madre que se sentara.
-Ehh… Ma, te lo digo así, sin filtro?
-Hijo, qué pasa? Es algo malo?
-No… depende de como se lo mire… -respondió Lali nerviosa.
-Bueno… acá va…
-Se divorcian! –preguntó esperanzada con una sonrisa de oreja a oreja.
-Ojalá –masculló Lali.
-No! –se apresuró a aclarar Peter –Para nada, Ma. La cosa es que Lali… Seguí vos, amor.
Lali frunció el ceño cuando Peter la llamó Amor. –No… mejor se lo decís vos…
-No… -Se lavaba las manos.
-Sí, Peter, se lo decís vos! –le dijo Lali más alto.
Mecha ya se estaba impacientando. –Qué es lo que esta pasando acá?
-Esta embarazada Lali, mamá. –soltó Peter.
-Pero no estaba muy lejos de la verdad con lo del divorcio, eh… -dijo Lali en voz baja, pero perfectamente audible.
Mecha estaba con los ojos abiertos como platos.
-Embarazada? –dijo con un hilo de voz.
-Si –Lali se sacó el almohadón y aplastó su suelto vestido para dejar notar su panza de tres meses.
-Está de tres meses, ma. –Explicó Peter.
-Tres meses? –Ahora estaba enojada. –Y yo recién me vengo a enterar de esto ahora? Hijo, que poca confianza me tenés, me ofende! Y vos, nena, no esperaba menos de vos.
-Yo tampoco, suegra –dijo Lali recostándose contra el sillón. –Peter me traes un helado? –dijo en un intento de cambiar de tema.
Peter se fue a la cocina y en el tiempo que tardó en traer el helado Mecha la miró fijamente a los ojos a Lali. Ella no le dio importancia y le dirigió una mirada perezosa a su suegra.
-Y… que se cuenta? –preguntó Lali en un intento de entablar conversación.
-Mi hijo es el padre, no? –soltó de repente, parece que ni ella misma esperaba haber hablado tan sinceramente.
Lali ni se inmuto. –Obvio que es el padre.
-Exijo un ADN! –pidió en voz bien alta, Lali suspiró y no pudo evitar reírse.
Peter justo entraba con el helado. –Mamá, es mío.
-Pará culebrón. Sabe qué, este bebé es realidad del jardinero que viene todos los martes y Peter es mi medio hermano. Usted es una mafiosa y la turra que está acá de colada es una super espía. –Lali empezó a reír a carcajadas y le sacó el helado de la mano a Peter y lo empezó a comer.
A su suegra no le hizo tanta gracia, se levantó ofendida del sillón y los dejó a Lali y Peter solos.
-Sabés que tu madre me harta, no? Como vos. Deben de ser los genes…
-Decís? Me parece que la que harta acá sos vos… -dijo riendo.
-Flaco, tenés algún problema de bipolaridad? Lo digo con la más seria preocupación, un minuto estás “Ah nuestro bebé”, el otro estás “Me hartás”. Decidí.
-Vos me ponés bipolar.
-Yo? –dijo mientras se metía una cuchara de helado de frutilla en la boca. –Podemos cambiar de tema? Quiero seguir viendo mi película…
-NO! Yo no voy a ver esa película más. Poné una más… tranquila, no?
-Peter sos una nena. –se rió Lali. Luego mirando su panza dijo –Bueno, listo, ya está! No pará un segundo de patear…
-Últimamente estás muy estresable… y hambrienta, no? –dijo al ver que Lali había terminado de comer el helado.
-Es… el embarazo, idiota. –Lali se levantó del sillón y se fue a su habitación.
El día transcurrió tranquila, Lali y Peter no se hablaron, como de costumbre y cómo su suegra y María se contaban todo, Lali supuso que a estas alturas, estaría enteradísima.
A la noche, Lali seguía tumbada boca arriba en la cama, pensando, pensando. Se podría ir a vivir a Londres con su hermano. Peter estaba forrado en plata así que podría ir a visitarlo/la cuando quiera… Forrado en plata…
De pronto se acordó de algo maravilloso. Algo increíble. Su herencia. Tenía la herencia de sus padres, que por más que la había ignorado todos estos años que hasta se había olvidado de su existencia, seguía intacta en el banco. Tenía plata como para vivir tres vidas a todo lujo.
O sea, que se podía ir ahora mismo de este lugar, ya mismo! Ya! Ya! Ya! Junto sus cosas en un bolso, se lo cargó al hombro y de su billetera sacó una pequeña y delgada tarjeta de crédito dorada. Esto es tener el poder, pensó. Y era suyo. Muaajjajajajaja, si no estuviera intentando madurar se reiría como se ríen los malos en las películas cuando los iluminan rayos y truenos. Además porque… no daba, la iban a oír pila de personas…
Abre la puerta de su habitación dispuesta a irse cuando… Se choca de lleno con Peter. No pudo evitar lanzarle una mirada de satisfacción tan, pero tan grande.

martes, 15 de enero de 2013

Amor Arreglado Capítulo 37


Perdón por la tardanza, no han sido días muy fáciles, espero su comprensión. Pero bueno, acá les dejó más. Otra cosa... Yo ya tengo claro el rumbo que va a tener la historia... Pero necesito que me tiren ideas. Por eventos ocurridos estos ultimos días estoy desinspirada. Así que... TIREN IDEAS. BESO ENORME. Capaz hoy subo más pero no prometo nada.--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Y resulta, que por esas casualidades de la vida, Peter se va antes de la salida y escucha a Lali hablando sola, bueno, con el bebé. Su primer impulso fue ir directamente hacia ella y abrazarla. Aunque le estuviera diciendo al bebé formas de volverlo loco a él. Resistió el primer impulso.
El segundo impulso fue ir y hablarle a Lali tranquilamente. Cosa que no hacían desde hace bastante. Eso, sí, eso sí. Fue directamente al sillón y se sentó al lado de ella. –Qué hacés?
Mientras tanto, Lali ponía otra película de terror en el DVD player y se recostaba en el sofá nuevamente. Ella lo ignoró y siguió riéndose ante las trágicas muertes de los inocentes personajes.
-Ey, te hice una pregunta… No me vas a contestar? –le preguntó con el atisbo de una sonrisa tímida.
Lali lo seguía ignorando. Peter se sentó más cerca de ella y agarró el tarro de vacío de “Nutella”. –No queda más?
Lali lo seguía ignorando y riéndose ante las muertes y las decapitaciones de la película. Era un poco morboso, pero ella se reía.
-Ah porque yo quería comer un poco, estoy seguro que en la heladera hay más…. LA PUTA MADRE, QUÉ CARAJO ESTÁS MIRANDO??!! –Vino una parte muy terrorífica donde muchos zombies atacaban a un pobre humano, Peter se había hecho un ovillo en el sillón muerto de miedo pero Lali se reía a carcajadas.
-Nenita –Murmuró ella sonriendo.
Peter se incorporó y le sacó el control de la mano y puso pausa –Me hablaste –dijo con una sonrisa.
Lali al ver que ya no podía seguir esquivando el tema, lo miró, fulminándolo con la mirada. –Qué carajo querés ahora?
-Quiero hablar. –dijo serenamente.
-Yo no. –le contestó Lali y se dispuso a levantarse de sillón pero el la atajó y la sentó nuevamente. Parecía que los ojos de Lali eran dos bolas pequeñas y oscuras de fuego.
-No. Me. Toques. –le dijo lenta y pausadamente. Pero con un fuego interno que a Peter le heló los huesos.
-Bueno… bueno –dijo un poco tímido. –Lali, lo que yo te quería decir es que… Bueno, no estuvimos bien.
Nah, Lali no podía creer lo que escuchaba. –No estuvimos bien? ESTUVIMOS?! BIEN!? Vos sos idiota o te hacés? –Le espetó furiosa.
-Trato de arreglar las cosas! –Arguyó Pitt.
-No, vos claramente sos un caradura, boludo, madurá!
-NO! NO! –Dijo Peter con sarcasmo e ironía en la voz. –Madurá? Me dice madurá Mariana “Adolescente eterna” Espósito, a mí que madure? Nah, muy fuerte.
-Si, te digo madurá! –le gritó.
-Vos? La misma que hace un segundo le decía a NUESTRO bebé –Por alguna razón enfatizó esa palabra. – que si era nena que salga con un profesor sola y exclusivamente para molestarme a mí? –dijo con los ojos bien abiertos y la voz colmada de una mezcla de celos, histeria y enojo con una pizca de sarcasmo.
Lali sonrió sin darse cuenta. La había escuchado en sus charlas privadas. Bueno, que se joda por andar cerca cuando nadie lo necesitaba. –Jodete por escuchar. –le dijo simplemente.
-Cómo que jodete por escuchar?
-Lo que escuchaste –dijo Lali, se estaba parando para salir triunfante del living y dejarlo con la palabra en la boca, cuando de pronto ahogó un grito y se llevó las manos a la panza. Lali abrió mucho los ojos y su cara ofreció una expresión de sorpresa. Peter, no entendiendo nada. La agarró de la muñeca y la sentó de nuevo en el sillón. Curiosamente Lali no se quejó, y seguía con las manos en la panza. Luego, casi como un acto reflejo, Peter le puso una mano en su panza. Lo primero que notó fue un repiqueteo, un leve movimiento.
-La… -Estaba sorprendido, alucinado –Lali, La, está… está pateando.
-Ya sé, Peter. –Se recostó en el sillón, sin despegar las manos de la panza y Peter se recostó a su lado, haciendo lo mismo que ella.
Lo segundo que notó Peter, fue el tamaño de la panza. La última vez que la había visto de cerca…. Bueno, apenas se notaba. Ahora, era un panza de tres meses, cómo no se había dado cuenta antes? Qué idiota, por dios. Qué idiota.
-Patea fuerte –dijo después de un rato.
Lali abrió mucho los ojos. Arqueó una ceja y se incorporó como pudo, con las manos pegadas a su panza. Luego ahogó otro grito y le digo indignada. –Yo estaba enojada con vos. Yo estaba muy enojada. Te vas.
-Nah, no, nah, nah, no. –dijo negándose rotundamente a irse. No me voy a ningún lado, NUESTRO. NUESTRO. –Volvió a repetir –No tuyo, NUESTRO bebé está pateando, así que… lo lamento mucho pero me quedó. –En todo ese pequeño discurso no había despegado las manos de la panza.
Lali lo fulminó con la mirada. Se estaba haciendo costumbre eso, pensó él. –Bueeno… -dijo a regañadientes. -Bueno… -volvió a decir –Termina de patear y te vas.
-Trato. –Pero no dejó de patear.
-Me parece que… ya está. –dijo Lali después de una hora.
-No, no, no –dijo él. –No esta nada, sigue pateando –dijo alucinado mientras acariciaba la panza con cariño. –La, está pateando ¡no lo puedo creer! –Acto seguido, le dio un beso al abdomen de Lali con un amor paternal, que a Lali le hizo escocer los ojos.
-Ta, sigue pateando, pero yo tengo sueño, así que me voy a dormir un rato, chau. –dijo ella con ademán de levantarse, pero el nuevamente la retuvo.
-Un ratito más, La. –suplicó. –Por favor.
Ella suspiró –Ok. Un ratito, Peter…
-Está enorme la panza, Lali. –en eso el frota la panza y entran su madre y María.